Mikel Insausti
Crítico cinematográfico

Un Romero prohibido

Entre los grandes atractivos con que cuenta la nueva edición del festival de Stiges, recién comenzada, se encuentra la recuperación de la película perdida de George A. Romero. Pese a que ‘The Amusement Park’ data del año 1973, no se había podido ver posteriormente y se creía que ya no existía ninguna copia. Recientemente su viuda Suzanne Desrocher recibió unas bobinas en 16mm, que han permitido su restauración en 4k, a la que se puede acceder en la plataforma Shudder. La sorpresa ha sido mayúscula y la crítica especializada se ha deshecho en elogios hacia esta pequeña joya del terror surrealista que honra, aún más si cabe, la memoria del gran maestro del género fallecido hace cuatro años.

El origen de su desaparición se encuentra en lo que en realidad fue una prohibición. Se trataba del primer y último encargo que aceptaría en su vida Romero, ya que una organización luterana de Pensilvania le encomendó un proyecto didáctico para denunciar la marginación y malos tratos que sufren las personas mayores. Contó con un infímo presupuesto de 37.000 dólares y tuvo soalmente tres días de rodaje en el parque de atracciones de West View. El resultado escandalizó a aquella sociedad luterana, por lo que no permitieron su exhibición comercial. Lo que Romero denunciaba por su cuenta, y con su peculiar simbología, era la hipocresía social frente al envejecimiento.