Mikel Insausti
Crítico cinematográfico

El Cinema Paradiso de Yimou

‘UN SEGUNDO’
China 2020. 104’. Tít. orig.: ‘Yi miao zhong’. Dtor. y guion.: Zhang Yimou. Prod.: Ping Dong, William Kong, Liwei Pang y Shaokun Xiang/ Huanxi Media Group. Int.: Zhang Yi, Liu Haocun, Fan Wei, Li Xiaochuan, Li Yan, Zhang Shaobo, Yu Ailei, Tang Ziyue, Liu Yunlong, Chang Haijun.

Zhang Yi y Liu Haocun intentan salvar los rollos de película. (NAIZ)
Zhang Yi y Liu Haocun intentan salvar los rollos de película. (NAIZ)

Al margen de las consideraciones críticas, en las que ya entraremos, ‘Un segundo’ (2020) es una deliciosa película cinéfila y nostálgica, altamente recomendable y digna del maestro Zhang Yimou. No por ser un canto de amor al cine es ya de por sí automáticamente buena, sino porque contiene unas peculiaridades históricas y culturales chinas que la hacen diferente en su contexto, aunque su lectura universal pueda resultar más convencional. De hecho, la comparación crítica con el clásico italiano de Giuseppe Tornatore ‘Cinema Paradiso’ (1988), totalmente justificada, a la postre no le favorece mucho.

Pero esto tiene sus contradicciones, porque aunque al público occidental le pueda parecer una película inofensiva y entrañable, para las autoridades de Pekín, por contra, no lo es. Ha terminado siendo la película inaugural en Donostia, pero su presentación debía haber sido en la Berlinale un par de años atrás. Fue finalmente suspendida alegando problemas técnicos, pero el nuevo montaje se ha debido a la presión de la censura, dentro de ese tira y afloja que el cineasta viene manteniendo a nivel oficial.

El problema estaba en la visión que da de la Revolución Cultural en el medio rural chino entre 1966 y 1976, una época aciaga descrita un poco a la manera en la que Víctor Erice se refería a nuestra posguerra en ‘El espíritu de la colmena’ (1973). Aquí también hay una menor, y los fantasmas proyectados en la sábana blanca (pantalla) no son monstruos de ficción, sino símbolos vivientes de la propaganda maoísta, héroes del pueblo que se apoderan de las vidas de un público ansioso de pan y circo.

La clave melodramática se halla en la bobina de un noticiero de la época, de gran valor sentimental tanto para la pequeña protagonista como para un fugitivo que se ha escapado de un campo de trabajo para poder verla.