Dabid Lazkanoiturburu

Muere el expresidente golpista y dictador surcoreano Chun Doo-hwan

El dictador surcoreano Chun Doo-hwan, una figura duramente criticada por el golpe de Estado que le llevó al poder y la brutal represión que orquestó contra el levantamiento en la ciudad de Gwangju (suroeste del país), ha fallecido a los 90 años de edad.

El dictador Chun Doo-Hwan, a su salida de prisión tras cumplir dos años de condena en 1997. ( KIM JAE-HWAN-AFP)
El dictador Chun Doo-Hwan, a su salida de prisión tras cumplir dos años de condena en 1997. ( KIM JAE-HWAN-AFP)

El expresidente golpista y dictador Chun Doo-hwan ha muerto en su domicilio del distrito de Seodaemun en Seúl a primera hora de este martes por complicaciones relacionadas con el mieloma que le había sido diagnosticado recientemente, según han informado representantes de su oficina.

Nacido en 1931 en el condado de Hapcheon, en el sureste del país, Chun ingresó a los 20 años en la Academia Militar de Corea (KMA) y se bregó como militar en la Guerra intercoreana, cuando ascendió rápidamente en el escalafón a las órdenes de su protector, el general Park Chung-hee, quien tomó el poder tras el golpe de Estado militar de 1961.

En la KMA conoció a figuras como Roh Tae-woo o Jeong Ho-yong, con quienes fundaría la asociación Hanahoe, que aglutinó principalmente a militares del sureste del país y acabaría jugando un papel clave en el futuro de la nación.
Con Chun al frente, el grupo de Hanahoe llevó a cabo otro golpe de Estado poco después del asesinato del presidente Park Chung-hee en 1979 que lo acabaría colocando como jefe de Estado hasta 1988.

El «carnicero de Gwangju»

Al año siguiente Chun ordenó reprimir brutalmente una rebelión popular de miles de jóvenes en la ciudad de Gwangju (260 kilómetros al sur de Seúl) que dejó según cifras oficiales  unos 200 muertos –otras fuentes elevan al triple las víctimas mortales– y unos 1.800 heridos. Les acusó de ser agentes a las órdenes de Corea del Norte pero Gwangju se convertiría en símbolo en la lucha por la democracia en Corea del Sur,

Chun dirigió el país con mano de hierro en la década de los ochenta, y su mandato estuvo marcado por el uso generalizado de la tortura contra los opositores y por la represión de la libertad de expresión.

Durante una vista a Myanmar en 1983, agentes norcoreanos intentaron matarle haciendo explotar una bomba durante una ceremonia en homenaje a Aung San, héroe de la independencia birmana muerto por los militares y padre de Aung San Suu Kyi, premio Nobel de la Paz y actualmente encarcelada tras el golpe de Estado militar en Myanmar.

El ministro de Exteriores y el principal consejero económicos de Chun Doo-hwan murieron en la explosión, pero este último escapó: según la versión oficial retrasado por la circulación, no estaba presente en el acto.

Protestas y condena

Tras designar a Roh como su sucesor, las protestas pro democracia se extendieron por todo el país en la primavera de 1987 y la junta militar de Chun acabó aceptando la celebración de elecciones presidenciales seis meses después.

Tanto él como Roh, que se acabaría imponiendo en esas presidenciales y gobernaría hasta 1993, cuando venció en las elecciones el líder opositor Kim Young-sam, fueron condenados en agosto de 1996 por corrupción y su papel en el golpe de Estado de 1979 y la represión en Gwangju en 1980.

Chun fue condenado a cadena perpetua pero recibió el perdón presidencial en 1997.

El dictador no mostró nunca arrepentimiento por el golpe de Estado –«hice lo que hice para salvar el país de un peligro inminente»– ni por su papel en la represión de Gwangju, e incluso acabó recibiendo en 2020 una condena en suspenso de dos años de prisión por difamar a uno de los testigos de la masacre.

Chun recurrió la sentencia y se personó por última vez ante la corte en el proceso de apelación en agosto de este año, mostrando dificultades para respirar y para entender lo que se le decía.