El obispo y el procurador de Baiona firman un protocolo sobre las denuncias de delitos sexuales

En una comparecencia ofrecida esta jueves el obispo de Baiona Marc Aillet y el procurador de la ciudad Jérôme Bourrier han firmado el protocolo sobre la ‘transmisión de las notificaciones de infracciones sexuales tras las denuncias recibidas por la diócesis de Baiona’.

Firma en el palacio de justicia de Baiona entre el obispo y el procurador de Baiona. (NAIZ)
Firma en el palacio de justicia de Baiona entre el obispo y el procurador de Baiona. (NAIZ)

Tras las conclusiones presentadas por la Comisión Ciase el 5 de octubre que establecieron que entre 1950 y 2020 alrededor de 330.000 menores habían sufrido abusos sexuales en el seno de la Iglesia del Estado francés, las acciones para acabar con dichos delitos están proliferando. Se enmarca en este contexto la comparecencia de este jueves, en la se han reunido ante la prensa el obispo de Baiona y Lescar Marc Aillet, y el procurador Jérôme Bourrier, para firmar el protocolo sobre la ‘transmisión de las notificaciones de infracciones sexuales tras las denuncias recibidas por la diócesis de Baiona’.

El protocolo tiene como objetivo facilitar y agilizar la transmisión de la información de las denuncias. Se trata de un convernio experimental de un año, y que se revisará en seis meses.

Está abierto a todo tipo de denuncias, incluso de las que puedan estar prescritas, ya que le corresponde a la Fiscalía determinarlo, al igual que su veracidad o del tipo de delito que le correspondría judicialmente.

La diócesis no estará obligada a informar de las agresiones sexuales que haya conocido a través de la confesión, ya que dicha información está protegida por el derecho del secreto profesional. En este sentido Aillet ha afirmado: «Es raro que un depredador sexual venga a confesarse».

La primera firma de este tipo de protocolos se realizó en París en 2019, y tras las conclusiones da la Comisión Independiente sobre Abuso en la Iglesia (Ciase,) la Conferencia de Obispos del Estado francés ha preconizado que se extienda a todas las diócesis.

El procurador ha dado a conocer que han recibido dos denuncias por agresiones de este tipo, una antes y la otra después de que se hiciesen públicas las conclusiones de la Ciase.

En uno de los casos el cura acusado falleció en 1998. En el segundo caso, el sacerdote todavía vive, pero el delito ha prescrito, pero se ha investigado el establecimiento en el que ocurrió.

25 víctimas en Baiona

Tras la presentación de las conclusiones de la Ciase, Aillet indicó en una rueda de prensa que en la Diócesis de Baiona eran 13 los sacerdotes que habían cometido agresiones sexuales, al menos sobre 25 víctimas.

La mayor parte de los religiosos han fallecido o están retirados, y el plazo de prescripción dejaría sin efecto previsiblemente cualquier acción judicial a cargo de sus víctimas. Según informo tan solo hay una excepción, la de un cura que habría sido imputado por abusos al mediar la denuncia de una víctima.

Tras la cifra dada por Aillet, Bernard Andde Caussade, que no aparece en dicha lista, hizo públicos en ‘Mediabask’ los abusos sexuales y otros actos de violencia que sufrió en los seminarios de Baiona y Uztaritze.

Pederastia ocultada por Aillet

No es la primera vez que el obispo de Baiona se enfrenta públicamente a hechos ligados a denuncias de pederastia en el seno de la Iglesia. En abril del 2016 se hizo público que conocía el acto de pederastia por el que fue denunciado el cura Jean-François Sarramagnan, pero no lo denunció en su momento.

El obispo dijo entonces que, tras terapia, le dio al cura un puesto en Educación, siempre acompañado de un adulto para que no se repitiesen los hechos.

En aquel momento el obispo explicó a través de un comunicado que Sarramagnan había sido suspendido después de que se presentara una denuncia contra él por un caso de pederastia.

Aillet afirmó también que estaba al tanto de los hechos, pero que no creyó oportuno denunciarlo ante la Justicia y que tomó medidas para que los hechos no volvieran a repetirse.