Cristina Cabrejas (Efe)

Los hosteleros de Venecia se arman con pistolas de agua para luchar contra las gaviotas

Los hosteleros de Venecia han declarado la guerra a las gaviotas y a las palomas, que atacan a los turistas en las terrazas del centro de la ciudad. Se han armado con pistolas de agua, halcones, punteros láser y discos con olor a ajo para luchar contra las temidas «magoghe».

Imagen de archivo de una gaviota en las calles de Venecia.
Imagen de archivo de una gaviota en las calles de Venecia. (Claudio FURLAN | LaPresse)

Pistolas de agua, cometas con forma de halcón, punteros láser o el olor a ajo, los restauradores de Venecia ya no saben qué inventarse para acabar con una de las últimas preocupaciones de una ciudad acuciada por los problemas: las agresiones de las palomas y de las gaviotas a los turistas que se sientan en las terrazas de los cafés y de los restaurantes.

Durante la pandemia parecían haber disminuido, pero con la reanudación del turismo, las gaviotas reaparecieron con más hambre que nunca y aún más numerosas, pasando de las 420 parejas detectadas antes de la pandemia a más de 500, tal como apuntan medios locales.

El problema es tan grave para una ciudad que intenta recuperarse de la pandemia que incluso la Asociación de empresas hoteleras de la ciudad de Venecia (AVA) ha organizado este jueves un seminario junto con la empresa SGD Group, dedicada a desinfecciones, en el que se han analizado las diferentes técnicas existentes para ahuyentar a las aves.

«Entre las técnicas utilizadas se encuentran bolardos electrostáticos, mecánicos, acústicos y también unos discos con fuerte olor a ajo, así como un láser que no molesta a los humanos, pero no está entre los métodos más utilizados porque les quita demasiado tiempo a los camareros que están sirviendo las mesas», explica sobre el curso Carlo Mazzer, de la empresa contactada por los hoteleros.

Halcones contra gaviotas

Incluso SGD Group se ha especializado en el entrenamiento de halcones para ofrecer este servicio a los hoteleros.

El director de AVA, Claudio Scarpa, indica que la solución que más se ha aceptado entre los hoteleros es la de unirse para contratar a cetreros con halcones para que ahuyenten a las gaviotas, ya que es el método más efectivo, pero además se estudiará colocar alambres eléctricos de baja intensidad, que no dañan a los animales, para evitar que se posen o aniden en los hoteles, que son en su mayoría edificios de gran valor histórico.

Scarpa asevera que tras la pandemia sobre todo las gaviotas se han vuelto más agresivas al no encontrar basura y que atacan a los turistas mientras están comiendo y pueden incluso herirlos. Por lo que, cada vez más alarmados por el comportamiento de las gaviotas –conocidas como «magoghe» en dialecto veneciano–, algunos hoteles han empezado a «armarse» para acabar con los ataques.

Pistolas de color naranja

El histórico hotel Gritti-Palace de Venecia o el Monaco & Grand Canal colocan en las mesas para sus comensales pistolas de agua para alejar a los volátiles. Además del chorro de agua, son todas de color naranja, un color que, al parecer, no les gusta a las aves. «Tan pronto como ven las pistolas, salen volando, ni siquiera necesitas usarlas, solo necesitas tenerlas sobre la mesa», ha explicado el director del Gritti, Paolo Lorenzoni a los diarios venecianos.

Desde el hotel han explicado a Efe que además se ha contratado los servicios de un cetrero para que un halcón entrenado especialmente para ello, como se suelen usar en los aeropuertos, pueda sobrevolar el área y alejar a las gaviotas para evitar que ocurran agresiones a los turistas.

Las pistolas no son la solución, según Claudio Vernier, del histórico Bar Todaro. «Funcionaban, pero luego los niños jugaban con ellas entre las meses y esto no le gustaban a todo el mundo. Ahora uso una cometa con forma de halcón y funciona para las gaviotas, pero no para las palomas», ha apuntado en declaraciones a la ‘La Nueva Venecia’.

Hasta hace unos años en Venecia no existía la recogida de residuos puerta a puerta como ocurre hoy en día y era un paraíso para las gaviotas que encontraban abundante alimento sin dificultad. Ahora, hambrientas, se lanzan contra los turistas.