Tan cerca, tan lejos

Con cuatro jornadas por delante para que acabe la temporada, la Real está a un paso de asegurar su primera participación en Champions. El Eibar, por el contrario, necesita un milagro para mantenerse.

Elba Verges y Nerea Eizagirre en el último derbi disputado en Zubieta.
Elba Verges y Nerea Eizagirre en el último derbi disputado en Zubieta. (Jon URBE | FOKU)

Tras el enésimo parón de la temporada y en vísperas de otro, la Liga regresa este próximo fin de semana para entrar en su recta final. Cuatro jornadas a las que se llega con sólo dos cuestiones matemáticamente resueltas: el Barcelona es campeón y el Sevilla seguirá en Primera pero no jugará en Europa. Los otros 14 equipos tienen, sobre el papel, algo en juego aunque en la realidad las batallas las disputan menos contendientes: son cuatro en la pelea por la Champions y seis en la de la permanencia. Y en ambas hay representación vasca, por suerte y por desgracia.

La fortuna, evidentemente, es la de la Real, que está a un paso de asegurar no ya la primera participación de su historia en competición europea, sino directamente la segunda plaza. Pero todavía tendrá que esperar para abrir el cava. Incluso aunque ganase el sábado en Sevilla y sus tres perseguidores perdiesen, sólo se aseguraría superar al Atlético, con el que tiene el golaverage ganado.

El Real Madrid quedaría a doce pero todavía debe recuperar su partido aplazado de la 18ª jornada contra el Rayo que, en caso de victoria, le dejaría a un máximo de nueve puntos de las blanquiazules y con el golaverage para el equipo madrileño. E incluso el Granadilla tendría un último, aunque complicadísimo, clavo al que aferrarse si acabara esta jornada a nueve puntos de la Real: necesitaría que las donostiarras perdieran los tres últimos partidos y ganar los suyos, incluyendo el que le enfrentará a la propia Real en Tenerife en la penúltima jornada, que además debería adjudicarse por goleada para hacerse con el golaverage tras haber caído por 3-0 en Zubieta en la primera vuelta.

Ese será el único duelo directo entre los implicados, con lo que el resto no podrá arañarse puntos entre sí, pero parece poco menos que imposible que la Real no acabe la Liga en la segunda plaza, que ocupa de manera ininterrumpida desde la 5ª jornada. Será también, sobre el papel, el partido más complicado que afronten las donostiarras, que también visitarán al Sevilla y recibirán a Rayo y Alavés. En la primera vuelta obtuvieron pleno de victorias ante los mismos rivales.

Misión casi imposible

La situación del Eibar es diametralmente opuesta. En descenso desde la 15ª jornada y habiendo recurrido ya al comodín del relevo en el banquillo, afronta la recta final del curso necesitando un milagro para mantenerse.

Las azulgranas tienen cuatro equipos a tiro –seis, estirando las matemáticas al máximo– y además recibirán a dos de ellos, Valencia y Villarreal, en los dos partidos que les quedan por jugar en Unbe. El problema es que la distancia a salvar es importante –entre cinco y siete puntos, con doce en juego–, sólo tienen el golaverage ganado al Madrid, precisamente el equipo que más alejado está, y su calendario a domicilio es terrorífico.

Este sábado visitarán al Granadilla, obligado a ganarlo prácticamente todo para hacerse con una plaza de Champions, y en la penúltima jornada visitarán a un Atlético en la misma situación que las canarias. Parece complicado que un equipo que sólo ha ganado seis partidos en 26 jornadas vaya a rascar demasiado en esos duelos, con lo que sus opciones pasarían por ganar los dos partidos que se jugarán en Unbe y que Valencia o Villarreal acaben la temporada con cuatro derrotas.

En ambos casos, además, el Eibar necesita voltear el golaverage, ya que en la primera vuelta cayó ante ambos rivales.

Sobre el papel, el calendario del Valencia es más complicado –recibe a Barcelona y Real Madrid y visita a Betis y, para acabar la temporada, al propio Eibar– pero su trayectoria última también es bastante más halagüeña que la del Villarreal, que sólo ha sumado un punto en las cinco últimas jornadas. También, lamentablemente, que la del equipo azulgrana, que tras las cinco derrotas consecutivas que acabaron con Ana Junyent, todavía encajó una más ya con Jordi Ferrón en el banquillo antes de reencontrarse la pasada jornada con una victoria que, al menos, le mantiene con vida.