Dabid Lazkanoiturburu
Elkarrizketa
Juan Teixeira
Compañero de cobertura de Pablo González

«Creo que a Polonia esto se le fue de las manos, pero temo que no se eche atrás»

Fotógrafo y periodista, Juan Teixeira ha cubierto conflictos con Pablo González, quien cumplió ayer 40 años y dos meses incomunicado en una cárcel polaca por informar «al estilo del viejo periodismo» de la larga crisis en Ucrania. Denuncia el sinsentido de la acusación y confía en verle libre.

Pablo González y Juan Teixeira.
Pablo González y Juan Teixeira. (NAIZ)

¿Cómo está Pablo?

La verdad es que sabemos poco. La única información sobre su estado ha sido proporcionada por el cónsul español en Polonia, que se ha limitado a asegurar que está ‘bien’, tanto física como sicológicamente, aunque ha perdido 10 kilos. Pablo es fuerte, pero es una situación muy difícil, ya que se enfrenta a cargos muy graves y no sabe nada del exterior ni ha podido comunicarse con su familia.

¿Cuál es el momento procesal?

Está en prisión preventiva a la espera de juicio. La semana pasada le trasladaron desde la prisión en la frontera con Ucrania, a la cárcel de Radom, cerca de Varsovia, lo que puede favorecer la asistencia consular o visitas familiares en el caso de que lleguen a concedérselas. Por fin cuenta con un abogado polaco de su propia elección, tras las malas experiencias con las dos letradas de oficio que le impusieron. El 29 de mayo terminan los 3 meses de prisión preventiva y se decidirá su prórroga o la puesta en libertad condicional hasta el juicio.

Ha trabajado como fotógrafo en tándem con Pablo González.

Llevo doce años colaborando con Pablo. Hemos realizado muchas coberturas, principalmente en Ucrania, a donde hemos viajado en multitud de ocasiones desde que comenzó la guerra civil en 2014. Cuando lo retuvo el SBU en febrero de este año estaba con él. Pensábamos quedarnos más tiempo, pero nos pareció una situación muy sospechosa y peligrosa, y decidimos volver al Estado español, poco antes de la invasión rusa. Cuando esta se inició, Pablo decidió ir a Polonia a cubrir el éxodo de refugiados. Yo me quedé, por lo que no estaba con él cuando le detuvieron.

¿Cómo es Pablo en esos escenarios de conflicto?

Es un periodista de la vieja escuela, algo complejo en estos tiempos. No se deja llevar nunca por el sensacionalismo, ni se preocupa de si una pieza es ‘vendible’ o no. Para él, lo importante es entender las cosas en profundidad e intentar comunicarlas, lo que cierra muchas puertas. Si quieres labrarte una carrera, debes ceñirte a la versión oficial y dar a los medios lo que quieren. Pablo nunca ha caído en ese juego. En la vida diaria puede llegar a ser un poco desesperante en ciertos momentos por su carácter vacilón, pero en general es muy fácil viajar con él si le entiendes. Le gusta hacerse el duro, pero es un pedazo de pan.

«Es un periodista de la vieja escuela. No se deja llevar por el sensacionalismo. Para él, lo importante es entender las cosas en profundidad e intentar comunicarlas»
¿Por qué cree que son capaces de acusarle de espionaje?

Creo que todo esto se les ha ido de las manos a las autoridades polacas. En un primer momento, los servicios de Inteligencia de Polonia reciben un informe sobre las sospechas de un periodista español ‘prorruso’. Cuando le detienen, ven que habla perfecto ruso y que tiene dos pasaportes, lo que unido al nerviosismo por la guerra en Ucrania hace que quieran anotarse un tanto y venden la ‘captura de un peligroso espía ruso’. Estoy convencido de que se habrán dado cuenta de que no hay nada, pero ya es tarde para echarse atrás. Le han tenido incomunicado dos meses y se han saltado el derecho internacional y los derechos humanos más básicos, por lo que no pueden soltarlo sin más.

¿Qué opina de la actuación del Estado español?

Creo que el Estado poco ha hecho por Pablo hasta ahora. Ojalá me equivoque y estén haciendo todo lo posible de modo confidencial. Se trata de un ciudadano español detenido sin pruebas, sin acceso a un abogado de su elección y sin tan siquiera poder comunicarse con su familia en un país de la Unión Europea. Es algo gravísimo, y creo que si presionara contundentemente, Pablo ya estaría en la calle, o al menos se respetarían sus derechos básicos y tendría opciones de un juicio justo. 

¿Y de Polonia?

Polonia hará todo lo posible por intentar incriminar a Pablo. Si prorrogan la prisión provisional será un indicio de que esto podría ir para largo.

¿Puede afectarle a Pablo la evolución de la guerra?

La guerra podría enquistarse, lo que podría afectar negativamente a Pablo. Si terminase mañana y los ánimos se enfriaran, tendríamos más oportunidades de que a Pablo se le trate de modo justo. De todos modos, me temo que incluso si se diera el caso no influiría decisivamente en su situación.