Urtzi Urrutikoetxea

Donald Trump, acusado de orquestar un golpe de Estado

Donald Trump orquestó el asalto al Capitolio. Es la conclusión que recogió el Comité de investigación de lo ocurrido hace año y medio; el ataque no fue, concluyen los congresistas, «nada accidental, sino un intento de golpe de estado» para intentar revertir los resultados de las elecciones.

La imagen de uno de los tuits del expresidente Donald Trump, proyectada en la pantalla durante la sesión del Comité que investiga el asalto al Capitolio del 6 de enero del año pasado
La imagen de uno de los tuits del expresidente Donald Trump, proyectada en la pantalla durante la sesión del Comité que investiga el asalto al Capitolio del 6 de enero del año pasado (Jabin BOTSFORD | AFP)

En principio se trataba de una investigación parlamentaria, pero el hecho de situarlo a las ocho de la tarde, en horario de máxima audiencia televisiva, ya da una idea de la expectación suscitada. Las principales cadenas de televisión cambiaron su programación para emitir en directo la primera vista de este Comité.

El congresista por Mississippi Bennie Thompson, presidente del Comité, inició su discurso destacando la gravedad de ocurrido: «soy de una parte del país donde la gente justificaba las acciones de la esclavitud, el Ku Klux Klan y los linchamientos. Recuerdo esa oscura historia cuando escucho voces hoy que intentan justificar las acciones de los insurrectos el 6 de enero de 2021».

Por ello, el representante de Mississippi recordó a la población estadounidense que «nuestra democracia sigue en peligro», y que el riesgo no terminó con el asalto, «la conspiración para frustrar la voluntad de la gente no ha concluido». El hecho de tener que destacar lo que es evidente, y es que un presidente subvirtió el orden constitucional para intentar amañar los resultados de unas elecciones e incitar a una insurrección, ya da muestra de la situación.

El discurso de Thompson fue directo y emotivo, destacando que el entonces presidente «intentó frenar un traspaso de poder pacífico. Donald Trump estuvo en el centro de la conspiración». Con acusaciones tan directas, está por ver si el Comité concluirá que el expresidente debería ser acusado formalmente por el Departamento de Justicia.

Desde el establishment republicano se rechaza por completo toda la Comisión y cualquier conclusión que se pueda derivar de ella. Se percibe, en cualquier caso, que le resulta extremadamente molesto al partido de Trump, que ayer volcó toda la energía en el tema económico, al conocer el peor dato de inflación en 40 años.

En este contexto, cobra especial relevancia la labor de la vicepresidenta republicana del Comité Liz Cheney. La hija del exvicepresidente Dick Cheney se ha ido distanciando totalmente del entorno trumpista, y ayer volvió a cargar contra el expresidente y la dirección republicana: «Esto se lo digo a mis colegas republicanos que están defendiendo lo indefendible: Llegará un día en que Donald Trump se haya ido, pero vuestro deshonra permanecerá».

Y siguió en su ataque contra el expresidente su propio partido: «Aquellos que invadieron nuestro Capitolio y pelearon contra la policía durante horas estaban motivados por lo que el presidente Trump les había dicho: que les habían robado las elecciones y que él era el legítimo presidente. El presidente Trump convocó a la turba, reunió a la turba y encendió la llama de este ataque».

Nuevas pruebas Liz Cheney fue la encargada de presentar lo sustancial de esta primera audiencia del comité. La mayoría de detalles relevantes llegaron en forma de vídeo. Se mostraron clips que no se habían emitido hasta ahora, con declaraciones del entorno más cercano al expresidente, como a su hija Ivanka Trump o su yerno Jared Kushner, hablando sobre cómo no creían en las afirmaciones de Trump de que hubiera habido ningún fraude en las elecciones.

Así, el exfiscal general William Barr declaró que las afirmaciones de robo electoral de Trump eran «una sarta de patrañas», afirmando que las teorías conspirativas sobre las urnas y máquinas de votación «no tienen ninguna base». Con estas declaraciones como pista de aterrizaje, Ivanka Trump dijo que respetaba a Barr y que «aceptaba lo que decía»; sobre las elecciones.

El portavoz de Trump, Jason Miller, dijo que la persona encargada de los datos de la campaña le dijo a Trump en «términos bastante directos que iba a perder». Mark Meadows, jefe de gabinete de Trump, ya había sido informado en noviembre de que no habían conseguido hallar ningún rastro de fraude. Así, el comité citó el testimonio del abogado de la campaña de Trump, Alex Cannon, asegurando haberle dicho a Meadows que la campaña había fracasado al tratar de encontrar un fraude generalizado en los estados clave que Trump perdió. Cannon dijo que Meadows respondió a su evaluación diciendo: «Así que no hay nada».

Se mostraron vídeos en los que los seguidores de Trump gritaban que se «colgara» al vicepresidente Mike Pence, encargado de certificar la validez de las elecciones, frente a las demandas de Trump de que no lo hiciera. La vicepresidenta del Comité continuó: «lo que el presidente Trump le pidió hacer al vicepresidente Mike Pence no era solo incorrecto, era ilegal e inconstitucional».

Cheney aseguró que hay varios testigos que afirman haber rogado a Trump que intentara parar la insurrección al ver que esta se volvía violenta, y que el presidente se negó a hacerlo. Incluso habría respondido a uno de ellos que, frente a las amenazas de muerte contra Pence, «quizás nuestros seguidores estén en lo cierto, quizás se lo merezca».

Otra de las revelaciones de Liz Cheney fue que varios de los congresistas más cercanos a Trump y que intentaron anular los resultados de las elecciones presidenciales, pidieron después el perdón presidencial. Por ahora se conoce el nombre del congresista de Pennsilvania Scott Perry. «Como verán, el representante Perry contactó con la Casa Blanca en las semanas posteriores al 6 de enero para solicitar un perdón presidencial. Numerosos congresistas republicanos también buscaron un perdón presidencial por haber intentado revocar el resultado de las elecciones».

Vídeo inédito Sin duda alguna, el vídeo de la noche fue el resumen de diez minutos sobre lo ocurrido aquel 6 de enero de 2021. Algo que emociona especialmente en el propio Congreso y en la ciudad de Washington, en los lugares en los que ocurrieron los hechos. Fueron muchos los asistentes que se emocionaron al recordar como la protesta derivó en un ataque al Capitolio.

En el vídeo se ven imágenes cenitales de las cámaras de seguridad, que muestran la magnitud del asalto, con cientos de personas –uno de los argumentos republicanos para minimizar lo ocurrido ha sido comparar el asalto a «una típica visita de turistas al Congreso»–.

Después llegaron los testimonios de la agente Caroline Edwards, herida al intentar para el asalto; en uno de los vídeos se la puede ver siendo golpeada en la estampida de los seguidores de Trump. «Estaba resbalando en la sangre de la gente. Fue una carnicería, fue un caos. Fueron horas de combate cuerpo a cuerpo». Edwards recordó haber visto al policía Brian Sicknick «pálido, con la cabeza entre las manos». El agente murió aquel día de un ataque al corazón.

Al lado de Edwards se sentó el documentalista Nick Quested, que había obtenido el permiso de la milicia fascista de los Proud Boys para grabar la manifestación. La víspera, el equipo de filmación siguió a Enrique Tarrio, líder de los Proud Boys, en la reunión que celebró con el jefe de la milicia antigubernamental Oathkeepers, dejando ver la coordinación existente entre ambos grupos ultraderechistas, y la voluntad inicial de terminar asaltando el Capitolio.

Implicaciones electorales Mientras las principales cadenas conectaban con lo ocurrido y lo debatían en la mesa, el principal presentador de la Fox, Carlson Tucker, intentó contraprogramar aunque terminó con su propia versión del Comité («caza de brujas»): sin emitir el vídeo resumen, por ejemplo, para mostrar solo de fondo la audiencia del Congreso que estaba viendo ese vídeo.

El lunes por la mañana continuarán con las audiencias. En total quedan cinco sesiones más, la mayoría por la mañana, aunque se prevé que la última, el 23 de junio, vuelva a emitirse en horario de máxima audiencia.

Si bien la intención inicial fue la de crear una Comisión similar a las del 11S hace 20 años, con representantes de ambos partidos, lo cierto es que la plana mayor del partido republicano ha rechazado desde el principio el Comité (solo participan dos congresistas republicanos, alejados de la línea oficial trumpista).

Por ello, aunque se insista en la importancia de la investigación, y sus implicaciones en el sistema político y constitucional del país, resulta inevitable pensar en clave electoral y en el efecto que los hallazgos y conclusiones de este Comité puede tener en las elecciones de medio mandato en noviembre.

Se trata de unos comicios en los que el partido del presidente suele perder apoyos históricamente. En este caso, la elección podría suponer que los demócrátas perdieran la exigua ventaja que tienen en la Cámara de Representantes y que los republicanos pudieran alcanzar la mayoría en el Senado.

«Las fuerzas del 6 de enero siguen activas hoy», alerta Joe Biden

«Es importante que el pueblo estadounidense entienda qué fue lo que realmente pasó y que entiendan que las mismas fuerzas que llevaron al 6 de enero siguen activas hoy», alertó el  presidente de EEUU, Joe Biden, que afirmó que no pudo ver la audiencia del Comité que lo investiga porque estaba «ocupado con otros asuntos» en la Cumbre de las Américas. Afirmó que el ataque al Capitolio fue «uno de los momentos más oscuros» de la historia de Estados Unidos y consideró que fue un «asalto brutal» a la democracia estadounidense. «Estamos viendo cómo la batalla por el alma de EEUU está lejos de haber sido ganada», añadió y pidió la unión de demócratas y los republicanos «para no permitir que nadie ponga una daga en la garganta de nuestra democracia.

Por su parte, el expresidente Donald Trump descartó el testimonio de su propia hija ante el comité especial de la Cámara de Representantes. «Ivanka Trump no participó en la observación o el estudio de los resultados de las elecciones. Hacía tiempo que se había ido y, en mi opinión, solo estaba tratando de ser respetuosa con Bill Barr y su puesto como fiscal general», señaló. El jueves criticó al comité por negarse a «reproducir cualquiera de los muchos testigos y declaraciones positivas» que tienen sobre él.