Alessandro Ruta

La vieja sede del Partido Comunista Italiano será un hotel de lujo

Via delle Botteghe Oscure 4, en Roma, donde el PCI tenía su cuartel general, se va a convertir en un hotel de cinco estrellas con 70 habitaciones y un mega-restaurante. Parece una venganza de la historia en contra de la formación de izquierda, desaparecida en 1991.

El edificio histórico, en pleno centro de Roma.
El edificio histórico, en pleno centro de Roma. (Google Street)

Via delle Botteghe Oscure 4, en Roma, no es solamente la dirección de la antigua sede del Partido Comunista Italiano: no, para mucha gente es completamente el PCI, desaparecido en 1991 pero todavía vivo en la memoria tanto de simpatizantes como de rivales.

«Desde Botteghe Oscure confirman, rechazan, explican...», es lo que siempre se escuchaba en los informativos, porque así se llamaba el cuartel general de los comunistas. Pero ya no existe, ahora es un trasto de la historia.

Ahora mismo el Partito Democratico (supuestamente el partido de izquierda del panorama político italiano) se ubica en Via Sant'Andrea delle Fratte, cerca del Largo del Nazareno, una plazuela a dos pasos de la Fontana de Trevi.

‘Sic transit gloria mundi’, se podría decir en latín; ‘Así pasa la gloria del mundo’. O recurriendo a Dante Alighieri, un contrappasso de manual, una venganza de la historia para la militancia comunista, porque el edificio de Via delle Botteghe Oscure 4 se va a convertir en un hotel de lujo, de cinco estrellas.

70 habitaciones

Todo había empezado en 1946, cuando Palmiro Togliatti, ‘El Mejor’, líder absoluto del PCI por aquel entonces, gracias a algunos compañeros de partido y de la Resistencia, hizo comprar este palacio de seis plantas.

El trato alcanzó los 30 millones de liras, una cifra descomunal para la época: el edificio incluía ascensores privados para los líderes, la librería ‘Rinascita’, una sala para fiestas, el balcón donde celebrar las victorias electorales con los militantes... El mismo Togliatti tenía su despacho en la segunda planta y en la sexta la habitación íntima para quedar con la que era su amante, Nilde Iotti.

Muchas cosas han cambiado en más de medio siglo, hasta llegar al año 2000, cuando los herederos del desaparecido PCI, los «Democráticos de Izquierda», vendieron todo a la Asociación de los Banqueros Italianos para evitar naufragar por las deudas.

El nuevo proyecto ha sido impulsado por un fondo de inversión, Tosinvest. Y choca contra el pasado de este edificio situado cerca de algunos de los monumentos más conocidos de Roma, como el Capitolio, Piazza Venezia o el Altar de la Patria.

Según el proyecto, el nuevo hotel de Via delle Botteghe Oscure 4 tendrá 70 habitaciones de extra-lujo, incluso algunas suites, con terraza-restaurante en una de las plantas de arriba.

Quedarán algunos símbolos, probablemente en la entrada, como el busto de Antonio Gramsci (fundador del Partido Comunista Italiano) o la bandera roja de la Comuna de Paris de 1871.

Salvini queda enfrente

Seguir las mudanzas es también hacer una miniclase de geografìa del centro de Roma. Solo falta el «Paparazzo» de Fellini de la película ‘La dolce vita’, aquel fotógrafo molesto que iba de local en local con su cámara.  

Botteghe Oscure era la calle de los comunistas, pero muy-muy cerca (dos minutos andando, literalmente) estaba Piazza del Gesù, el cuartel general de los rivales de siempre, la Democrazia Cristiana. Y a mitad de camino las Brigadas Rojas dejaron el cuerpo sin vida de Aldo Moro, en Via Michelangelo Caetani, tras haberlo secuestrado durante 55 días entre marzo y mayo de 1978. El presidente de la DC quería llevar los comunistas al gobierno y las BR simbólicamente trasladaron su cadáver a un espacio intermedio entre las sedes de esos dos partidos.

Sin embargo, curiosamente, desde 2020 en Via delle Botteghe Oscure se ha instalado, justo en frente del número 4, la Liga Norte de Matteo Salvini, cuya sede principal sigue, de hecho, en Milán. Y ha ocurrido además en un momento histórico en que los supuestos herederos del PCI, el Partido Democrático, están intentando aliarse con el Movimiento Cinco Estrellas de Beppe Grillo para contrarrestar el avance de la derecha. Ver su antigua sede convertida en otro cinco estrellas, en este caso un hotel, da para todo tipo de bromas.