Bake Bidea y Artesanos por la Paz han emitido hoy un comunicado en el que hacen un balance más exhaustivo sobre la movilización a la que se sumaron 1.700 personas y que permitió bloquear hasta quince puntos de la geografía de Ipar Euskal Herria dejándose sentir incluso en las principales infraestructuras del país.

El aeropuerto de Biarritz, el servicio de tren y la confluencia de las autopistas A64 y A63 no escaparon a los efectos de esa acción masiva de desobediencia civil desarrollada el 23 de julio en los tres territorios del norte de Euskal Herria.

Los dos organismos impulsores de la protesta han remarcado el «carácter pacífico» de la misma y frente a algunas lecturas de organismos oficiales –la dirección del aeropuerto de Biarritz tachó ayer de irresponsables a la media docena de activistas que invadieron una de las pistas del aeródromo, remarcando el riesgo que causaron con la acción– han destacado el alto grado de seguridad y serenidad con que discurrió la jornada.

La acción de bloqueo territorial se completó sin que se registrasen incidentes y sus promotores han achacado ese «éxito» a la labor de preparación que, de la mano de interlocutores institucionales y económicos, llevaron a cabo desde el momento mismo en que, el 23 de junio en Luhuso, anunciaron que, de no darse cambios en la actitud de la Fiscalía Antiterrorista con respecto a Jakes Esnal y Kepa Parot, bloquearían Ipar Euskal Herria un mes después.

Implicación de las «fuerzas vivas» de la sociedad vasca

Artesanos por la Paz y Bake Bidea detallan en su nota las relaciones que mantuvieron ya con electos, ya con responsables de servicios de urgencias, ya con gestores de infraestructuras para que todos y cada unos de esos gestores pudieran tomar la medida a la acción y hasta prevenir a tiempo sus eventuales impactos negativos en sus respectivos ámbitos de trabajo.

Cabe destacar que un variado panel de electos y portavoces políticos tomaron parte de una forma u otra en esa jornada de desobediencia, de forma pública y asumiendo las eventuales consecuencias en modo de sanciones de parte de la Justicia.

En algunos casos, caso de la representante de EH Bai, Anita Lopepe, o de la veterana ecologista Alize Leiziagezahar, participaron en el bloqueo de las vías del tren entre Baiona y Bokale, en otros acudieron a los puntos de bloqueo al lado de otros muchos ciudadanos y, al final de la jornada, otros cargos públicos conformaron una delegación que, encabezada por el presidente de la Mancomunidad Vasca, Jean-Rene Etchegaray, entró a defender la justicia de la causa que llevó a esa protesta en la Subprefectura de Baiona.

Esa delegación de 15 electos, tras sumarse a la protesta a las puertas de la delegación estatal que reunió a centenares de personas, trasladó en persona al prefecto Éric Spitz la «preocupación general» por la situación de dos presos con más de 32 años de cárcel a sus espaldas, y también por los 26 detenidos en la jornada de bloqueo, que quedaron en libertad la misma noche del 23J, a la espera de ser citados en próximos meses por la Justicia.

Bake Bidea y Artesanos por la Paz elogian en su nota que, con esa jornada de protesta civil «hemos demostrado nuestra determinación frente a la irresponsabilidad y a la negación, y también frente al desprecio del Estado».

Asi las cosas y a la espera de lo que ocurra en la audiencia que Esnal y Parot tienen fijada para el próximo 22 de setiembre, advierten de que «si no hay un mínimo gesto» de cara a la excarcelación de ambos prisioneros, «en los dos meses siguientes» desarrollarán nuevas acciones de desobediencia «espectaculares y acordadas con la sociedad, tanto en el plano político como mediático».