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La CAV actualiza la guía contra la violencia machista con un apartado sobre «sumisión química»

La multiplicación de denuncias de pinchazos en contextos festivos ha llevado a las administraciones de la CAV a actualizar su guía contra la violencia machista, que incluye ahora un apartado dedicado a la «sumisión química» y se hace eco asimismo del «terror sexual» que generan estas prácticas.

Movilización celebrada en junio en Beasain en protesta por una agresión machista durante las fiestas.
Movilización celebrada en junio en Beasain en protesta por una agresión machista durante las fiestas. (Jon URBE | FOKU)

Las instituciones de la CAV han actualizado la guía de prevención de la violencia machista en fiestas con la inclusión de un apartado referido a la sumisión química, ante la «creciente preocupación» por estas prácticas y la constatación de que la Ertzaintza investiga al menos una docena de casos de pinchazos a mujeres, aunque en ninguno de ellos han sido detectados restos de sustancias tóxicas.

La actualización de la guía ha sido anunciada esta mañana por la consejera de Igualdad del Gobierno de Lakua, Beatriz Artolazabal, en una rueda de prensa en Gasteiz.

La guía, destinada a prevenir la violencia machista durante las fiestas, incluye ahora un apartado dedicado a la “sumisión química”. En el documento, se explica que este concepto se refiere al hecho de que, «bajo los efectos de determinadas drogas, las personas pueden ver afectada su voluntad, su consciencia y ser extremadamente vulnerables para sufrir agresiones de todo tipo, incluidas agresiones sexuales».

Además, se explica que «la sumisión química puede ser premeditada, es decir, alguien proporciona a la víctima una sustancia que la incapacita». La sustancia –añade el texto– «puede ser vertida en una bebida" o administrada «mediante pinchazos que se aplican en alguna parte del cuerpo aprovechando la multitud, la oscuridad o ambas circunstancias».

«Terror sexual»

La guía precisa, asimismo, que los pinchazos «también pueden producirse sin causar sumisión química», aunque «lo que sí logran es generar un clima de terror sexual en el que las mujeres ya no se sienten seguras ni pueden disfrutar de las fiestas con libertad».

Es el caso de los doce pinchazos investigados por la Ertzaintza, y lo mismo ocurrió con los pinchazos denunciados en los pasados Sanfermines, en Iruñea, en los que tampoco se detectaron sustancias químicas. También se han reportado numerosos pinchazos en las fiestas de Baiona.

Artolazabal ha explicado que la actualización de la guía elaborada por el Gobierno de Lakua, las diputaciones y Eudel, se ha realizado ante «la creciente preocupación ante pinchazos y posibles agresiones con sumisión química».

El documento está dirigido a los ayuntamientos, a la hostelería, a los responsables de las txosnas y a quienes intervienen en la organización de las fiestas, con el fin de establecer «pautas claras» de actuación ante las distintas formas de violencia machista.

La consejera, en referencia a la sumisión química, ha apelado a la «prudencia» y ha expresado su condena ante un tipo de violencia «que conculca nuestro derecho a vivir en libertad las fiestas de nuestros pueblos». En este sentido, ha subrayado que todas las mujeres tienen «derecho a ser libres y a divertirse como quieran». «Esto no puede ser un retroceso en nuestras libertades, una vuelta al miedo, que es la verdadera amenaza», ha apostillado.

Medidas concretas en Catalunya

Con todo, más avanzadas están, en este ámbito, las instituciones catalanas. Y es que los departamentos de Igualdad y Feminismos, Salud e Interior de la Generalitat han actualizado hace unas jornadas el protocolo de actuación, después de que los Mossos d'Esquadra hayan recibieran en apenas unos días 18 denuncias de personas –17 de ellas mujeres– que aseguran haber sido pinchadas con agujas o un objeto punzante cuando estaban en zonas de ocio, en ningún caso con violación o robo posterior.

Según el nuevo protocolo, las personas que intuyan haber sufrido un pinchazo en un local de ocio podrán recibir profilaxis por exposición al VIH y se les practicarán análisis toxicológicos urgentes.

El objetivo del protocolo es dar una respuesta «coordinada, integral y eficiente a la situación generada a raíz de la detección de los pinchazos», por lo que establece el papel que deben tener los espacios de ocio, el personal de transportes públicos, el entorno de las víctimas o cualquier persona que aprecie un «comportamiento extraño».

En concreto, en el caso de que una mujer intuya haber sido pinchada, el protocolo destaca la importancia de que se atienda a sus sensaciones y se le dé apoyo si es necesario, mientras se recomienda no regresar a casa sin pasar por un centro sanitario, «lo antes posible» y «preferiblemente acompañada».

Cuando la víctima entre en un centro sanitario, se activará el protocolo de «pinchazo accidental» y se valorará la necesidad de administrar la profilaxis posexposición al VIH, lo que debe llevarse a cabo durante las primeras 72 horas tras el incidente.

El documento aprobado por el Govern establece también que se practicarán análisis toxicológicos a la víctima «lo antes posible» y, en el caso de que se sospeche de una agresión sexual, se activará el protocolo previsto para esos casos.

De considerarse oportuno, el centro proporcionará apoyo psicológico a las personas afectadas, que tienen a su disposición –recalca el documento– toda la red pública de atención a las violencias machistas y LGTBIfóbicas.