El cañonazo oficial y el txupinazo pirata han dado inicio casi al unísono a la Aste Nagusia donostiarra. Ocho días (uno más para Donostiako Piratak con la jocosa prórroga de Irrikitaldia) para una fiesta con dos formas muy diferentes, que se han reflejado en los 300 metros que separan Alderdi Eder de Flamenka Gunea.

Una y otra, eso sí, bajo el mismo cielo, que se ha ido encapotando por la tarde y ha dejado caer unas gotas, con más ruido de truenos que agua, en torno a las 18.30. En ese momento apenas se han abierto paraguas, porque además tras los calores acumulados el refresco ambiental se agradecía. Pero a las 18.50 sí que ha descargado a gusto y ha habido que protegerse. Justo un minuto antes de las 19.00 ha parado de llover.

En Alderdi Eder el protagonismo ha sido para Unión Artesana, la archiconocida sociedad donostiarra que llevaba dos años esperando este momento por su 150 aniversario. A sus miembros les ha tocado entonar el ‘Artillero, dale fuego’.

Para entonces por el puerto ya aparecían Ezkila kapitaina y Matti, los símbolos de la Aste Nagusia Pirata. Matti llega encarnado este año en Euskal Herriko Bilgune Feminista, el colectivo que cumple 20 años. En el discurso previo al txupinazo, EHko Bilgune Feminista ha mencionado que está «muy orgullosa» de estas últimas dos décadas en las que ha luchado por vivir en una Euskal Herria feminista. Además, ha señalado que gracias a ese trabajado se han hecho muchos avances en varios espacios, incluidos en las fiestas populares.

«La lucha contra las agresiones machistas ha sido la labor más visible del movimiento feminista en las fiestas populares: Llevar adelante los protocolos, responder a las agresiones, organizar movilizaciones, organizar brigadas y puntos morados, convocar manifestaciones nocturnas… Aunque veamos lejano el final de esa contienda, queremos decir que estamos hartas y que no vamos a tolerar ataques machistas, transmaribollófobos ni racistas. Queremos espacios que sean seguros y disfrutables para todos y seguiremos formándonos en autodefensa feminista», han reivindicado.

Dos décadas que, por cierto, son también las mismas que cumple Donostiako Piratak. ‘Biba festa, biba eraldaketa, biba piratak’ es el lema con que se ha puesto en marcha la fiesta en la Flamenka, donde no habrá tregua ni freno hasta el sábado próximo, sobre todo por la noche.

Mientras, ante el Ayuntamiento se han reunido el batallón, gigantes y cabezudos, la Unión Artesana y otros invitados... todos ello bajo la mirada escrutadora de algunos miles de personas con el habitual ambiente alegre pero sosegado, pura flema donostiarra que hace este inicio festivo muy diferente a los recientes de Iruñea o Gasteiz. E incluso a la tamborrada, Santo Tomás o los dos domingos de regatas.

Las dudas de si la lluvia podía chafar el cañonazo se han disipado justo a las 19.00, cuando el artillero mayor, Elías Arruabarrena, se ha estrenado prendiendo la mecha junto a Onintza Mokoroa.

La fiesta ha empezado antes

En realidad, ni unos ni otros han esperado a las 19.00 para arrancar la semana. Donostia ha tenido durante el día un ajetreo importante de txarangas y batukadas, además de mercado agrícola y feria de artesanía, mientras que las cofradías piratas se han ido viniendo arriba en forma de comida popular.

La primera noche de fiesta viene larga, y de nuevo con ofertas bien diferenciadas, lideradas por los fuegos artificiales y el concierto de Izaro en Sagues por lo que respecta a la parte oficial, y las cenas de la Trini y Laiotz en la Flamenka por la vertiente pirata.