Mikel Insausti
Crítico cinematográfico

‘Don’t Worry Darling’

Cada vez son más las jóvenes actrices que se animan a dirigir, sin tener que esperar a la madurez profesional, gracias a que las oportunidades de trabajo que ofrece la industria del audiovisual en estos momentos a uno y otro lado de la cámara son cada vez mayores. Olivia Wilde podría haberse dedicado únicamente a la actuación, porque no le faltan papeles importantes, y en muy poco tiempo se ha hecho un sitio en Hollywood. Pero, sin esperar a ver si triunfa definitivamente como actriz, ha preferido tomarse en serio la dirección, con lo que sus posibilidades para consolidar su carrera artística aumentan.

Nacida en 1984, esta neoyorquina de ascendencia irlandesa, empezó en la interpretación en las series televisivas ‘The O.C.’ (2003-2007) y ‘Dr. House’ (2004-2012), que le sirvieron para darse a conocer y ser reclamada por el cine. Desde mediados de la primera década del nuevo siglo ha intervenido en películas de directores como Nick Cassavetes, Harold Ramis, Paul Haggis, Joseph Kosinski, Jon Favreau, David Dobkin, Andrew Niccol, Ron Howard, Spike Jonze, Dan Fogelman o Clint Eastwood. Lo más reciente que ha hecho ha sido ponerle voz a Lois Lane en la cinta de animación ‘DC Liga de Supermascotas’ (2022). Y pronto estrenará ‘Babylon’ (2022), la nueva realización del oscarizado Damien Chazelle, una mirada retro sobre la transición del cine mudo al sonoro, que le puede brindar a Olivia Wilde muchas alegrías en los premios anuales.

La buena racha actoral coincide con su crecimiento en paralelo como cineasta, oficio complementario en el que debutó con la comedia ‘Booksmart’ (2019), que trata sobre la liberación de la mujer y su derecho a la diversión, a través de dos estudiantes que aún no han tenido oportunidad de disfrutar de la vida por haberse dedicado a preparar exámenes bajo la presión de tener que estar más preparadas que ellos para poder conseguir un buen puesto, y que deciden salir de juerga para darse un respiro. Como activista del movimiento “Time’s Up” contra el acoso sexual a las mujeres, a Olivia Wilde le interesan estos temas, y en su próximo tercer largometraje, titulado muy alusivamente ‘Perfect’ (2023), aborda la vida real de la gimnasta Kerri Strug y su preparación para los Juegos Olímpicos de 1996, a pesar de sufrir una grave lesión. Si todo va bien Wilde tendrá la oportunidad de saltar a las grandes ligas, ya que ha fichado por Sony-Marvel, seguramente para hacer una de superheroínas.

‘Don´t Worry Darling’ (2022) es una segunda película que muestra una mayor ambición, porque además de contar con un reparto importante en el que la directora se reserva un rol secundario, es una producción importante de New Line Cinema que pone un especial cuidado en la ambientación retro de los años 50, tanto a nivel de decorados como de vestuario. Por cuestiones extracinematográficas el rodaje concitó el interés mediático, y eso ha hecho dispararse la popularidad en redes de Olivia Wilde. El protagonista masculino debía ser en principio Shia LaBeouf, pero el problemático actor finalmente se desvinculó del proyecto, siendo sustituido por el cantante de moda Harry Styles. Un ídolo de adolescentes que, al iniciar una relación sentimental con la Wilde, puso el foco en el set en medio de todo tipo de rumores.

Esto no debería desviar la atención del verdadero contenido de ‘Don’t Worry Darling’ (2022), donde la actriz principal que hace de pareja de Styles en la ficción es Florence Pugh, un ama de casa relegada a ser una mujer florero, dentro de una nueva zona residencial del futuro. En la utópica ciudad de Victory, mientras ellas disfrutan del lujo y la ociosidad sin saber a qué se dedican sus maridos.

Todo esta rodeado de misterio, pues se supone que trabajan en un proyecto secreto, y que las esposas deben guardar sumisión y silencio al respecto. Hasta que Alice, la protagonista, se empieza a hacer preguntas y comienza a hacer averiguaciones para descubrir la verdad oculta tras la fachada.