Arnaitz Gorriti

El gasteiztarra Roberto Iñiguez cambia Perfumerías Avenida por el Mersin Çukurova turco

Después de dos años y medio exitosos en la escuadra salmantina, el técnico alavés ha decidido irse a equipo que supone un candidato verdadero para ganar la Euroliga después de vivir una campaña tumultuosa en un club que deja «ahora que está en el punto de ganarlo todo».

Roberto Iñiguez ha estado al frente de Perfumerías Avenida estos dos años y medio.
Roberto Iñiguez ha estado al frente de Perfumerías Avenida estos dos años y medio. (FEB)

Después de ganar por 73-54 a Lointek Gernika Bizkaia el pasado sábado, el entrenador de Perfumerías Avenida, ael gasteiztarra Roberto Iñiguez de Heredia, adelantaba que no iba a seguir en el cargo de técnico del equipo salmantino. Dos días después, el Mersin Çukurova turco, famoso por su encerrona a Lointek Gernika Bizkaia en la eliminatoria de dieciseisavos de final de la pasada campaña de la Women Eurocup, anunciaba el fichaje del preparador gasteiztarra.

Muchos son los motivos por los cuales Roberto Iñiguez, que en estas dos campañas al frente de Perfumerías Avenida ha ganado dos veces la Liga Femenina y en una ocasión la Copa y la Supercopa, haya querido dejar el club salmantino. Según la peculiar rueda de prensa que dio para confirmar su marcha, «el club está ahora en disposición de ganar. Está saneado y está sano y estoy convencido de que con mi marcha, ahora va a ganar».

Por falta de carácter y currículo no será, porque el preparador gasteiztarra viaja a un destino en el que no se le pedirá menos que pelkear por meterse en la Final Four de la Euroliga y ganarla. Iñiguez ha sido elegido mejor entrenador de la Euroliga Femenina los dos últimos años, aunque no ha podido ganar la Euroliga al toparse primero con una selección mundial como era Ekaterimburgo, equipo vetado por la Euroliga tras la invasión rusa de Ucrania, desmantelado por completo y que tuvo el amargo corolario de la detención y condena por tráfico de drogas de una de sus mayores estrellas: la estadounidense Brit Grinner, liberada tras haber sido empleada como moneda de cambio en un canje de presos, y porque el año pasado el equipo del técnico gasteiztarra caía en semifinales ante el Sopron húngaro.

La carrera de Roberto Iñiguez de Heredia ligada al baloncesto es larga. Primero como jugador, pero sobre todo como entrenador. Creció a la sombra de una leyenda como Miki Vukovic en las categorías inferiores de Valencia Basket, pero ese ha sido prácticamente su único contacto con el basket masculino, ya que la categoría femenina ha sido donde el alavés ha echado raíces y se ha hecho con un nombre.

Con el extinto Ros Casares ganó la Liga Femenina de 2012 –antes de recalar en Perfumerías Avenida lograría otro tanto con Spar Girona en la campaña 2014/15, aunque llegara de «interino» tras la dimisión de Ramón Jordana– y la Euroliga de aquel año, derrotando precisamente al Perfumerías Avenida en la finalísima. Desde entonces, Iñiguez no ha podido repetir entorchado continental aunque ha llegado a seis finales más con Fenerbahçe, Oremburgo, Sopron y Perfumerías Avenida.

En su marcha a Mersin Çukurova se va a encontrar con un equipazo de campanillas, con jugadoras que yasaben cómo se las gasta el gasteiztarra. «Yo soy tan exigente conmigo mismo que la presión de los demás muchas veces ni me llega. La jugadora franquicia de mi actual equipo, DeWanna Bonner, me preguntó muy educadamente: ‘¿Coach, usted duerme?’ No hace falta decir más... Si quieres conseguir grandes cosas, hay que ser exigente, con el equipo colectivamente y con las jugadoras individualmente», respondía a una entrevista a este medio en el año 2016.

Precisamente DeWanna Bonner, que coincidió con él en Oremburgo, está en el Mersin ükurova, igual que Tiffany Hayes, que coincidió con Iñiguez en Salamanca, más otras estrellas como Quanitra Hollingsworth –coincidió con Iñiguez en Fenerbahçe– o Chelsea Gray. Es decir, el objetivo de contratar al gasteiztarra es ganar la Euroliga por parte del equipo de Mersin, algo que Roberto Iñiguez sabe objetivamente que con Perfumerías Avenida resultaría una empresa todavía más difícil.

Problemas con la directiva

Sabido es del carácter de Roberto Iñiguez de Heredia. «El problema es que yo soy agotador, soy muy obsesivo, vivo sólo para el equipo y eso es bueno para unas cosas y muy malo para otras», confesó en la citada entrevista con este medio. Por eso, aunque a la hora de su marcha el gasteiztarra haya querido recalcar la buena amistad que sigue manteniendo con el presidente de la entidad salmantina Jorge Recio, lo cierto es que hace varios meses los desencuentros entre el entrenador y la directiva saltaron al dominio público.

«Yo no vengo aquí por dinero y habría podido resolver mi vida con las ofertas que he tenido estando en Avenida. ¿Cuál es mi motivación así? Llevo las cosas al límite y siento esto como un proceso. Me gustaría mejorar cada año porque es una necesidad. Aquí estamos tres personas para todo. Un equipo de Liga Challenge tiene más cosas que nosotros», declaró en una rueda de prensa.

Ya entonces aclaraba que «podría estar en Cukurova ganando 200.000 euros netos o con la selección de Francia y las Olimpiadas, pero me quedé aquí. Hay gente que no comparte la ilusión y mi sentido aquí empieza a diluirse. Si me voy y todo está como cuando vine, ¿qué coño hice aquí? Las Final Four se olvidan. No pido maravillas o nos vamos a estrellar en Liga, Euroliga y Copa. Hay que tener una estructura para saber a lo que debemos acudir en el mercado. Si dependes de los agentes, estás KO».

Y lo cierto es que Perfumerías Avenida ha vivido un gran recorte presupuestario en los últimos tiempos, perdiendo además a jugadoras como Tiffany Hayes o las hermanas Katie Lue y Karlie Samuelson en los últimos años.

Así las cosas, el cuadro salmantino esta campaña de Liga Femenina ha perdido ya cuatro partidos –dos de ellos en Euskal Herria: en el Gasca y en Maloste– y en la liguilla de la Euroliga Femenina ocupa la cuarta plaza del grupo B –juegan dos grupos de ocho equipos y los cuatro primeros clasificados del grupo A se cruzan con elo cuatro primeros del grupo B en unos play-offs al mejor de tres partidos para decidir qué cuatro equipos se meterán en la Final Four–. Son números bastante más bajos que en el años precedentes, con la sensación añadida de no dominar tanto los tiempos de la temporada, sino de tener que apretar al máximo. En ese sentido, los problemas físicos que han tenido a lo largo de la campaña Silvia Domínguez y Julia Reisingerova han repercutido mucho en el nivel del cuadro charro. Con todo, su reciente derrota europea ante el Basket Landes en la prórroga ha debido ser la gota que ha colmado el vaso y que ha precipitado los acontecimientos de la marcha del técnico alavés.

Su «mejor trabajo»

Sea como fuere, Roberto Iñiguez se despedía subrayando que «esta es la temporada en la que mejor entrenador he sido en mi carrera. En 25 años, la que mejor trabajo he hecho», pero decidía tomar el camino hacia Turquía –hacia un Mersin que pelea en el mismo grupo que Perfumerías Avenida, curiosamente– porque «(Avenida) somos el blanco de las hostias y espero que la gente esté unida porque parece que somos el enemigo y que nadie desea que este equipo vaya hacia adelante, que el equipo molesta que vuelva a ganar».

«Me voy ahora porque creo que el equipo sí está en el punto de disputar todo. Si no lo hubiese visto, no me iría. Ahora necesitan que se vaya el entrenador, porque la carga emocional de drama cuando se pierde, de situación emocional que no ayuda a que sea sana su reacción, es por el entrenador (...) Quiero limpiar y sé que yéndome eso va a pasar. Van a tener todo el apoyo y no va a estar esa figura mía que parece el enemigo no esté. Molesta que Roberto Iñiguez haya ganado dos Ligas, la Copa, la Supercopa, plata y bronce en Euroliga… Dicen ‘como lo haga este año ya, cómo lo enterramos’. Todo eso ha creado una carga ahí, la gente no está acostumbrada a que le respondan. Yo no voy a cambiar, puedo perder dinero, un amigo por discutir, una amistad… pero mi carácter y lo que yo soy va conmigo y no me va a cambiar nadie. Estoy orgulloso de quién soy. Cuando soy amigo, soy amigo a muerte y eso no lo voy a cambiar, por eso voy a perjudicar al equipo», indicaba el técnico gasteiztarra.

«Aquí se han dicho tantas gilipolleces de gente que no me conoce… Que si yo me quedaba por dinero, que quería que me echaran para cobrar el contrato, que maltrataba a mis jugadoras, que maltrataba al fisio…  pero quién cojones me conoce a mí para decir eso. Mis jugadoras me quieren con locura, mi staff me quiere con locura y el presidente es mi amigo. Y si les pica, que se jodan. Bien jodidos todos. Ese soy yo. Pero si veo que perjudico a mi equipo, sé lo que tengo que hacer y sé cuando. Lo hago ahora porque sé que cuando estén Julia y Silvia recuperadas, les he visto entrenar, en Mersin, en Zaragoza, 32 minutos en Landes, hoy… y este equipo va a ganar la Copa, la Liga y va a jugar la Final Four. Eso es lo que yo creo. (...) Me voy ahora porque sé que es el momento y quería irme ganando. Creo que el equipo está para arriba y por eso me voy», culminaba el ya exentrenador de Perfumerías Avenida y flamante preparador del Mersin Çukurova turco, Roberto Iñiguez de Heredia.