Isidro Esnaola
Iritzi saileko erredaktorea, ekonomian espezializatua / redactor de opinión, especializado en economía

Bruselas presenta su plan para subsidiar a la industria verde

La Comisión Europea presentó la semana pasada su Plan Industrial Verde cuyo fin es mejorar la competitividad de la industria europea cero emisiones. En la práctica es la respuesta a los subsidios de otras potencias en la carrera mundial por liderar y dominar la «economía verde»

Cadena de montaje de autobuses eléctricos
Cadena de montaje de autobuses eléctricos (Jon URBE | FOKU)

La Comisión Europea presentó la semana pasada su Plan Industrial Verde cuyo fin es mejorar la competitividad de la industria europea cero emisiones y apoyar la transición rápida hacia la neutralidad climática. El plan se discutirá durante la cumbre que se celebrará en Bruselas los días 9 y 10. La Comisión sitúa este plan como la siguiente pieza en el «green deal» tras el plan Fit for 55 para reducir emisiones, el plan RePowerUE para acelerar el abandono de combustibles fósiles y el plan de Acción de la Economía Circular. Sin embargo, en la práctica es una respuesta a la Ley estadounidense de Reducción de la Inflación y a los subsidios de China, que el plan califica de «injustos». Se trata, por tanto, de una pieza más en la carrera mundial por liderar y dominar lo que se ha venido a llamar «economía verde».

Cuatro son los pilares de este nuevo plan. El primero lo constituirá una Ley de Industria Cero Emisiones en la que se identificarán los objetivos industriales para los que la norma proporcionará un marco regulatorio simplificado, o lo que es lo mismo, más facilidades y menos control social y medioambiental para los  proyectos que se consideren prioritarios. El marco se complementará con una Ley de Materias Primas Críticas y una reforma del mercado eléctrico, un compromiso que la Comisión ya había adquirido.

Financiación

El segundo pilar contempla la financiación de la inversión. La Comisión plantea que junto con la financiación pública se desarrolle en la UE un mercado de capitales para desbloquear las «enormes cantidades de financiación privada necesarias para la transición verde». Este apartado es uno de los más problemáticos ya que contradice la actual política de libre competencia que prohibe las ayudas de Estado a las empresas. Tal vez por esa razón, el plan plantea que habría que establecer unos límites temporales y exenciones por categorías con un objetivo claro: hacer frente a las ayudas «distorsionadoras del mercado» aprobadas por otros competidores.

El documento propone incluso dar a las empresas ayudas equivalentes a las que les ofrezcan «gobiernos extranjeros» –en clara alusión a Washington– para evitar que trasladen al exterior su producción

Lo cierto es que este año, a causa de la guerra en Ucrania y de las sanciones a Rusia, la Comisión ya ha modificado dos veces la norma sobre ayudas estatales para que las empresas pudieran hacer frente a los altos costos de la energía primero, y al debilitamiento de la economía después. El documento propone incluso dar a las empresas ayudas equivalentes a las que les ofrezcan «gobiernos extranjeros» –en clara alusión a Washington– para evitar que trasladen al exterior su producción.

En este sentido, un reciente estudio de la Comisión señalaba que el Estado francés y Alemania eran responsables del 77% de todas las ayudas estatales otorgadas a empresas durante la pandemia. Los países del sur de Europa carecen de semejante músculo presupuestario, de ahí que las propuestas de ampliar las ayudas de Estado generen mucha incertidumbre, sobre todo, si no se aclara la financiación.  

Tal vez con la intención de ahuyentar esos recelos, la Comisión ha propuesto la creación de un nuevo fondo de soberanía europeo para este verano. No han dado a conocer más detalles, pero la idea es utilizarlo para preservar «una ventaja europea en tecnologías críticas y emergentes» como la computación cuántica, la biotecnología, la inteligencia artificial, etc.

El tercer pilar es el de la formación. El documento detalla que entre el 35% y el 40% de los puestos de trabajo podrían verse afectados por la transición verde. En este sentido plantea academias de industria cero emisiones para implementar programas de actualización de habilidades en industrias estratégicas.

Comercio mundial

El cuarto pilar es el de la cooperación global y como dice la nota de la Comisión «hacer que el comercio funcione para la transición verde». El problema es que casan muy mal las ayudas públicas a las empresas con una «competencia justa» y el «comercio abierto». La cuadratura del círculo. Impertérrita ante las contradicciones, la Comisión señala que continuará en la OMC y seguirá desarrollando acuerdos de libre comercio, se supone que para todos aquellos aspectos que no tienen que ver con la transición energética; en este último apartado, las ayudas públicas distorsionarán cualquier competencia. Asimismo declara que protegerá el mercado único del comercio desleal en el sector de las tecnologías limpias.

Por último, plantea crear un club de materias primas críticas para reunir a consumidores y países con importantes reservas con el fin de garantizar la seguridad «global» del suministro. En realidad, pretenden garantizar la seguridad «propia», ahora que el marco del libre comercio está deshaciéndose como un azucarillo.