Mikel Insausti
Crítico cinematográfico

Bailes y amores prohibidos en Pakistán

JOYLAND
Pakistán. 2022. 126’ Dtor.: Saim Sadiq. Guion: Saim Sadiq y Maggie Briggs. Prod.: Lauren Mann, Oliver Ridge, Sabiha Sumar. Int.: Ali Junejo, Rasti Farooq, Sarwat Gilani, Alina Khan, Salman Peerzada, Sania Saeed. Fot.: Joe Saade. Mont.: Saim Sadiq y Jasmin Tenucci.

Ali Junejo protagoniza la ópera prima de Saim Sadiq prohibida en Pakistán.
Ali Junejo protagoniza la ópera prima de Saim Sadiq prohibida en Pakistán. (NAIZ)

​El paquistaní Saim Sadiq ha triunfado internacionalmente con su ópera prima ‘Joyland’ (2022) gracias a que la película fue seleccionada por el festival de Cannes, ganando el Premio del Jurado en la sección Un Certain Regard. Su trascendencia se debe a la valentía con que el autor se enfrenta a una prohibición en su propio país, al atreverse a tratar temas tabú para la sociedad musulmana. Pero la verdad se impone, y la crítica la ha aclamado porque sus personajes son de carne y hueso, a la vez que su experiencia vital es extensible a otros entornos y ambientes donde existe todavía la discriminación por razón de sexo, de tal forma que la diversidad no es aceptada ni tolerada.

En consecuencia, se entiende que el título original en inglés está expresado en tono irónico, ya que el protagonista no vive precisamente en la tierra de la alegría. Haider (Ali Junejo) pertenece a una familia patriarcal tradicional y conservadora, y, aunque está casado, la autoridad paterna es la que cuenta. La pareja comparte vivienda con su hermano y las tres hijas de este, con las lógicas dificultades para salir adelante dentro de la clase media-baja de la ciudad de Lahore. Gracias a que su mujer Mumtaz (Rasti Farooq) trabaja Haider puede ocuparse de las tareas domésticas y del cuidado de las niñas, algo que no está bien visto en un hombre, por lo que la familia Rana fuerza a Mumtaz a dejar su puesto laboral y volver a ejercer como ama de casa.

Haider vive un drama interno y no puede luchar contra su auténtica inclinación sexual, por lo que encuentra refugio en una compañía de teatro y danza erótica. Tendrá que pagar un alto precio por sentirse liberado, más aún al enamorarse de su jefa, la transexual Biba (Alina Khan).

‘Joyland’ (2022) va evolucionando con maestría narrativa de la comedia familiar costumbrista al drama identitario hasta desembocar en un trágico desenlace, fruto de la naturaleza imposible del romance central. Sadiq ha logrado una obra influyente que va mucho más allá de lo exótico, y cuyo mensaje a favor de la diversidad es transmitido con una emoción que puede calar en cualquier audiencia, independientemente de sus ideas o de su concepto de la sexualidad y las relaciones personales entre iguales o diferentes.