Mikel Insausti
Crítico cinematográfico

Crónicas de una guerra fratricida

ASUNTOS FAMILIARES
Estado francés. 2022. 108’ Tit. orig.: ‘Frère et soeur’. Dtor.: Arnaud Desplechin. Guion: Arnaud Desplechin y Julie Peyr. Prod.: Pascal Caucheteux. Int.: Marion Cotillard, Melvil Poupaud, Golshifteh Farahani, Patrick Timsit, Francis Leplay, Joël Cudenec. Fot.: Irina Lubtchansky.

Melvil Poupaud y Marion Cotillard encabezan el cartel del film.
Melvil Poupaud y Marion Cotillard encabezan el cartel del film. (NAIZ)

​Hemos visto infinidad de películas sobre peleas matrimoniales, pero ahora le toca el turno a una versión de guerra fratricida. Presentada en Cannes, pasó sin pena ni gloria, debido a que ‘Frère et soeur’ (2022) no convenció a la crítica allí desplazada. El problema está en que el cine de Arnaud Desplechin es muy actoral, y si en obras corales como ‘Un cuento de Navidad’ (2008), dicho dominio de la dirección interpretativa a jugado a su favor, en otras en las que la puesta en escena se sustenta en un actor o una actriz no ha funcionado de la misma manera, como era el caso reciente de ‘Fantasías de un escritor’ (2021), protagonizada por Denis Podalydès.

En ‘Frère et soeur’ (2022) vuelve a suceder algo similar, porque la pareja estelar de turno no consigue entrar en el guion, contagiando al espectador que se va a quedar fuera de la historia. Ni Marion Cotillard, ni Melvil Poupaud, tienen la culpa. Sus caracterizaciones resultan demasiado erráticas, y la conexión entre el pasado y el presente de su conflicto personal nunca se aclara lo suficiente. Todo resulta un tanto caprichoso, como si solo importara el momento de desencuentro que están viviendo.

Sea por lo que fuere Alice y Louis Vuillard mantienen una guerra fratricida que, al parecer, viene de lejos. Puede que en un pasado muy remoto se llevaran bien, pero el caso es que han perdido el contacto en los últimos veinte años. Es así hasta que se ven obligados a reencontrarse con motivo de la muerte en accidente de tráfico de sus padres, y entre ambos se observa un odio visceral, que se traduce en gritos, portazos y el lanzamiento de cualquier objeto que tengan a mano. Esta relación tan tóxica entre hermano y hermana peca de competitiva, ya que comparten el mismo oficio de la actuación, y el uno quiere ser más famoso que la otra, y viceversa.