Mikel Insausti
Crítico cinematográfico

La niña que hablaba en gaélico

THE QUIET GIRL
Irlanda. 2022. 94’ Tit. orig.: ‘An cailín ciúin’. Dtor. y guion: Colm Bairéad, sobre una novela de Claire Keegan. Prod.: Cleona Ní Chrualadí. Int.: Catherine Clinch, Carrie Crowley, Andrew Bennett, Michael Patric, Kate Nic Chonaonaigh, Neans Nic Dhonncha. Fot.: Kate McCullough.

La pequeña Catherine Clinch es la actriz revelación de la película.
La pequeña Catherine Clinch es la actriz revelación de la película. (NAIZ)

​La irrupción fílmica del dramaturgo irlandés Colm Bairéad supone un gran paso para el reconocimiento internacional del cine rodado en gaélico. Su multipremiada ópera prima ha sido nominada por Irlanda al Óscar de Mejor Película Internacional, después de ganar en la Seminci de Valladolid la Espiga de Plata, el Premio del Público y el FIPRESCI de la crítica internacional. En la Berlinale obtuvo el Oso de Cristal de la sección Generation KPlus, y tanto en Dublin como en Taipei recibió el Premio del Público. Su reivindicación del gaélico se extiende a la escritora Claire Keegan, autora del relato titulado ‘Foster’, que definitivamente dio lugar a la novela homónima. La palabra ‘foster’ quiere decir en gaélico nutrición o alimento, algo que se revela fundamental en una historia ambientada a principios de los años 80, cuando todavía en la Irlanda rural había familias hambrientas.

Sin embargo, Colm Bairéad ha preferido cambiar el título para la película, parafraseando al clásico de John Ford ‘The Quiet Man’ (1952). Y es que en lugar de a un hombre tranquilo, tenemos a una niña tranquila, interpretada prodigiosamente por la actriz revelación Catherine Clinch, secundada por Carrie Crowley y Andrew Bennett como su madre y padre de acogida.

El matrimonio Cinnsealach, en inglés Kinsella, perdió a su único hijo, y habrán de reconvertir su duelo particular llevado en secreto en el calor familiar que merece la recién llegada a su granja. La pequeña Cáit ha tenido una primera infancia muy difícil, al nacer y crecer en el seno de una familia numerosa y pobre, motivo por el que no recibía las mínimas atenciones de una verdadera relación paternofilial. En su nuevo hogar descubrirá por partida doble el bienestar material y el amor que nunca había conocido, convirtiéndose en otra persona distinta de la que iba a ser.