Imanol Intziarte

El Gobierno alemán elige a Tabakalera como laboratorio para combinar arte, ciencia y tecnología

El centro cultural donostiarra es uno de los cinco elegidos en toda Europa para formar parte del programa CIRCE, avalando una trayectoria de combinación de diversas disciplinas que se inició en 2020. El proyecto cuenta para este año con una dotación económica de 300.000 euros.  

La presentación de los proyectos para 2023 ha tenido lugar este miércoles en Tabakalera.
La presentación de los proyectos para 2023 ha tenido lugar este miércoles en Tabakalera. (Gorka RUBIO | FOKU)

El centro cultural Tabakalera, en Donostia, comenzó en 2020 una singladura para impulsar proyectos que aunaran el arte con otras ramas como la ciencia o la tecnología. La premisa era que «el proceso de investigación y creación conjunta no solo tiene un gran impacto en la obra de arte, sino también en términos de creatividad e innovación en el ámbito científico y tecnológico, debido a su capacidad para la creación de nuevas perspectivas y el planteamiento de escenarios que van más allá de lo técnico».

Se trataba de juntar profesionales de diferentes ámbitos para que colaboraran y «aportar otras lecturas de la realidad y plantear otros escenarios de futuro». El primer fruto fue Supraspectives, en setiembre de 2020, una pieza de los artistas alemanes Juliane Götz y Sebastian Neitsch desarrollada con los astrofísicos Silvia Bonoli y Raúl Angulo, del Donostia International Physics Center, y en colaboración con Ars Electronica. Se trataba de una instalación audiovisual que ponía de manifiesto el contraste entre la belleza de la Tierra vista desde el espacio exterior, y una conciencia crítica de la colonización humana, muy a menudo con fines militares y de vigilancia.

Aquello fue solo el pistoletazo de salida, ya que los proyectos han seguido surgiendo. Y así es cómo el Gobierno alemán se fijó en Tabakalera para incluirlo en su programa CIRCE (Creative Impact Research Centre Europe), que se presenta como «un grupo de reflexión europeo para abordar el apoyo a las industrias culturales y creativas y reforzar su impacto».

«Tiempos de crisis»

Para tomar parte en este programa, además de Tabakalera, han sido seleccionados otros cuatro centros: el u-Institut de Berlín (Alemania), la Universidad de la City de Londres (Inglaterra), Garage48 de Tallin (Estonia) y Centre for Creative Economies (ZCCE) de Zúrich (Suiza).

La socióloga Teresa Koloma, profesora de la Universidad de Hamburgo, ha indicado en nombre de CIRCE que «queremos reforzar las prácticas artísticas en estos tiempos de crisis. Las prácticas culturales son decisivas en tiempos de crisis, tiempos en los que ya no podemos seguir haciendo igual las cosas. Los artistas son expertos en investigar nuevas vías».    
 
Esta colaboración tiene una dotación económica de 300.000 euros, que aportará el Ministerio alemán de Cultura procedentes de fondos europeos y que servirán para la puesta en marcha de cuatro nuevos proyectos a lo largo del 2023.

Cuatro proyectos

Ricardo Díez, director del Donostia International Physics Center (DIPC), ha señalado que este centro de investigación es uno de los socios más veteranos de Tabakalera en este programa y que en 2023 llevarán a cabo su tercer proyecto conjunto, bautizado como Future Storage, que buscará «analizar los impactos del almacenamiento de datos» y cómo «transformarlos primero en conocimiento y luego en sabiduría». Será llevado a cabo por la arquitecta Marina Otero, en colaboración con la Universidad de Harvard y el ingeniero de la NASA Eduardo Bendek.

Para resaltar la importancia de este ámbito, Díez ha recordado que la semana pasada se anunció que el gigante informático IBM ha elegido Donostia para la instalación de su sexto ordenador cuántico en todo el mundo.

El centro Tekniker, de Eibar, también afrontará su tercer proyecto con Tabakalera. Su director general, Luis Uriarte, ha explicado que estará centrado en «la interacción entre el ser humano y los robots. Esta vez, en las máquinas de soporte corporal como los exoesqueletos, y la relación de confianza que se ha de generar con sus personas usuarias». Desarrollado por la artista Amaia Vicente y los investigadores de Tekniker, el proyecto consistirá en «una interfaz multisensorial que permita mejorar la interacción entre estos robots y las personas usuarias».

Manuela Ruzzoli, investigadora del Basque Center on Cognition, Brain and Language (BCBL), ha hablado de la «violación de la expectativa», ya que «el cerebro hace previsiones constantemente y genera una respuesta» ante lo que cree que va a suceder. El reto será crear un algoritmo para romper con ello desde un punto de vista artístico y sorprender al espectador con lo inesperado.

El que debuta en esta colaboración entre arte y ciencia es el centro tecnológico del Basque Culinary Center, BCC Innovation. Su directora, Begoña Rodríguez, ha indicado que el proyecto Food Fictions tratará de «imaginar la comida del futuro y sus implicaciones culturales, medioambientales y sociales. Será un maridaje distinto al que estamos acostumbrados».  

Encuentro en junio y exposición en noviembre

Al margen de estos cuatro proyectos, en junio tendrá lugar en Tabakalera el encuentro anual de miembros de CIRCE, en el que se darán cita los máximos representantes de los cinco laboratorios de investigación europeos seleccionados –entre ellas Edurne Ormazabal, directora de Tabakalera y presente este miércoles en la rueda de prensa–, además de los miembros del consejo asesor general de este proyecto.

Unos meses más tarde, en noviembre, se organizará una gran exposición que reunirá una muestra de todos los proyectos desarrollados a lo largo del año, bajo la coordinación de la investigadora, crítica y comisaria María Ptqk.