Daniel   Galvalizi
Periodista

El BNG quiere mejorar el 28M para que sea la plataforma para llegar a la Xunta

Los datos que tienen los soberanistas gallegos les otorgan mejora en varios municipios y mantenerse en los que gobiernan. Una campaña marcada por la confrontación con el PP y el escándalo de Baltar. La jefa de campaña pide un voto contra el «madridcentrismo».

 La portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, en un acto de campaña electoral en Verín.
La portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, en un acto de campaña electoral en Verín. (BNG)

«Queremos sumar el voto rebelde e inconformista para derrotar al PP. Abramos un tiempo nuevo en Galiza desde los Concellos», animaba Ana Pontón, la líder del Bloque Nacionalista Galego, hace pocos días en Santiago de Compostela. Allí también dijo que Núñez Feijóo, el cuatro veces presidente de la Xunta, estaba «desnortado, convertido en un imitador cutre de Ayuso».

El Bloque ha mantenido el pulso de confrontación con el Partido Popular y sus dos cabezas en Galiza; la formal, a cargo de la Xunta, Alfonso Rueda, y la real, Feijóo. Tras sus resultados históricos de 2020 y hacer un nítido sorpasso al PSOE, el partido independentista se muestra de igual a igual con la formación gobernante y sabe que en estas municipales deben mejorar para que catapulte al objetivo mayor: las autonómicas del año que viene.

Las municipales se compararán con las de 2019, cuando todavía no se había constatado el enorme crecimiento del año siguiente. Por ello, fuentes del BNG que conocen sus encuestas propias aseguran que si bien acusa desgaste, la histórica alcaldía de Pontevedra la mantendrán y que mejorarán en varias capitales. Quizás se profundice lo ocurrido hace tres años: el trasvase de votos de Galicia en Común, la marca morada local, hacia el Bloque.

Campaña empañada por denuncias de corrupción y «prácticas caciquiles y mafiosas»

La campaña ha tenido como hito la detención de José Manuel Baltar conduciendo a 210 kilómetros por hora en estado de ebriedad. Es el presidente de la Diputación y jefe del PP de Ourense y es miembro de la familia política que todos en Galiza consideran ejemplo de caciquismo. También en esa provincia ha habido otro escándalo que ha sacudido la campaña: el alcalde Gonzalo Pérez Jácome, de Democracia Ouresense y enfrentado a los Baltar, fue acusado por varios ediles de corrupción, con audio incluido.

A diferencia de la CAV, en las provincias gallegas las diputaciones no son elegidas por voto directo sino a través de pactos y las mayorías dadas en los concellos municipales. Por eso, esta elección es netamente sobre el poder comunal.

Como siempre, ha habido espacio para la campaña de baja calidad. El secretario de Organización del partido, Bieito Lobeira, ha tachado de «práctica caciquil y mafiosa» la difusión de acusaciones «falsas» por parte del PP contra su candidato en Santa Comba con técnicas de «buzoneo» (dejar panfletos en los portales) con denuncias por corrupción. «Esto muestra el nerviosismo del PP», ha dicho el alto cargo. Algo de eso puede haber por algunas prácticas insólitas en una democracia moderna: la TV pública galega transmitió los debates electorales a las 10 de la mañana, lo que para el partido fue una estrategia de ocultar a la oposición.

Modelo propio de gestión

«En este proceso de las municipales lo que observamos y constatamos es que seremos la fuerza política que más suba, porque tenemos un gobierno de las alcaldías del BNG reconocido y reconocible que son referencia a nivel estatal e internacional. Demostramos que se puede transformar la realidad desde la política municipal», dice en conversación con NAIZ la jefa de campaña y concejala de Pontevedra, Carme da Silva.

Un ejemplo de esa referencia, según Da Silva, es el Ayuntamiento de Pontevedra, gobernado hace 24 años por el BNG y que ha ganado premios internacionales por su transformación del espacio público. «Todo de lo que ahora se habla, de favorecer la peatonalización y el uso del espacio público, nosotros lo hicimos hace años», destaca. Las otras dos ciudades intermedias en las que el Bloque preside el consistorio son Allariz y Carballo.

«En procesos electorales anteriores, los resultados no se correspondieron con lo dicho previo. Nosotros trabajamos en contacto con la sociedad y hay mucha gente nueva que se incorporó a las candidaturas», dice la portavoz, dejando en claro que cree que las encuestas suelen infravalorarles.

«Cuando nos quejamos de ser una colonia energética, estamos defendiendo a la sociedad gallega»

Sobre si la mejora se debe a su giro estratégico de hace tres años, dejando reposar la retórica independentista y focalizándose en las cosas del comer, Da Silva señala: «El BNG es lo que es y lo dice su sigla. Hacemos una política que se basta en la confianza en las posibilidades que tiene nuestro país y que las soluciones van a venir pensadas desde Galicia, nuestra acción política está ahí sin depender para nada de las decisiones que se toman por fuera. Cuando nos quejamos de ser una colonia energética, estamos defendiendo a la sociedad gallega», en alusión al PSOE y PP.

«Hay realidades nacionales con dinámicas diferentes en el Estado pero también hay zonas donde están viendo que el ‘madridcentrismo’ no sólo tiene consecuencias contra las naciones históricas, por ejemplo en Extremadura también lo ven. Es una situación de centro-periferia que no solo nos afecta a nosotros», añade. Por eso cree que sólo el BNG puede «ofrecer un proyecto ilusionante y unido para poder vivir aquí y dejar de tener una situación demográfica tremenda, con una Xunta que expulsa a los jóvenes».

Objetivos: mejorar los resultados de hace cuatro años y disputar al PSOE el primer lugar de las izquierdas

De cara al domingo, las expectativas del partido soberanista están puestas en mejorar los resultados de hace cuatro años en Santiago y Lugo y disputarle al PSOE el primer lugar de las izquierdas. En la capital la gran apuesta se llama Goretti Sanmartín una prestigiosa docente, escritora y filóloga con la que los nacionalistas esperan dar la sorpresa.

En Ferrol y Vigo no habría cambios, en la primera el PP recuperaría la mayoría absoluta y en la otra el socialista Abel Caballero es amo y señor y queda poco margen para el resto de las izquierdas. Donde más fuerte está el BNG es en Coruña y, como ya se ha dicho, la cuarta capital: Pontevedra.

Fuentes del partido también explican que en Galiza una buena parte de la población vota de manera muy diferente para los concellos, para la Xunta y en las generales. En estas últimas, suele crecer el apoyo a PSOE y Podemos, mientras que baja en las autonómicas y en las municipales se votan mas nombres y gestiones que partidos. «Si lográramos una alcaldía más, claramente reforzaría al partido de cara al primer semestre del año que viene, que esperamos liderar el primer Ejecutivo», explican desde Santiago.

El PP se devora todo lo que va del centro a la derecha

Otra clave peculiar de Galiza es que aquí el PP se devora todo lo que va del centro a la derecha. Ni Ciudadanos ni Vox han logrado alguna vez tener un escaño en el Parlamento y son prácticamente inexistentes en los concellos y diputaciones. Es cierto también que allí el PP es diferente, menos liberal y menos españolista.

El domingo a la noche el BNG seguramente aumentará su caudal de votos en términos comparados pero también es probable que en la proporción general no llegue a tener el excelente resultado obtenido en 2020, un 24%, su mejor marca histórica. El reto será ganar la lectura del día después, que para muchos, es cuando comienza la precampaña autonómica.