Ainara Lertxundi
GARAren edizio taldeko kidea / Miembro del equipo de edición de GARA
Elkarrizketa
Martina Anderson
Exprisionera irlandesa y miembro de Sinn Féin

«La paz implica asegurarnos de que dejamos un legado de democracia»

Martina Anderson, exprisionera y referente de Sinn Féin en instituciones irlandesas y europeas, fue una de las ponentes en la conferencia de Sare en Donostia. Con la mirada puesta en las nuevas generaciones, recuerda el papel que jugaron y juegan los expresos, su reintegración, las víctimas...

Martina Andreson, exprisionera republicana irlandesa y referente de Sinn Féin, en Donostia durante la conferencia organizada por Sare en el Kursaal.
Martina Andreson, exprisionera republicana irlandesa y referente de Sinn Féin, en Donostia durante la conferencia organizada por Sare en el Kursaal. (Idoia ZABALETA | FOKU)

Usted y el resto de presos irlandeses fueron excarcelados tras los acuerdos de Viernes Santo. ¿Cómo valora que todavía haya más de 125 presos políticos tras 13 años sin ETA?

Algunas veces, el ritmo de los cambios es lento, lo que en cierto modo puede resultar frustrante, particularmente para todos los involucrados que quieren ver progresos.

Pero cuando estuve en Euskal Herria como europarlamentaria hace ocho años, la situación era mucho peor. Solo había cuatro presos políticos vascos en Euskal Herria, la mayoría estaban dispersados en 44 cárceles en el Estado español y en casi 30 cárceles en Francia y otros países. Puedo entender la frustración, pero en los últimos años han pasado muchas cosas.

¿El Estado español es más intransigente que el británico o es una explicación demasiado sencilla?

Nadie conoce mejor que nosotros a los británicos. El Estado británico no tiene un historial de confianza y la intransigencia ha estado en el centro de todo lo que han hecho. Basta con ver lo que ocurrió con la primera huelga de hambre de los presos republicanos y todo lo que ha ocurrido en Irlanda.

Como los británicos, España ha tenido su Ley de Poderes Especiales y ha roto todas las leyes europeas y de Naciones Unidas con la política de dispersión. Solo ahora está adaptando su legislación nacional a las normas europeas.

Los sudafricanos dicen que a ellos ya les hubiera gustado que se hubieran aplicado en la Sudáfrica del apartheid algunas de las restricciones que los británicos impusieron en Irlanda, así que estas son relativas según donde se aplican. Creo que es demasiado simplista decir que en un país se han aplicado medidas más severas que en otro.

Acaba de aprobarse una reforma legal para cumplir el criterio europeo de acumulación de condenas en diferentes Estados. Usted ha sido europarlamentaria, ¿cómo era vista esta norma desde Bruselas?

Sinn Féin ha defendido en Bruselas que la UE necesita una reforma seria porque en ocasiones ha permitido a Estados como Francia y España no cumplir la legislación europea al pie de la letra.

La delegación de europarlamentarios que vinimos en 2016 vimos claramente que España estaba violando las leyes internacionales respecto a los derechos humanos de los presos y que estaba mezclando la justicia con la venganza, algo contrario la Convención Europea de Derechos Humanos, la Carta de Derechos Fundamentales, las leyes de la ONU, las Reglas Nelson Mandela…

La lista de leyes que Madrid estaba vulnerando era interminable. Pero la UE le permitió actuar con impunidad porque es un Estado miembro importante.

Las víctimas de ETA siguen presionando contra las excarcelaciones. ¿Cómo se posicionaron las víctimas del IRA?

El IRA reconoció el daño causado y pidió perdón a los no combatientes que resultaron dañados por nuestro accionar en el conflicto. Éramos muy conscientes de que para algunas víctimas la liberación de presos políticos era una cuestión difícil.

Pero llegar a un acuerdo mutuo es algo inherente a un proceso de cambio y, como sucede aquí, no vas a conseguir que todo el mundo comparta la misma visión sobre el conflicto, porque hay diferentes narrativas.

«Nuestra generación, la de Bobby Sands, no tuvo la oportunidad que tenemos hoy de reunificar nuestro país por vías pacíficas y democráticas. Eso no existió. Es ahora. Ese es el regalo que debemos dejar a la próxima generación»

Sin embargo, con el fin de construir un mejor futuro basado en la igualdad y en los derechos humanos, algunas víctimas quisieron garantizar que lo que había pasado no volviera a suceder. Hay otras víctimas que tienen una visión completamente diferente y que siguen enfrentándose al hecho de que los presos fueron liberados, pero, para la mayoría, los presos jugaron un rol importante en la consolidación de la paz.

También hay víctimas estatales que nunca han tenido una investigación. El hermano de mi marido, por ejemplo, murió a manos del RUC (Royal Ulster Constabulary) mientras tenía las manos levantadas. Aun así le dispararon por la espalda, como a muchos otros, a los que dispararon a matar.

Pero intercambiar estadísticas de tragedias solo supone mirar hacia atrás. Tenemos que ir hacia adelante, reconociendo que el dolor sigue latente, pero, al mismo tiempo, tratando de construir algo mejor para una generación que nunca ha vivido lo mismo que nosotros y que no queremos que lo haga.

¿Qué papel juegan hoy?

Siguen muy involucrados en la construcción de la paz y el consenso político. La paz no es solo la ausencia de violencia, implica asegurarnos de que dejamos un legado de democracia, derechos humanos, justicia social… derechos que no había cuando éramos niños. Los expresos siguen participando desde sus comunidades, desde el activismo… garantizando que nadie se sienta frustrado.

Tenemos por delante un camino pacífico y democrático y debemos asegurarnos de que esa sea la visión mayoritaria de mi generación.

«Debe haber un compromiso con Catalunya y otros países porque no se puede reprimir el deseo de la gente de gobernarse a sí misma y de ser libre»

Nuestra generación, la de Bobby Sands, no tuvo la oportunidad que tenemos hoy de reunificar Irlanda por vías pacíficas y democráticas. Eso no existió. Es ahora. Ese es el legado que debemos dejar.

¿Cuáles son sus condiciones de vida a día de hoy?

Todos los expresos llevamos ya 24 años excarcelados. Todos fuimos liberados en el plazo de dos años. Algunos volvieron a la universidad, otros se fueron al sector privado o se integraron en las comunidades...

Fuimos capaces de interactuar y de llegar a acuerdos con diferentes sectores de la sociedad. Hubo personas involucradas en el proceso político, asesores que nos ayudaron a buscar alojamiento, a tramitar las prestaciones sociales o a realizar cualquier otra gestión. Te puedes adaptar si recibes apoyo. Bobby Sands decía que todo el mundo tiene un papel que jugar.

«La delegación de europarlamentarios que vinimos en 2016 vimos claramente que España estaba violando las leyes internacionales en cuanto a los derechos humanos de los presos. La UE le permitió actuar con impunidad»

En Euskal Herria, los presos están en diferentes situaciones y grados. Afortunadamente, están en un solo Estado y ya no hay más dispersión. Apelo a aquellos que quieren ayudar o no saben cómo hacerlo.

Tal vez tengan su propia empresa o estén en alguna organización y pueden tender una mano y ofrecer un espacio a los presos cuando salen.

La sociedad vasca debe dar más pasos e involucrarse en ayudar a la coexistencia y reconciliación.

En Irlanda, eso fue fruto de un acuerdo integral y negociado. Para algunos fue difícil de tragar, pero, en su mayoría, la sociedad votó a favor.

La cuestión de las víctimas es difícil, sin duda. ¿En qué punto está ese asunto en Irlanda? ¿Hay reconocimiento y reparación para las víctimas del terrorismo de Estado?

Pat Doherty solía decir que Londres antes nos dará una Irlanda unida que la verdad. Teniendo en cuenta el involucramiento del establishment español en el conflicto, creo que no habrá un reconocimiento del sucio papel que jugaron.

Ningún Gobierno lo ha hecho. Siempre van a intentar desviar el foco. El Gobierno británico trató de interactuar con nosotros como si fuera un intermediario honesto, como si nada de lo ocurrido hubiera tenido que ver con ellos.

Tras los casos de Escocia y Catalunya, ¿ve posible otra ola por la autodeterminación?

Estuve en Catalunya durante el referéndum y fui testigo de la represión y de cómo robaban las urnas. Fui a prisión a visitar a los líderes independentistas. Siento una enorme simpatía por quienes reclaman el derecho de autodeterminación.

Debe haber un compromiso con Catalunya y otros países porque no se puede reprimir el deseo de la gente de gobernarse a sí misma y de ser libre. Es posible la coexistencia entre diferentes naciones y que haya una relación de trabajo. Pero a menos de que haya un acuerdo integral, siempre vas a recibir patadas del Estado profundo. Es lo que ha ocurrido en Catalunya.

Usted lleva muchos años apoyando a Palestina. ¿Cómo valora lo que está ocurriendo?

Los gobiernos de la UE ponen el foco en Ucrania, mientras, junto a EEUU, proporcionan armas para este genocidio. El grado de hipocresía es estremecedor y vergonzoso. He estado en Palestina seis veces y como cualquier otro ser humano tengo el corazón roto ante este genocidio diario. Sinn Féin siempre ha estado al lado de los palestinos en su defensa del derecho de autodeterminación. Es terrible que el mundo esté siendo testigo de lo que está pasando en Palestina y no mueva ni un dedo para confrontar a Israel.

En un reciente tuit ha celebrado que el sobrino del líder kurdo Abdullah Öcalan lo haya podido visitar en prisión.

En cuatro años solo ha recibido esta visita de su sobrino. No debería ser una excepción. Se debe poner fin a su aislamiento. La comunidad internacional debe alzar su voz en defensa de los kurdos, que han mostrado su disposición a avanzar en un proceso de paz.