Herta Müller, quien recibió el premio Nobel de Literatura en 2009, ha asistido a la presentación de la exposición ‘El funcionario dijo’, que puede verse en el Polvorín de la Ciudadela de Iruñea en el marco de los Encuentros de Pamplona/Iruñeko Topaketak. Müller dará una conferencia con el título ‘El trabajo sensual con las palabras’ el sábado, a las 19.00, en la sala Cámara de Baluarte.

La interacción de Müller con los medios ha sido mínimo. Se ha dejado fotografiar delante de su obra y ha manifestado que está «entusiasmada» con el resultado de la exposición. Su traductora y editora, Cecilia Dreymüller, quien también participará en la conferencia de Baluarte, ha añadido que se trata de la primera ocasión en la que la exposición se muestra fuera de los países de habla germánica y que a Müller le ha parecido que el recinto del Polvorín es especialmente «idóneo y bonito» para albergar su trabajo.

La exposición recoge 140 collages que forman un poema cada uno. Están escritos en alemán y han sido traducidos al castellano y al euskara. Dreymüller ha explicado que cada poema funciona por sí solo, pero el conjunto forma un relato. «Cada poema funciona solo, pero el conjunto relata una historia», señala.

Drama de los refugiados

Temáticamente, la obra de Müller recoge la experiencia de una refugiada que llega a un país –se supone que Alemania– y cómo se tiene que enfrentar a una situación extrema en el centro de acogida, hasta el punto de que una de las residentes en el centro se suicida.

En los collages también hay una referencia a su experiencia en la Rumanía socialista. Müller nació en 1953, cerca de Timisoara y pertenece a la minoría de los suabos del Banato, étnica y lingüísticamente alemana. Su padre fue miembro de las SS nazis y su madre estuvo en un campo de trabajo en la URSS. Müller ha contado en varias ocasiones que esta experiencia provocó problemas psicológicos a sus padres. Ella misma fue represaliada por actividades en la universidad y abandonó Rumanía a los 33 años.

Esta experiencia ha marcado su obra, de la que Dreymüller ha destacado que se caracteriza porque «combina la poesía con la política». Junto a ello, el uso de las palabras para crear una realidad es otra de las características de Müller que se pueden apreciar en los collages que pueden verse en Iruñea.

Los collages son del tamaño de una postal. Müller escogió este formato «porque en Rumanía no tenía postales que pudiera enviar a sus amigos».