Traoré renueva hasta 2026: una ley no escrita y una inversión más allá del corto plazo
Hamari Traoré seguirá en la Real la próxima campaña. El de Malí, que sufrió una grave lesión el pasado septiembre, ha aceptado la oferta de renovación presentada por el club. Con la consolidación de Aramburu, Erik Bretos tendrá que gestionar el ‘overbooking’ en el lateral derecho.

Existe una ley no escrita en el mundo del fútbol que dice que cuando un jugador sufre una lesión grave defendiendo una camiseta y es su último año de contrato, lo elegante, lo correcto, lo decente, es prolongar automáticamente su vinculación por un año más. Era un secreto a voces y la Real lo ha oficializado este viernes.
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— Real Sociedad Fútbol (@RealSociedad) January 17, 2025
Hamari Traoré se rompió el ligamento cruzado de su rodilla derecha el pasado 1 de septiembre, en la visita de la Real al Getafe. Casualmente el mismo campo y casi la misma fecha en la que sufrió idéntica lesión Umar Sadiq dos años antes. El lateral de Malí terminaba su contrato este próximo junio, pero existía una cláusula para añadir un año extra, que la Real ha decidido ejecutar.
Traoré cumple 33 años el 27 de enero. Aseguran que su recuperación va por buen camino, aunque la Real y su afición saben bien lo que supone regresar tras una rotura de cruzado. Por desgracia, se trata de una lesión que se ha cebado con los blanquiazules durante los últimos años.
En lo deportivo, la titularidad en el puesto de lateral derecho es a día de hoy para Jon Mikel Aramburu, que acaba de ampliar su contrato hasta 2030. Las prestaciones del ‘Búfalo’ de Caracas están siendo, y esto es una valoración subjetiva, mejores que las del mejor Traoré. Aunque la opinión que da y quita es la de Imanol Alguacil.
Con la continuidad de Traoré, el que queda en una posición delicada es Álvaro Odriozola, pero tiene contrato hasta 2029, por lo que esta será una de las carpetas prioritarias sobre la mesa de Erik Bretos, director deportivo a partir de este próximo verano.
Elustondo y Rupérez
A ello se suma el multiusos Aritz Elustondo, con contrato hasta 2026, y el jugador del filial Iñaki Rupérez, que en febrero amplió su contrato hasta 2027 y que ya ha debutado con el primer equipo.
En una plantilla tan joven como la de la Real, es importante la experiencia de veteranos como Elustondo –hará 31 años en marzo y lleva toda la vida en el club– y un Traoré que cayó de pie desde el primer día por su carácter alegre y extrovertido, tanto en el vestuario como sobre el terreno de juego.
No falta quien critica este tipo de renovaciones recordando que un club de fútbol profesional «no es una ONG». Pero se trata, y esto también es una opinión subjetiva, de una postura cortoplacista, que no ve más allá de la próxima campaña. Por el contrario, hacer lo correcto con los jugadores lesionados es una inversión de futuro.
Un ejemplo. Cuando la Real fichó a Óskarsson el pasado septiembre, el delantero islandés reveló que había pedido su opinión a su compatriota Alfred Finnbogason. Este, a pesar de que no tuvo fortuna en su paso por Donostia, declaró que «solo le podía decir cosas buenas porque, a pesar de que futbolísticamente las cosas no fueron como todos quisimos, para mí fue una época especial. No tengo una mala palabra de mi etapa allí».
Es una historia que se repite, la de fichajes que aterrizan en Donostia tras escuchar buenas referencias de jugadores que pasaron antes por Zubieta. Quizás en unos años un prometedor jugador de Malí se decante por la Real después de consultar a Traoré.

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