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Animan a aplicar la objeción fiscal para «decir no a la guerra desde nuestros bolsillos»

Ante el inicio de la campaña de la renta, los 23 colectivos que integran la Plataforma de Objeción Fiscal al Gasto Militar de Euskal Herria animan a aplicar esa objeción «para decir no a la guerra desde nuestros propios bolsillos».

La Plataforma de Objeción Fiscal al Gasto Militar de Euskal Herria ha animado a practicar la desobediencia civil en la campaña de la renta.
La Plataforma de Objeción Fiscal al Gasto Militar de Euskal Herria ha animado a practicar la desobediencia civil en la campaña de la renta. (Oskar Matxin Edesa | FOKU)

Con el objetivo de «decir no a la guerra desde nuestros propios bolsillos» desviando la parte de «los impuestos destinada al gasto militar hacia proyectos que promuevan la paz, la justicia y la transformación social», más de veinte colectivos han animado este jueves a hacer objeción fiscal.

En una comparecencia ante el palacio de la Diputación Foral de Bizkaia en Bilbo, la Plataforma de Objeción Fiscal al Gasto Militar de Euskal Herria ha recordado que, «con la llegada de abril y el inicio de la campaña de la renta en los cuatro territorios de Hego Euskal Herria», este colectivo «llama a la desobediencia civil y proponemos desviar la parte de nuestros impuestos destinada a la guerra hacia proyectos que construyan una paz justa y la transformación social».

Ha recordado que «el Estado español destina 36.000 millones de euros a gasto militar en 2025, cifra que podría ascender a 60.000 millones con partidas encubiertas, más otros 95.000 millones de inversión para la nueva carrera armamentística».

Se trata de un gasto que, ha denunciado, «duplica la inversión en el Ingreso Mínimo Vital, provoca recortes en sanidad, educación y servicios sociales, aumentando la desigualdad social». Además, «este despilfarro en armamento alimenta la espiral de violencia global y demuestra el alineamiento del Gobierno con los intereses de la industria militar».

La plataforma también ha puesto el acento en que los gobiernos navarro y de Lakua, «a través de sus aportaciones a los presupuestos estatales y la presencia de industrias de defensa en sus territorios, contribuyen a la financiación del gasto militar».

Por ello, «la objeción fiscal adquiere una relevancia particular en nuestro territorio, convirtiéndose en una herramienta para que expresemos nuestro rechazo a la preparación de la guerra».

Construir «un futuro alternativo»

Ante la creciente militarización global, agudizada por la guerra en Ucrania y el aumento constante del gasto militar, «la objeción fiscal emerge como una herramienta poderosa para construir un futuro alternativo. Desviamos nuestros impuestos que financian la guerra hacía movimientos sociales que trabajan por el feminismo, el acceso a la vivienda, los derechos laborales, la comunicación alternativa, el ecologismo, la economía alternativa, la cooperación internacional y los derechos de las personas migradas», ha indicado.

¿Y cómo funciona? Según ha explicado, durante la declaración de la renta, «las desobedientes destinan una parte de sus impuestos, correspondientes al gasto militar, a organizaciones que trabajan por la paz y la justicia en Euskal Herria. Este acto de desobediencia civil se traduce en una acción concreta de no colaboración con el militarismo y de resistencia a la guerra».

Ha destacado que la objeción fiscal «no es solo un acto individual, sino una acción colectiva que fortalece a los movimientos sociales de Euskal Herria. Al hacer objeción fiscal enviamos un mensaje claro a los gobiernos y a la industria armamentística: ¡No queremos ser cómplices de la guerra! Exigimos que nuestros impuestos se inviertan en construir un mundo más justo y pacífico, y en defendernos de problemas reales como la pobreza, la falta de vivienda, educación, el deterioro de la sanidad pública, la crisis climática, el hambre, etc».