El estadounidense Scottie Scheffler ha reafirmado su reinado en el golf al conquistar este domingo su primer Abierto Británico, el cuarto ‘major’ en su carrera, después de dominar con claridad también la última jornada e impedir la remontada de sus rivales, que en ningún momento han puesto en aprieto su victoria. Un British Open en el que el vizcaino Jon Rahm ha terminado lamentablemente lejos de los mejores clasificados, a 14 golpes de Scheffler.

Asus 29 años, Scheffler se consolida como el líder de la clasificación mundial al alzar la Jarra de Clarete después de un torneo que ha controlado desde la segunda ronda y que suma a los dos Masters de Augusta de 2022 y 2024 y al Campeonato de la PGA del pasado mes de mayo.

Con esa edad, solo seis jugadores habían conquistado cuatro grandes y añade a su palmarés que es el segundo, tras la leyenda Tiger Woods, en vencer en el torneo británico como líder del ránking mundial.

Tras la última jornada en el campo de Royal Portrush (Irlanda del Norte), el golfista de New Jersey ha completado una tarjeta de 267 golpes, 17 bajo el par, por delante de Harris English, segundo con -13, y Chris Gotterup, con -12, la revelación del torneo, quienes han evidenciado la hegemonía de la armada estadounidense en el único grande que se disputa en suelo europeo, con siete entre los diez primeros y cuatro títulos en las cinco últimas ediciones.

En la cuarta plaza, han quedado empatados con -11 otro norteamericano, Wyndham Clark, y el chino Haotong Li y el inglés Matt Fitzpatrick, quienes han partido en la última manga en segunda y tercera posición, respectivamente. El noirlandés Rory McIlroy, con el que la afición soñaba con que pudiera remontar, ha quedado finalmente con -10.

Dominio abrumador

A pesar de que Scheffler ha encarado los últimos 18 hoyos con cuatro golpes de margen, el ambiente en el ‘link’ norirlandés ha empezado soñando una jornada emocionante con sus perseguidores dispuestos a ponerle cara la victoria.

Pero con tres ‘birdies’ en los primeros cinco hoyos, unido al irregular comienzo de Li, su pareja de partida, y de Fitzpatrick, Scheffler ha dejado claro que no estaba dispuesto a alimentar la incertidumbre.

Aun así, un doble ‘bogey’ en el octavo tramo tras una salida al búnker ha hecho que Gatterup se haya aproximado a cuatro golpes y dejara entrever una fase de debilidad del líder, que se ha encargado de disiparla de inmediato con otros dos ‘birdies’ en los hoyos 9 y 12.

A partir de entonces, Scheffler se ha dedicado a gestionar su renta y a dejar pasar los hoyos, haciendo inviable cualquier margen a la sorpresa, lo que ha vaciado de emoción el último tercio del recorrido.

Los únicos que pudieron hacer algo de sombra al campeón han sido English y Gotterup, quienes, a priori, no partían entre los principales favoritos para estar en la cabeza al inicio del torneo.

English, segundo en el Campeonato de la PGA de este año, ha ascendido al segundo peldaño tras una sobria actuación adornada con un ‘eagle’ y cuatro ‘birdies’.

Gotterup, quien llegaba con el aval de haber ganado el Abierto de Escocia en la semana previa, se ha afianzado como la gran sorpresa son solo 26 años y en su primera participación en el ‘major’ británico.

Fitzpatrick soñaba con ser el primer inglés en ganar el Abierto Británico desde 1992, pero dos ‘bogeys’ en los primeros seis hoyos lo han alejado de la cabeza.

Tampoco Li ha aguantado la presión de poder convertirse en el primer chino en ganar un ‘major’ después de haber sido tercero en 2017.

Una de las decepciones ha sido McIlroy, quien, con seis golpes de desventaja respecto a Scheffler al inicio de la manga, después de llegar al campo dispuesto a apelar a la épica e intentar hacer la hazaña de remontar.

Pero tras un ‘birdie’ en el hoyo 2, ha llegado un tropiezo en el 4 y la puntilla ha llegado en el diez, cuando el número dos del mundo ha cometido un doble ‘bogey’.

Un error en un golpe ciego sobre el ‘green’ desde la hierba alta que ha tenido que repetir lo ha terminado de noquear ante el desencanto de su afición.

Rahm, lejos de su nivel

Jon Rahm ha cerrado la clasificación con -3, después de maquillar algo su actuación en el último recorrido, aunque muy lejos del liderato y con el sentimiento de que no ha estado ni cerca de su mejor nivel, indispensable a estos niveles para poder hacer un buen torneo.

La jornada de clausura ha coincidido con el quinto aniversario de cuando Rahm llegó al número uno de la clasificación mundial tras ganar su cuarto título del PGA Tour.

El jugador de Barrika no ha podido celebrar la efemérides con una actuación redonda en su despedida del ‘Open Championship’, ni tampoco ha tenido opción de acabar entre los veinte primeros como sí hizo en los otros tres grandes: el Masters de Augusta (puesto 14), el Campeonato de la PGA (8) y el Abierto de Estados Unidos (7).

Rahm ha comenzado la sesión con un ‘birdie’, pero luego ha encallado y ha enlazado tres ‘bogeys’ casi seguidos. En los últimos hoyos el golfista vizcaino ha mejorado, volviendo a bajar del par en tres golpes, pero lejos, en todo caso, a unas cumbres en las que aspira a estar cada vez que se pone en marcha un torneo de esta categoría.

«Contento no, pero un poco más agradado por el ‘birdie’. Está bien ver alguno entrar. No es que sienta que estoy jugando mal, ni siquiera tan lejos de hacer pocas, pero me fastidia que la diferencia entre lo que yo siento y el resultado sea tan grande. Entre el 7 y el 10 no he sentido que lo hiciera tan mal y los he jugado fatal del 1 al 6, y del 12 en adelante he jugado bien. Es duro terminar con mal sabor de boca y no haber jugado algo mejor», ha examinado su jornada el «león de Barrika».

«Siempre que no se gana es una oportunidad perdida, pero me fastidia no haber jugado mejor por lo bien que jugué la semana pasada. Es lo que me molesta un poco más que otras cosas», ha remachado Jon Rahm.