
En una declaración conjunta, veintiséis jefes de Estado o de Gobierno de la Unión Europea defendieron que «el pueblo ucraniano debe tener libertad para decidir su futuro. El camino hacia la paz en Ucrania no puede decidirse sin Ucrania. Solo puede haber negociaciones significativas en el contexto de un alto el fuego o una reducción de hostilidades». Hungría no quiso sumarse al texto, que sienta las bases de la posición común de los Ejecutivos europeos antes de que los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y de Rusia, Vladimir Putin, se reúnan el viernes en Alaska.
Los líderes de la UE «dan la bienvenida a las esfuerzos» del inquilino de la Casa Blanca para terminar la guerra y lograr «una paz justa y duradera y la seguridad» del país.
Pero, al mismo tiempo, advierten de que cualquier paz que consiga la estabilidad para Ucrania «debe respetar la ley internacional, incluyendo los principios de independencia, soberanía, integridad territorial, y que las fronteras internacionales no se cambien a la fuerza». La declaración incide en que la guerra en Ucrania tiene implicaciones para la seguridad europea e internacional, y que «una solución diplomática» debe proteger tanto a Ucrania como los intereses de seguridad europeos.
JUSTIFICACIÓN DE ORBAN
El primer ministro de Hungría, Viktor Orban, justificó el rechazo a firmar el texto acusando a Bruselas de querer «dar instrucciones» a Trump desde «el banquillo» y pidió una cumbre europea con Putin.
Apuntó que, antes de que «el coro liberal» comience a utilizar contra él el argumento de que es «la marioneta de Putin» en Europa, cree necesario aclarar los motivos por los que no se sumó al consenso, entre ellos que «la declaración intenta fijar las condiciones de una reunión a la que los líderes de la UE no están invitados».
«El hecho de que la UE haya quedado al margen ya es lo suficientemente triste de por sí. Lo único que puede empeorarlo es que empecemos a dar instrucciones desde el banquillo», alegó el mandatario húngaro en un mensaje en redes sociales. En su opinión, «lo único sensato» que pueden hacer ahora los dirigentes europeos pasa por empezar a organizar su propia cumbre con Putin, tomando como «ejemplo» la reunión impulsada desde la Casa Blanca. El líder húngaro ya provocó una polémica en julio de 2024 al viajar a Moscú para verse con el presidente ruso, en un gesto que coincidía, además, con el arranque del semestre de Presidencia húngara en el Consejo de la UE. Además, Budapest se ha desmarcado de otras posiciones mayoritarias como del endurecimiento de las sanciones contra Rusia o de los avances en el proceso de adhesión de Ucrania al bloque.
RESPUESTA DE BRUSELAS
La UE avisó a Orban de que la falta de unidad solo beneficia a Rusia. «No es nada nuevo», lamentó la portavoz de Exteriores de la UE, Anitta Hipper, en rueda de prensa desde la capital comunitaria al ser preguntada por la posición del primer ministro húngaro. «Tampoco es nada nuevo que necesitamos la unidad para ser fuertes, y si no tenemos esta unidad, solo habrá un actor que se beneficie de ello, y ese es Rusia», añadió, apuntando que tanto la UE como Ucrania quieren lograr la paz y que, a la postre, los 27 han logrado la unanimidad para aprobar 18 tandas de sanciones contra Rusia.
Por su parte, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, agradeció a los líderes europeos su «claro apoyo a nuestra independencia, integridad territorial».

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