Sánchez comparece en el Senado y tacha de «circo» la comisión dominada por el PP
El portavoz del PP descarrila en su interrogatorio al presidente español, que tampoco ha dado respuestas novedosas relativas al ‘caso Koldo-Ábalos-Cerdán’. Ante una pregunta del senador de EH Bildu, admite que «es evidente el impulso político» de las investigaciones. Satisfacción en el Gobierno.

«Un exitazo la estrategia de Feijóo. Creo que este fue su éxito definitivo», ha dicho con sarcasmo el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, el único dirigente con cartera en el Ejecutivo que ha acompañado esta mañana a Pedro Sánchez al Senado.
Iba en sintonía con lo dicho por el líder del PSOE, que al salir de la sala de la comisión ha afirmado a los periodistas presentes, entre ellos NAIZ, que estaba «muy contento» con su labor como compareciente en la comisión de investigación del ‘caso Koldo-Abalos-Cerdán’. Era la comparecencia número 91 tras varios meses de trabajo. Sánchez, al retirarse del Senado y subir a su coche oficial, también ha asentido con un «sí» a las preguntas de si estaba conforme y esta ha sido su pulla final: «Creo que algunos no lo estarán», en alusión al PP.
A las 9.04 de este jueves, el presidente de la comisión, Eloy Suárez (PP), ponía en marcha una comparecencia histórica, la primera en 21 años con un jefe de gobierno en ejercicio, y en realidad, la primera en la que un mandatario estuviera cuestionado (en 2004, Rodríguez Zapatero comparecía en la comisión del 11M).
La primera en preguntar era la senadora por UPN, María Caballero, quien debía compartir su tiempo con las otras formaciones del Grupo Mixto. Su actitud ha sido confrontativa y desde el primer momento exigía a Sánchez que responda «sí o no», en un formato al que el líder del PSOE no estaba acostumbrado. El ping-pong de las comisiones tiene una velocidad muy diferente a los discursos en el hemiciclo del Congreso.
En esta primera parte, Sánchez ha respondido una de las pocas novedades que aportaría durante la mañana. Admitía que «en alguna oportunidad» ha recibido pagos en metálico por parte del PSOE «contra factura», dando a entender que fuera por viajes u hospedaje siendo dirigente de su partido, pero ha puesto énfasis en que eso es «muy diferente a dinero B». También, ha dicho que «no lo conozco» mientras que mostraba Caballero una foto de él junto al comisionista Víctor Aldama.
En esta primera parte, Sánchez ha tachado la comisión de «difamación» y luego de «frustración» (la del PP), lo que le ha valido la regañina del presidente de la comisión, que le ha exigido «respeto» y elogiado su labor, ante lo que el presidente ha recalcado: «Para mí esto es un circo».
Con la senadora de UPN vendrían las primeras risas en la comisión, ya que la iruindarra le ha preguntado por «la banda del Peugeot», en referencia a los que acompañaban a Sánchez durante su campaña para volver a ganar la secretaría general del partido. Caballero ha insistido en «quiénes viajaban en el Peugeot». «Pues señoría, depende el día», ha respondido riéndose el presidente.
Tras el turno del senador Gordillo (Vox), que se ha enzarzgado en una refriega verbal constante con Sánchez (el presidente de la comisión ha debido intermediar varias veces), ha sido el turno de la senadora por Geroa Bai. Uxue Barkos ha señalado que no compartía las descalificaciones de Sánchez a la comisión pero sí que «el respeto se lo deben ganar los propios senadores, y cuando la política convierte el control en espectáculo, pierde credibilidad. Hha habido un uso partidista de algo que debería contribuir a la transparencia».
«La derecha ha convertido esta comisión en un plató», ha añadido, y ha apuntado contra la senadora de UPN por su contradicción al decir que su partido nunca tuvo casos de corrupción. También le ha pedido a Sánchez que no castigue a Nafarroa por estas investigaciones, ya que ha percibido un «enfriamiento institucional», algo que el presidente ha negado.
Elejabarrieta ha insistido en preguntar a Sánchez, ante sus evasivas, si podía afirmar que había «impulso político» detrás de las investigaciones judiciales, a lo que el líder del PSOE ha respondido: «Creo que es evidente»
Por parte de EH Bildu ha sido portavoz Gorka Elejabarrieta, quien ha recalcado la «tolerancia cero a la corrupción, en este caso también», pero añadiendo que su formación es «consciente que existe una operación a gran escala del Estado profundo y orquestada por PP y Vox para echar» al PSOE. Ha opinado que, ante la falta de evidencias contundentes, se puede «concluir que a Santos Cerdán le hacen lo que le hacen por la relación que ha tenido» con EH Bildu (un comentario que ha disparado comentarios en la sala).
Elejabarrieta ha insistido en preguntar a Sánchez, ante sus evasivas, si podía afirmar que había «impulso político» detrás de las investigaciones judiciales, a lo que el líder del PSOE ha respondido: «Creo que es evidente». El senador ha hecho varias preguntas concretas sobre la financiación de las primarias que ganó Sánchez («Fueron limpias», ha respondido este); sobre si Leire Díez hizo encargos para el partido («No, que me conste a mí») y sobre su pendrive («Lo hemos puesto en manos de la Fiscalía»).
Sin portavoces del PNV (habían anunciado que no participaría porque el PP buscaba en la comisión «repercusión mediática»), el grupo parlamentario Plural ha estado representado por el senador de Junts, Eduard Pujol, quien ha mantenido el tono de su partido y comenzado su turno subrayando quesu formación «es un partido opositor a un gobierno incumplidor, que no ha cumplido en tiempo y forma el acuerdo de Bruselas». «Ser poco serio lleva a perder apoyos», ha disparado.
El catalán ha preguntado además sobre el ‘lawfare’ y si creía que Begoña Gómez «lo ha sufrido» y Sánchez ha asentido: «Estamos hablando de judicialización de la política». Minutos después, el senador Queralt de ERC lo corregiría: «El ‘lawfare’ no es lo que usted dijo, sino utilizar a la judicatura como un arma de guerra política».
El PP descarrila con Miranda
La segunda mitad de las más de cinco horas ininterrumpidas de comparecencia y preguntas han estado protagonizadas por el bipartidismo. El senador y dirigente del PSE Alfonso Gil (votado por el Parlamento de Gasteiz) no ha formulado pregunta alguna y ha criticado a las derechas: «Estos señores se han empeñado en destrozar la imagen de buena gestión del Gobierno, quieren colocarnos una ‘Gürtel´y una ´Kitchen´».
En un momento de la hora de embestida del PP, Alejo Miranda ha gritado a Sánchez: «¡Sí o no, yo pregunto y usted responde!». «Esta es una comisión inquisitorial, parecen Torquemada», ha comentado un presidente que buscaba el sarcasmo
Pasado el mediodía ha llegado el momento más esperado: el PP eligió al senador por Cuenca, Alejo Miranda, para que embistiera contra Sánchez. No ha tardado un minuto en dar a entender la estrategia: interrumpirlo, elevar la voz y soltar una cascada de preguntas sin dar tiempo a que respondiera. «Hace más de un año que usted no pisa el Senado y ha venido no porque usted quiera sino que lo han tenido que traer a rastras a esta comisión. No voy a entrar en su juego y usted a mí no me conoce de nada, quizás sabe algo de mí si se lo pasaron sus 942 asesores», ha sido su comienzo.
Con formas más cercanas a la barra del bar que a un debate de la Cámara Alta, Miranda ha preguntado si se avergonzaba Sánchez de lo presuntamente hecho por Koldo García, Ábalos y Cerdán, a lo que el líder del PSOE se ha negado a responder, y entonces Miranda ha gritado: «¡Sí o no, yo pregunto y usted responde!». «Esta es una comisión inquisitorial, parecen Torquemada», ha comentado un Sánchez que buscaba el sarcasmo y la sonrisa como refugio en más de una oportunidad.
Nada se podía sacar en limpio de una conversación bronca en la que muchas veces se superponían, ante un Miranda exaltado, –con un tono similar al de sus colegas del Congreso, Miguel Tellado y Esther Muñoz–, alejado de los modales tradicionales del partido conservador. En pocos minutos, el senador ha lanzado: «Ahora usted se avergüenza de su hermano y no quiere hablar de él...lo entiendo”»; «¿Es capaz de responder alguna verdad? ¡Inténtelo! ¡Animos!»; y «Hoy usted está con piel fina, viene aquí de ofendidito». También lo ha retado a que aceptara un careo con Aldama y Ábalos, a lo que el presidente no ha respondido.
La embestida (de casi una hora) generaba una reacción constante entre los legisladores del PSOE, que se quejaban, y en Sánchez ha habido un momento en que ha causado mella, en especial las alusiones a su hermano y esposa. Ha buscado defenderse recordándole a Miranda que estuvo a cargo de la puesta en marcha del cuestionado hospital Zendal, inaugurado en 2020 por Díaz Ayuso.
En la conclusión final, Miranda ha opinado que «el saldo de Tesorería se ha disparado 120%» en el PSOE en 2020 «en medio de la pandemia» y que eso tuvo que ver «con el milagro llamado Koldo y Ábalos», intentando así sembrar la duda sobre financiación ilegal. Y ha atacado a Sánchez diciéndole que «quería dirigir la OTAN y el Consejo Europeo y ahora solo aspira a ser el único no encausado». Para afirmar después que su partido lo va a desechar «como ya hicieron» antes.
El presidente del Gobierno ha tenido minutos finales en los que ha mencionado las medidas de transparencia que impulsado tras la crisis en primavera y ha lamentado «el lodazal en lo que el PP ha convertido» el Senado, «hoy al servicio de la máquina del fango». «El PP lleva un año buscando lo que no van a encontrar, ‘Gürtel’ solo hay una».
Tras la comisión, Sánchez se ha reunido con Bolaños en una sala del segundo piso del Senado y se ha ido a Moncloa. Fuentes del Ejecutivo comentaron a la prensa que «hoy hubo parlamentarismo normal, homologable con la normalidad, y lo de la derecha». Sobre el reto del careo, lo tachan de «conejo de la chistera de última hora» y citan que eso no encaja en el reglamento del Senado.
Desde Génova, al mismo tiempo, dejaban trascender que su objetivo estaba cumplido y criticaban a Sánchez por haber respondido decenas de veces «no me consta». Otra jornada que retrata la división cada vez más tajante, sin cabe, entre los dos bloques de las Cortes.

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