
Jair Bolsonaro, el expresidente ultraderechista de Brasil, ha elegido a su hijo mayor como candidato presidencial desde la celda de 12 metros cuadrados que ocupa en unas dependencias de la Policía Federal en Brasilia, donde cumple una condena a 27 años de prisión por haber intentado dar un golpe de Estado para impedir la investidura de Luiz Inácio Lula da Silva tras las elecciones de 2022.
El senador Flávio Bolsonaro, de 44 años, considerado más moderado que su padre, recibió el apoyo de la formación política de ambos, el Partido Liberal, para lanzarse a la carrera electoral, muy probablemente contra Lula da Silva.
«Con gran responsabilidad confirmo la decisión del mayor líder político y moral de Brasil, Jair Messias Bolsonaro, de confiarme la misión de dar continuidad a nuestro proyecto de nación», escribió el viernes en X.
«Flávio me dijo que nuestro capitán (Jair Bolsonaro) confirmó su precandidatura. Si así lo habló Bolsonaro, ¡está todo dicho!», dijo el presidente del Partido Liberal, Valdemar Costa Neto, en un comunicado.
Su actuación en el Senado siempre ha sido discreta, hasta que su padre cayó en desgracia y, sobre todo, desde que fue a prisión. Con su hermano Eduardo en EEUU, Flávio asumió el papel de portavoz de la familia en defensa del expresidente.
El mercado, resentido
El índice Ibovespa de la Bolsa de Sao Paulo, el principal de América Latina, se ha resentido tras el anuncio y cerró con una caída de 4,3% en la jornada.
El mercado tenía la mirada puesta en Tarcísio de Freitas, el gobernador de Sao Paulo, capital económica de Brasil, y considerado más cercano al establishment. Sin embargo, De Freitas, fiel aliado de Bolsonaro, siempre ha negado que busque la Presidencia.
Flávio Bolsonaro es un «político equilibrado, experimentado y preparado para el diálogo», ha declarado a AFP el diputado Luciano Zucco, líder de la oposición en la Cámara Baja del Congreso.
Su trayectoria, sin embargo, está marcada desde de que en 2020 el Ministerio Público lo imputara por un esquema de corrupción en su despacho cuando era diputado estatal (2003-2019). El caso se cerró cuando la Justicia determinó que las pruebas fueron recabadas de forma ilegal.
En familia
Lula, de 80 años, que ya gobernó Brasil entre 2003 y 2010, anunció en octubre en Yakarta su intención de volver a buscar por cuarta vez la Presidencia, aunque después volvió a mencionarlo como una posibilidad.
Con el exmandatario Bolsonaro fuera de la carrera electoral, la derecha ha barajado otros nombres para su candidato, incluido el de la ex primera dama Michelle Bolsonaro.
Flávio es hijo de un matrimonio previo de Jair Bolsonaro y ha tenido desencuentros con su madrastra, a quien ha acusado recientemente de ser «autoritaria» en discusiones internas del partido. Posteriomente dijo que se pidieron disculpas mutuamente.
«Que el señor te dé sabiduría, fuerza y gracia (…) por el bien de nuestra nación», escribió Michelle Bolsonaro en un mensaje de Instagram dedicado a su hijastro tras conocer la noticia.
El expresidente, de 70 años, tiene otros cuatro hijos. Uno de ellos, Eduardo Bolsonaro, es un diputado radicado actualmente en Estados Unidos que libró una campaña en favor de su padre y de imponer aranceles a su país ante la Administración de Donald Trump durante el juicio.
«Todos sabemos que el pueblo deseaba a nuestro padre como candidato (…) Mi hermano levantará la bandera de los ideales» de Jair Bolsonaro, escribió Eduardo en X.
Los otros dos hijos varones, Carlos y Renan, son concejales municipales.
Flávio es considerado un mayor articulador político, mientras que Eduardo y Carlos suelen adoptar un tono más agresivo en sus declaraciones políticas en las redes sociales.
Problemas judiciales
Pero, igual que su padre y sus tres hermanos dedicados a la política, Flávio Bolsonaro ha lidiado con problemas judiciales. Entre otros delitos, ha sido investigado por lavado de dinero, asociación ilícita y malversación, pero los procesos han sido archivados por diversas razones.
Entre las sospechas, contratar funcionarios «fantasmas» para sus despachos legislativos a fin de apropiarse de los sueldos y lavado de dinero a través de una tienda de chocolate que tenía en Río de Janeiro y le permitió comprar, siempre en efectivo, una veintena de apartamentos en esa ciudad en unos pocos años.
Su último problema, la compra de una mansión en Brasilia, valorada en seis millones de dólares y en la que vive con su esposa, la odontóloga Fernanda Antunes Figueira, con quien tiene dos hijas.
Además, el senador provocó en octubre una polémica al sugerir que Estados Unidos bombardeara embarcaciones en Río de Janeiro para combatir el narcotráfico, como está haciendo en el Caribe y en el Pacífico. Después dijo que su mensaje había sido malinterpretado.
Unir al arco de derecha y ultraderecha
En su rol de candidato, tendrá la misión de unir al arco de derechas, que va desde los conservadores más tradicionales que no aceptan el radicalismo bolsonarista, hasta la ultraderecha autoritaria que todavía tiene como gran líder a Jair Bolsonaro.
Pero la principal oferta de su plataforma de campaña será sin duda un indulto que libre de la prisión a su padre y a todos los condenados por el intento de golpe de Estado de 2022, una iniciativa que intentó promover en el Parlamento y fue bloqueada por la derecha más tradicional, que domina las cámaras legislativas.
Los sondeos publicados hasta ahora sitúan a Lula en franca ventaja ante cualquier posible candidato de derechas de cara a los comicios del próximo octubre, pero pocas de esas encuestas barajaban a Flávio como el posible abanderado de las fuertes de la derecha.

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