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Sus colegas homenajean la «generosidad» y las buenas artes del maestro Subijana

El chef Pedro Subijana, cuya larga e influyente trayectoria profesional ha sido reconocida este jueves en una cena homenaje en el Basque Culinary Center (BCC) de Donostia, considera que sus mayores virtudes son «la constancia y la resiliencia» para «saber levantarme cuando tropiezo».

Aurresku de honor para Subijana, rodeado de compañeros y amigos.
Aurresku de honor para Subijana, rodeado de compañeros y amigos. (Jon Urbe | Foku)

Organizado por el colectivo Mantala y el BCC, este jueves se ha celebrado un emotivo homenaje a uno de los pioneros de la cocina vasca: Pedro Subijana. En el acto, que ha congregado a responsables institucionales y la Fundación Hazi, pero sobre todo a compañeros y amigos de profesión, se ha,n puesto en valor «la sensibilidad, la mirada y el legado» de Subijana a lo largo de sus más de cinco décadas al frente del restaurante Akelarre de Donostia (tres estrellas Michelin).

A lo largo de su extensa trayectoria, «ha marcado de forma decisiva la evolución de la gastronomía vasca y su proyección internacional», argumenta el Basque Culinary Center, que elogia sus más de 50 años de «creación, innovación y maestría», y la «generosidad» que el cocinero donostiarra ha exhibido como «referente y maestro de varias generaciones».

«Me incomoda ser el protagonista»

En entrevista a Efe antes del acto, Subijana ha mostrado «apuro, la verdad», por este homenaje pues, tal como ha confesado, «aunque no lo parezca, la timidez es una de mis características». Le gustan mucho los eventos en los que comparte con sus colegas pero no como protagonista. «Ser el punto de referencia me incomoda bastante así que ... estoy deseando que pase», ha confesado.

Considera que tiene «la característica de la constancia y la resiliencia», para «saber levantarme cada vez que tropiezo», y se retrata por «el cariño y el respeto a todos los colegas».

Se reconoce además cierto valor a la hora de mantener unido al colectivo de chefs vascos. «He hecho muchísimas veces la labor de arreglar las cosas entre unos y otros» para evitar que «las diferencias» derivaran en «rupturas» o se formaran «distintas facciones», ha declarado.

En su opinión, los artífices del medio siglo de vida que tiene ya la Nueva Cocina Vasca –«los que iniciamos toda esa revolución»–, han sido «todos muy generosos», de manera que «cuando ha venido otra generación y se ha puesto a trabajar», han seguido llevándose bien, «colaborando y apoyándose».

«Que el relato no sea más importante que el plato»

Y eso ha quedado plasmado precisamente en Basque Culinary Center, al que considera «la universidad de la gastronomía» por la que pelearon y que se ha convertido en «punto de referencia mundial».

Del BCC se siente orgulloso y «profundamente feliz», por la capacidad que tiene de ser «el punto de convergencia de todos los estilos» de la cocina vasca, desde «los tradicionales a los innovadores».

A los jóvenes talentos que despuntan actualmente en el sector, solo les da un consejo, que «sean honestos y hagan lo que les guste pero, sobre todo, que el relato, las historias que se pueden contar, no sean más importante que el plato que se va a comer».

El Orfeón Donostiarra ha cantado para Subijana y un dantzari le ha bailado un 'aurresku' de honor en la cena homenaje de esta noche, en la que cocineros del colectivo Mahaia y estudiantes del BCC han elaborado un menú inspirado en la evolución de la cocina vasca, en el que no han faltado sus cuatro salsas más emblemáticas -el pilpil, la vizcaína, la salsa verde y la de tinta de calamar-.

Entre los cocineros que han unido su talento, respeto y gratitud en este menú creado para la ocasión se encuentran Aitor Arregi (Elkano), Igor Arregi y Lidia Olaizola (Kaia), Pili Manterola (Iribar), Dani López (Kokotxa), Roberto Ruiz (Hika), Juan Carlos Caro (Zelai Txiki), Jon y Arantxa Ayala (Laia), Enrique Fleischmann (Txoko), Íñigo y María Lavado (Itzuli), Gorka Txapartegi (Alameda), Javi Rivero y Gorka Rico (Ama), y Aizpea Oihaneder (El señor de los Bosques).

En el acto Subijana ha reconocido: «Nunca imaginé que llegaría a tener una trayectoria como la que he vivido. Todo lo que he sido y he hecho ha nacido del cariño a esta tierra, del respeto al producto y del trabajo compartido con grandes equipos. Si algo me llevo después de tantos años, es la certeza de que la cocina sigue siendo, ante todo, una forma de hacer felices a los demás».