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Exmilitar e «indepe» en Nou Barris

El antaño feudo del PSC y parte del «cinturón rojo» es ahora un territorio en disputa, de voto variable que puede marcar la diferencia como gran caladero. Por el momento parece que ciudadanos se está llevando el gato al agua en un barrio popular, marcado por la migración y frecuentemente caricaturizado.


«Antes aquí se votaba mucho al PSC. Con el tiempo y lo que está pasando, la gente vota centro-derecha. Los catalanes, a los suyos. Y los de fuera, a los otros». José Meler, de 70 años, toma una infusión en un bar de la avenida Río de Janeiro, en Nou Barris. Dice que en la política catalana existe una división por origen, afirma ser independentista aunque no especifica a qué partido va a votar y reconoce que se siente una rara avis en este barrio popular que pasó de símbolo del PSC y su «cinturón rojo» a feudo de Ciudadanos. Su casa está en Berga, actualmente gobernado por la CUP, aunque por razones personales ha tenido que asentarse en Nou Barris. «A mí me respetan, porque he sido militar». Paren las máquinas. El anciano asegura haber sido teniente coronel, jubilado a los 62 años y definitivamente fuera de la reserva desde el pasado once de setiembre, la última Diada. Quienes comparan frívolamente el Procés con una serie tienen aquí un giro propio de “Lost” y su humo negro. «Soy catalán, he defendido la bandera de España y ahora votaría la independencia como una rebelión, porque me han dado muchos palos», asegura.

«Si se quieren ir, que se marchen, pero estamos en España». Luis Rivas, gafas y bigotillo característico de otra época, nació en Paza, provincia de Granada, se siente granadino aunque reconoce que no ha pisado territorio andaluz desde niño, y de eso hace ya algunas décadas. Habla de «ellos (los catalanes)» y «nosotros (españoles)». «Si ellos se quieren ir… Somos más que ellos y estamos en nuestro país», reitera este albañil jubilado cuya elección de papeleta es típica de la zona, del PSC a Ciudadanos sin pasar por Podemos. Dice que en Nou Barris se vive tranquilo, que el único problema es el que «han traído», en referencia al proceso independentista. «Ellos ya estaban», le responde Meler, a su lado. «Todos somos catalanes y estamos en España», zanja un tercero que intenta mediar.

El ambiente electoral está frío. Puede ser la sobreexposición o que incluso en un momento crucial las campañas han dejado de tener impacto. Sin embargo, es soltar el tema en la mesa en este barrio que inspiró la creación del Partido de la Gente del Bar y que el debate fluya. «En Catalunya ya hay más gente de fuera que de dentro». «No sé por qué se le da tanto bombo a esto». «Unos ponen una bandera y otros, otra, no hay problema». «Se vota y ya está».

«Estoy en contra del humo, de que nos digan que todo será perfecto con la independencia mientras (Carles) Puigdemont tiene un sueldo mayor que (Mariano) Rajoy». Francisco Correa, estudiante de 23 años, dice que está en contra de la votación del 1 de octubre, de las cargas policiales y de la independencia. «Es un españolista», bromea su amiga Carla Vidigal. «Pero no soy un facha. No sé por qué si no eres independentista te llaman facha. Soy tan catalán como cualquiera», afirma. Su origen está en Galiza, pero recuerda que muchos originarios de Andalucía apoyan la independencia. La pregunta era sobre por qué Nou Barris vota mayoritariamente a Ciudadanos, pero las discusiones se repiten tanto que es fácil adelantarse, sabiendo qué viene luego.