Sémper se va de la política antes de irse del PP
Puede que hoy Borja Sémper acabe la jornada elevado a todos los altares, pero no está de más recordar que se va de la política por no irse de un PP al que ha servido fielmente. Desde Aznar hasta Casado. Con caretas y sin ellas.
Artikulu hau irakurtzeko
erregistratu doan edo harpidetu
Dagoeneko erregistratuta edo harpideduna? Saioa hasi
Klikik gabe gelditu zara
Conociendo la capacidad de proyección mediática de Borja Sémper puede darse por seguro que acabará esta jornada travestido de «enfant terrible» de la derecha unionista vasca. De hecho, es la imagen que ha cultivado en todos estos años... pero siempre a beneficio del PP.
A falta de las explicaciones que dará a mediodía, se baraja que los encontronazos con la dirección de Pablo Casado tienen la clave de su marcha. Sin embargo, Casado ya no engañaba a nadie cuando tomó las riendas del partido en julio de 2018 (era aquel que le recordó a Puigdemont cómo acabó Companys), y Sémper no tuvo empacho alguno en seguir siendo cabeza de lista del PP en Donostia en las municipales de mayo de 2019.
Lo hizo, eso sí, ocultando las siglas del partido en una campaña entre surrealista e infame. Hoy se evocará como rebeldía lo que no fue más que un fraude a los votantes. En ninguna circunstancia diferente a esa habría logrado el PP tres concejales en Donostia; basta ver el fiasco en el resto de capitales.
Sin haber pasado ni ocho meses de aquello, y sin pretensión al parecer ni de mantener los cargos ni de impulsar otra propuesta política, Borja Sémper se va de la política por no irse del PP al que ha servido desde 1999 hasta ahora. Eso significa, en Gipuzkoa y en el Parlamento de Gasteiz, haber sido escudero de Mayor Oreja y Aznar, de San Gil y Basagoiti, de Alonso y Casado. Y significa no haberse marchado junto a Arantza Quiroga en 2015, cuando sí se abrió un melón auténtico en el PP vasco. Entonces Sémper puso parches afirmando que el partido no la había desautorizado.
En casos como este se suele decir que las palabras no han ido parejas a los hechos. Pero incluso eso sería demasiado: son sus poses las que no han acompañado a las acciones ni a las palabras auténticas, que son las que los representantes políticos pronuncian en instituciones como el Parlamento de Gasteiz, donde Sémper no ha sido menos agresivo con EH Bildu que sus compañeros de filas: basta ver cómo saltó junto a Jusapol frente a Julen Arzuaga el pasado mes de mayo para negar la violencia estatal. Por cierto, tampoco se encontrarán esas palabras en GARA, a quien nunca concedió una entrevista, ni siquiera en mayo cuando fingía no ser del PP.
Quizás a Sémper no le guste Casado, solo quizás. Pero seguro que Casado le está bien agradecido a Sémper.