La incertidumbre provocada por la variante inglesa del virus marca las navidades

Las vacaciones en la actividad docente, que enviarán a casa durante un par de semanas a decenas de miles de estudiantes de todos los cursos y edades, dan comienzo a las fiestas navideñas, que este año llegan marcadas, no podía ser de otro modo, por el virus que ha sacudido el mundo en los últimos meses.

Cuando parecía que el inicio de la vacunación empezaba a despejar el futuro a medio plazo, la nueva variante del SARS-CoV-2 localizada sobre todo en el sureste de Inglaterra ha vuelto a generar incertidumbre. En primer lugar, sobre las medidas a adoptar para impedir que se propague más de lo que ya lo ha hecho –se han detectado casos en Dinamarca, Países Bajos, Italia, Islandia y Bélgica, así como en Australia, fuera de Europa–, pero, sobre todo, respecto a las consecuencias epidemiológicas y sanitarias que puede tener.

En este sentido, el Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) publicó ayer un informe preliminar en el que avisa de que esta nueva variante es significativamente «más transmisible» que las anteriores, y confirma que tiene un potencial estimado para aumentar el número reproductivo (R) en 0,4 o más, y una transmisibilidad aumentada estimada de hasta un 70%. No obstante, el ECDC informa de que por ahora no hay indicios de una mayor gravedad de la infección asociada a ella.

Asimismo, está realizando estudios para evaluar el impacto de la nueva variante sobre el riesgo de reinfecciones, así como en la eficacia de las vacunas que se están desarrollando actualmente. A este respecto, la directora ejecutiva de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), Emer Cooke, dijo que «por el momento no hay pruebas» de que la vacuna de Pfizer y BioNTech no funcionará contra la nueva variante del virus.

Respecto a las medidas tendentes a evitar su transmisión, después del goteo del domingo, ayer fue creciendo la lista de países que cerraron su espacio aéreo y marítimo con Gran Bretaña, que se encuentra en una situación de «emergencia real», según enfatizó el líder laborista de la oposición, Keir Starmer (más información en la página 16). Uno de los últimos en sumarse fue el Gobierno español, que decidió, de forma concertada con su homólogo portugués, suspender los vuelos de entrada a partir de hoy, salvo para ciudadanos del Estado o residentes.

La medida, según explicaron desde el Ejecutivo, supondrá además un reforzamiento de los controles en el paso fronterizo de Gibraltar, donde también se ha detectado algún caso.

Con todo, los países y estados de la Unión Europea (UE) acordaron mantener abiertas las fronteras interiores del espacio Schengen.

El LABI decide esta tarde

En este contexto internacional, en Euskal Herria tampoco abundan la certezas, y ejemplo de ello es que esta tarde está previsto que se conozcan finalmente las medidas que van a aplicarse en la CAV durante las navidades.

Esta mañana se va a volver a reunir la comisión técnica del Plan de Protección Civil (LABI), que expondrá sus recomendaciones, y por la tarde, a partir de las 17.00 horas, el Consejo Asesor, presidido por Iñigo Urkullu, adoptará una decisión al respecto.

Ayer, La consejera de Salud, Gotzone Sagardui, que no quiso adelantar nada, sostuvo que la tendencia de la pandemia es «buena», a pesar de que el domingo se duplicó el porcentaje de positivos respecto al día anterior.

Lo cierto es que el fin de semana se ha registrado la cifra de contagios más baja desde el verano en Hego Euskal Herria, 372 el sábado y 396 el domingo, pero el número de test realizado el último día fue bajo –solo 975 en Nafarroa, y 5.484 en la CAV– y la tasa de positivos volvió a repuntar, llegando al 5,8% y al 6,2%, respectivamente.

Además, ese descenso apenas se ha notado en la incidencia acumulada en 14 días, y, de hecho, Araba sufrió el domingo un rebote, pasando de 368,02 casos por cien mil habitantes a 379,92. Gasteiz, que ha registrado el 91% de los positivos del herrialde el fin de semana, tiene una incidencia de 419,26, cuarenta puntos por encima de la media, y medio centenar más que los 368,07 que llegó a tener a primeros de mes. La evolución de la capital alavesa es la más preocupante.