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En Basurto se colaron cuatro cargos y en Santa Marina se vacunó a 20 personas ajenas

Gotzone Sagardui, consejera de Salud, ha admitido en el Parlamento las irregularidades en la vacunación, que dice que no conoció hasta difundirse. En Basurto cuatro cargos se inyectaron las sobrantes. Y en Santa Marina una veintena, incluidos representantes sindicales o de otros servicios, afirma.

Gotzone Sagardui, en los pasillos del Parlamento. (Jaizki FONTANEDA | FOKU)

La consejera de Salud, Gotzone Sagardui, ha comparecido en el Parlamento tras las vacunaciones irregulares detectadas ya en dos centros hospitalarios (Basurto y Santa Marina), desencadenando la dimisión de sus directores, Eduardo Maiz y José Luis Sabas. Ha detallado un cúmulo de irregularidades mayor del conocido hasta ahora y que incluye la falta de registros.

En un repaso cronológico, Gotzone Sagardui ha indicado que al empezar a vacunarse en hospitales se produjeron algunos excedentes (diez vacunas) en Basurto, que debían haberse inoculado al personal hospitalizado de edad avanzada o al sanitario. En el primer grupo «solo se encuentra a nueve personas», de las que se inyectó a seis porque el resto no estaba «en condiciones adecuadas de salud». Quedaban por tanto cuatro que había que desechar ese día, domingo 3 de enero. Al no haber criterio claro, «se decide ofrecer la vacuna» a los responsables, y lo aceptaron cuatro: «El jefe del servicio de Medicina Interna, una microbióloga, la jefa de servicio de enfermedades infecciones y el director gerente», ha detallado la consejera.

Sagardui ha dicho que no lo conoció hasta el 19 de enero, por la información de un medio, y que automáticamente se activó una investigación. En este punto ha indicado que no hubo un registro de vacunas, «como exige cualquier acto de vacunación», lo que ha atribuido a que todavía el proceso de vacunación era incipiente. Se ha abierto un expediente para saber por qué no ocurrió.

Al director de Basurto se le reclamó la dimisión en el mismo momento, ha afirmado, pero no lo aceptó, por lo que Maiz fue cesado.

En el caso de Santa Marina, ha dicho que el Departamento sospechó al recibir los datos de vacunación del centro, que eran muy altos y no se atenían al protocolo. Preguntaron entonces al director Sabas si se había vacunado entendiendo quizás que entraba dentro del personal sanitario y les dijo que sí, por lo que se le reclamaron responsabilidades «y lo hizo presentando su renuncia».

Sindicatos, servicios religiosos, cafetería...

Tirando de ese hilo, además de cargos médicos a los que no les correspondía, Sagardui ha dicho que se han detectado 16 vacunaciones irregulares, incluidopersonal ajeno al centro: «Cuatro representantes de sindicatos, cuatro personas externas de servicios religiosos, cuatro personas de la empresa que regenta la cafetería...», ha enumerado. Esto es lo que están respondiendo los sindicatos.

No obstante, ha atribuido todo ello a una «descoordinación» en la comunicación de los criterios, agudizada por el riesgo de que las vacunas se perdieran. Así, según su relato en Basurto se produjo un incumplimiento claro de los protolocos sabidos y fue realizado además por altos cargos, mientras que en Santa Marina las vacunaciones irregulares han sido más pero fruto de un descoordinaciones y malentendidos. Se corresponde con cómo acabaron los dos directores: Maiz fue cesado y Sabas dimitió.

Sagardui ha ido más allá de estos dos casos conocidos para explicar, por ejemplo, que desde el 15 de enero se vacunó en el Hospital de Cruces a profesionales de Cruces, Basurto y Urduliz: «En este momento, hubo responsables de servicios que recibieron sus dosis, cuando fueron citados, según protocolo», ha dicho sin aclarar cuáles fueron exactamente.

Los protocolos «son claros y estrictos», ha dicho Sagardui al inicio. Estos dos responsables «se vacunaron cuando no debían», ha confirmado. «Lamentándolo mucho, la directora de Osakidetza tuvo que pedirles que asumieran sus responsabilidades», ha sido su versión de los ceses, coincidente con la de Iñigo Urkullu, que se mostró el martes «triste».

Al final de su intervención, la consejera ha dejado caer que el Departamento se siente «responsable de la descoordinación». Pero ha remarcado que «si algo sabe la sociedad a estas alturas es el orden de prioridades de la vacunación. Y el personal directivo, quien no atiende personalmente a pacientes, no aparece en esa lista. De las 51.000 vacunas administradas, 11.360 han sido a personal sanitario cumpliendo los criterios establecidos salvo en muy pocos casos. El Departamento y Osakidetza, en cuanto tuvo conocimiento, actuó con celeridad solicitando que asumieran su responsabilidad y en pocas horas estaban fuera», ha resumido.

Intervenciones de los grupos

En las intervenciones de los grupos, el PNV ha afirmado que algunos de los que han denunciado estos casos «se van a arrepentir» porque tras las explicaciones de la consejera se aclarará «más pronto que tarde».

Por contra, para Elkarrekin Podemos «no es creíble la versión sobre Santa Marina, como una especie de ‘teléfono descacharrado’ entre ustedes y el señor Sabas». El PP ha formulado numerosas preguntas también sobre este hospital de Bilbo, entre las que destaca la de por qué tenía tantas vacunas y por qué Sabas insistía en un acto público de inyección invitando a él a la consejera.

EH Bildu ha considerado lamentable que en una crisis sanitaria de tal gravedad la consejera esté en entredicho por un tema así y ha expuesto su temor de que «se esté intentando poner el ventilador» salpicando a las plantillas. También le llama la atención por qué se mandaron 600 dosis a Santa Marina. Y ha planteado finalmente si se ha vacunado a alguien del LABI y también por qué no se aparta a quien esté bajo sospecha de estas irregularidades.

La pregunta apuntaba a una persona: Ana Collazos, responsable de la vacunación en Basurto y miembro del LABI. En la réplica, Sagardui ha admitido que recibió la dosis como «personal asistencial, no administrativo», pero que ni fue en Basurto ni tiene nada que ver con las irregularidades allí ocurridas porque «estaba de vacaciones».

Por cierto, en la sesión el presidente de la comisión, Kerman Orbegozo (PNV), ha reaccionado crispado ante la afirmación de EH Bildu de que pidió esta comparecencia ya el día 21, cuando según él fue el 25. El documento del registro muestra que EH Bildu tene razón: fue el 21.

44.000 vacunados por el momento

Antes de ello Sagardui ha aportado los datos de vacunación actuales: 44.000 personas han recibido la primera dosis (entre ellas 11.000 profesionales de Osakidetza, algo más de un cuarto de la plantilla). «La estrategia de vacunación se está cumpliendo según lo previsto», ha resumido Sagardui. «Si las previsiones de recepción de dosis se cumplen, y enfatizo esto, se finalizaría la administración de primeras dosis a la plantilla de Osakidetza la segunda semana de febrero», ha anunciado.

La consejera –que ha comparecido junto a la directora general de Osakidetza, Rosa Pérez Esquerdo- ha comenzado detallando la evolución de la pandemia. Ha dicho que «todo apunta a que la tendencia seguirá siendo ascendente los próximos días», como muestra que el número reproductivo básico esté en 1,30 en el conjunto de la CAV.

Peor aún es el cuadro en los hospitales. Ha dicho que Osakidetza tiene abiertas actualmente 332 camas UCI y que la ocupación está en el 80%. Aunque la curva de contagios se lograra doblegar, harían falta dos semanas más para mejorar la situación hospitalaria, ha recordado.