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Una noche en el Arriaga con unos premios Max de sabor vasco y catalán

El Arriaga se ha convertido en una fiesta de esas como en los viejos tiempos, antes de la pandemia, en una gala en la que se ha premiado al navarro Alfredo Sanzol, por su montaje para el CDN, a Deabru Beltzak, a Iratxe Ansa y, la gran sorpresa, al musical en euskara ‘Kutsidazu bidea, Ixabel’. 

Patxi Barko, flanqueado por Joli Pascualena e Iker Huitzi, de ‘Kutsidazu Bidea Ixabel, Musikala’. (Aritz LOIOLA/FOKU)

Con varias alfombras rojas desplegadas como las ramas de un árbol por la plaza Arriaga, mucho curioso ante una imagen glamurosa y como de otra época, siempre anterior a este pandemia, ha recibido la tarde-noche de este lunes el Teatro Arriaga a los asistentes a la 24 edición de los premios Max, los galardones más importantes del ámbito estatal en artes escénicas. 

Unos premios que han regresado por tercera vez a la capital vizcaina y en los que ha destacaba la importante presencia vasca, con siete artistas y compañías, entre los finalistas. Una ‘cosecha’ que se ha concretado al final en tres premios Max. 

‘Symfeuny’, de Deabru Beltzak, se ha llevado el premio al Mejor Espectáculo de Calle justo en el año en el que se celebra 25 aniversario de la formación de esta compañía que ha hecho del fuego y la percusión su seña de identidad. 

La bailarina de Errenteria Iratxe Ansa ha sido elegida Mejor Intérprete Femenina de Danza por ‘Al desnudo’, una pieza muy especial, ha ha supuesto un «antes y un después en su carrera», creada en plena pandemia junto a su pareja, y que «llega en momento dulce pero intenso», ha dicho, porque este año también ha recibido el Premio Nacional de Danza del Estado español. Tras varias décadas de trabajo en compañías internacionales, principalmente en Alemania, hace apenas dos años ambos bailarines sentaron las bases de su compañía en Madrid. Y este el resultado, un año dulce. 

Y la sorpresa de la noche... para el Mejor Espectáculo Musical o Lírico para ‘Kutsidazu Bidea Ixabel, Musikala’, de Demode Produkzioak, un montaje basado en la novela de Josean Sagastizabal, una de las novelas en euskara más divertidas y de la que más versiones se han hecho, llevada al escenario esta vez en forma de musical.

La compañía no se lo esperaba. Sorprendidos, contentos a más no poder y agradecidos, como ha apuntado Patxi Barko, su director, han recordado que «se estrenó aquí con un 30% de aforo, en este mismo teatro y, un año después recibimos aquí un Max». Lo han hecho con un montaje en euskara, con un musical con mucha producción y con el que, pese a estar en una época tan difícil, «nos hemos tirado a la ventana»... y les ha salido redondo.

Emoción y reivindicación

En los premios honoríficos, el Max de Honor a una Gemma Cuervo entrañable, sumamente emocionada, que ha terminado abrazada al premio y con el teatro puesto en pie. El Premio Max Aficionado o de carácter social este año lo ha recibido Teatro Estudio de San Sebastián y lo ha recogido Manolo Gómez, un histórico del teatro en Euskal Herria, quien ha querido recordar la importancia de lo amateur. Manolo Gómez ha lanzado un mensaje claro: «Consejeros de cultura, programadores, cuando trabajéis para hacer planes de vuestro departamento no os olvidéis de los amateurs, encontradnos espacio en la programación». 

La gala ha arrancado al ritmo del ‘Bilbao song’ de Bertolt Brecht, en la voz y el empaque a lo showman de Asier Etxeandia, acompañado en directo por BilbaoSinfonietta. Aires de cabaret y nostalgia de ‘aquel’ Bilbo, y una gala con tonos canallas para una fiesta en la que se ha buscado exorcizar, a través de la magia del teatro, un época especialmente dura en el sector, lo que se ha visto reflejado en las palabras de muchos de los ganadores. 

Sobre lo previsto, el premio al Mejor Espectáculo de Teatro y Mejor Autoría Teatral han sido para ‘El bar que se tragó a todos los españoles’, del dramaturgo y director navarro Alfredo Sanzol para Centro Dramático Nacional. Es la historia de Jorge Arizmendi, un cura navarro que, en 1963, con 33 años decide cambiar de vida, dejar el sacerdocio y marcharse a Estados Unidos. Y es una historia basada también en la historia real del padre de Alfredo Sanzol. Un montaje que partía como gran favorito de todas las quinielas. 

La gala ha sido también la demostración de la fuerza que tiene el teatro catalán, que se ha llevado gran parte de las manzanas, como la Mejor Dirección de Escena para Nao Albet y Marcel Borrás, por ‘Atraco, paliza y muerte de Agbanäspach’, Mejor Actor (Joan Carreras por ‘Historia d'un senglar’), Mejor Actriz  (Mireia Aixalà, por ‘Les tres germanes’), Mejor Espectáculo Infantil, Juvenil o Familiar (‘Laika’, de Xirriquiteula Teatre)... 

Afrika Bibang ha puesto una de las notas musicales a la gala. (Aritz LOIOLA/FOKU)

La gala preparada por Calixto Bieito, director artístico del Arriaga y de la gala, ha querido ser una celebración de la vida y el teatro. Por eso, entre quienes entregaban premios estaban actores, actrices, el escritor Bernardo Atxaga, bailarines como Igor Yebra, pero también la jefa de sala y la taquillera del Arriaga.

En las actuaciones, Beñat Achiary, poniendo voz a San Juan de la Cruz para la bailaora de flamenco bilbaina Adriana Bilbao; la cantante de origen guineano Afrika Bibang cantando en euskara... y una Yogurinha Borova de presentadora y cantante un poco desmadrada. ¡La de manzanas que ha comido en el escenario esta noche!