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Ganar a domicilio a los últimos clasificados, el gran deber del Baskonia en la pasada Euroliga

Los gasteiztarras afrontan este jueves la visita ante el Alba Berlín, uno de los candidatos a ocupar la última plaza de la Euroliga. La pasada campaña los de Peñarroya fallaron en esta visita, así como en los partidos en Villeurbanne, Bolonia, Aternas y Múnich, clave para quedar fuera del Top 8.

Saski Baskonia ha de aprovecharse de las bajas en el interior del Alba Berlín. (@EUROLEAGUE)

A nadie le gusta ejercer de Pepito Grillo, pero Saski Baskonia afronta una jornada clave en su devenir en la Euroliga 2023/24. Sí, es la segunda de 34 jornadas de la Fase Regular y el balance gasteiztarra es de 0-1, así que no hay que alarmarse, pero el duelo de este jueves a las 20.00 en el Mercedes-Benz Arena puede tener mucho que ver en su desempeño al final de esta Fase Regular.

Alba Berlín, junto con Asvel Villeurbanne, Panathinaikos, Virtus Bolonia y Bayern de Múnich fue uno de los cinco últimos clasificados de la Euroliga y todos ellos sin excepción superaron al cuadro gasteiztarra en los partidos en los que los de Joan Peñarroya tuvieron que rendirles visita. Sin un play-in que llevarse a la boca, los baskonistas acabaron esta Fase Regular con un balance de 18-16, a una victoria de Zalgiris y Fenerbahçe, dos rivales contra los que los gasteiztarras se llevaron el basket average particular, pero que hicieron sus deberes en cuanto vencer a sus rivales más débiles se trataron. Una sola victoria en una de estas cinco canchas hubiera bastado para clasificar a los de Joan Peñarroya a los cruces de cuartos.

El pasado 5 de enero fue precisamente el Alba Berlín el equipo que truncó la racha de victorias que llevó a los gasteiztarras a cerrar 2022 en el liderato de la Euroliga. Fue un triste 85-84 que en aquel momento fue poco más que una contrariedad, pero de la que a la postre todo el mundo se acordó. Fue un mal partido del Baskonia, pero de la mano de Pierriá Henry, Markus Howard y Darius Thompson, y valiéndose del vértigo que sintieron los berlineses en el último cuarto, los gasteiztarras remontaron 15 puntos de diferencia.

La mala pata fue que, después de haber completado la remontada, Maodo Lo, hoy en las filas de Armani Milano, anotó el 85-84 definitivo a falta de dos minutos para el final. En esos dos minutos sendos triples de Thompson, Giedraitis y Howard se salieron de dentro tras hacer la corbata y pese a todo, en los ocho segundos finales los gasteiztarras tuvieron dos opciones para llevarse el duelo: una penetración que el ex de Bilbao Basket –hoy en Gran Canaria– Ben Lammers taponó enviando el balón fuera, y un triple de Matt Costello a la desesperada que se quedó lejos de entrar. Alguna vez tenía que terminar la racha de victorias del Baskonia y tuvo que ser el la visita a Berlín.

«El año pasado ganamos solo cuatro partidos fuera», ha recordado este miércoles Joan Peñarroya antes de partir hacia tierras alemanas. Valencia Basket, Anadolu Efes, Fenerbahçe y Real Madrid fueron las víctimas gasteiztarras a domicilio, sitios más que respetables donde plantar la bandera. «Es que hay que ver qué competición es esta y lo que cuesta ganar fuera de casa», ha añadido, no sin razón.

Calamidades y descuidos

Sin embargo, los peores partidos del Baskonia el año pasado llegaron ante los peores equipos de la Euroliga. El primer aldabonazo serio fue el sonrojante 87-61 en la cancha del Asvel Villeurbanne. Ciertamente, aquel 28 de octubre fue un partido repleto de desajustes que el Baskonia no supo solventar.

Fue el primer partido de Pierriá Henry en su segunda etapa en Gasteiz y le pudieron las ganas, aparte de que Darius Thompson se vio algo así como eclipsado por aquel nuevo fichaje que tantas ganas le ponía. Asimismo, después de caer en la jornada anterior en casa ante Olympiacos, Markus Howard había llegado a tiempo al duelo en tierras francesas, pero con el susto aún en el cuerpo, ya que el partido ante los helenos acabó con Howard tocado de la rodilla luego de que los 130 kilos de Moustapha Fall le cayeran encima a plomo. Howard no fue ni sombra de lo que acostumbra, como tampoco lo fue el equipo, que perdió los cuatro cuartos ante un rival que acabaría el último, con un balance de 8-26.

Perder en el OAKA de Atenas siempre ha sido más normal que ganar. No en vano que ganar en en la cancha del PAO, en célebre «Oakazo», clasificó a Saski Baskonia a la Final Four de la Euroliga 2005/06. Pero el 98-83 del pasado 11 de noviembre dolió en el alma.

Dolió porque el Baskonia llegaba a un antiguo fortín convertido en ruinas, al punto de que el 38-43 del descanso supo a poco. Los 12 rebotes en ataque que agarró Panathinaikos le dieron vida al cuadro ateniense, mientras que los de Peñarroya firmaban un 10 de 32 en triples ciertamente demencial, por no hablar de los siete tiros libres que se dejaron en el camino o los 10 balones perdidos que combinaron Darius Thompson y Pierriá Henry.

Tras sobrevivir a la primera mitad, con un «pasota profesional» como Derrick Williams erigido en salvador, el cuadro heleno puso la directa en el tercer asalto con un parcial de 29-16, con el gigante Papagiannis haciendo daño en la pintura y los escoltas Ponitka y Grigonis despertando a tiempo para darle la puntilla al Baskonia. Por nombres, aquel Panathinaikos debió optar al Top 8, pero acabó decimoséptimo con un balance de 9-25, solo por delante del Asvel Villeurbanne.

Los peores golpes

En perspectiva, quizá la derrota más dolorosa llegó el 10 de enero en el Audi Dome de Múnich. El Bayern venía de rozar la Final Four en las campañas 2020/21 y 2021/22, cayendo en ambas en el desempate de los cuartos de final. Pero el ciclo de Andrea Trinchieri se estaba agotando por momentos, cerrando la pasada Euroliga con un balance de 11-23, igualado con el Alba Berlín, pero con un gasto económico mucho mayor.

Aquel 92-79 no dolió solo por la derrota por sí mismo, sino porque supuso la última vez que Pierriá Henry se vistió de corto. En principio se habló de una lesión muscular, hasta que todo derivó en su retirada de licencia que, a falta de más noticias, tiene al base de Virginia fuera de juego.

Por si fuera poco, los gasteiztarras encajaron nada menos que 34 puntos en el tercer cuarto y aguantaron en el partido lo que aguantó el acierto de un Markus Howard que acabaría tocado de la espalda. 9 de 30 an triples –5 de 20 sin Markus Howard– ante un rival que superó el 50% de efectividad desde la larga distancia, con seis jugadores capaces de anotar 11 puntos o más y que además, capturó más rebotes en el que fue uno de sus dos o tres mejores partidos de la campaña.

El último de los golpes ante el «pelotón de los torpes» llegaría el 24 de febrero. Aquella fue la ¡décima derrota! del Baskonia fuera de casa ante un rival que acabaría decimocuarto con un balance de 14-20, y que perdió la mitad de sus 17 partidos como local en la competición continental. No así ante el Baskonia, que cedió por 88-83 ante los de Sergio Scariolo pese a los 25 puntos de Giedraitis y un Daulton Hommes que al menos en la primera mitad ofreció lo que se esperaba de él.

Pero nuevamente abusar del triple y la veteranía de los Belinelli, Milos Teodosic o Tornike Shengelia sirvió para descabalgar a un Baskonia que no supo aprovechar ni una sola vez de los tropiezos ajenos ni de las oportunidades brindadas por sus rivales más languidecientes.

Por eso, este jueves el partido de Saski Baskonia ante un Alba Berlín con bajas en su juego interior –tanto Wetzell como Koumadje no parece que vayan a jugar– es un examen que los gasteiztarras han de superar sin falta, porque son estas derrotas las que al final pesan más que ninguna al final de la temporada.