Primera hipótesis. El teórico Manuel Garin auguraba que, por inverosímil que nos parezca, diez años son lo único que nos separa del hiperdisparado, hipermanierista consumo audiovisual de Japón.

Hecho uno. Faltan dos semanas para el estreno de la versión en imagen real (live action) de “Blancanieves”, un musical con Rachel Zegler (“West Side Story”, la nueva) por la titular jovencita explotada y abusada -aunque, dice Zegler, el personaje tendrá «un giro actualizado» y se enfocará en «ilustrar lo que significa ser la más justa de todos»- y con Gal Gadot (“Wonder Woman”) disfrazándose de Madrastra Maligna. Dirige el majísimo Mark Webb que, después de “The Amazing Spider-Man”, firmó “Un don excepcional” y “Canción de Nueva York”. “Blancanieves”, sin embargo, parece un proyecto de encargo.

Hecho dos. Dos meses hará desde que se estrenara “El rey león: Mufasa”, última de las infinitas adaptaciones de imagen real de la Casa del Ratón (que, lean bajito, era ya secuela de otro live action). Desde el éxito de “El libro de la selva” de Jon Favreau, en 2016, Disney no para. Tras agotar su catálogo de clásicos, con “Dumbo”, “Alicia en el país de las maravillas”’ o “La dama y el vagabundo”, la factoría adaptó sus nuevos clásicos de los ochenta-noventa, “Mulán”, “La sirenita”, “Aladín” y “La bella y la bestia”.

Segunda hipótesis. Auguraríamos que, en algún punto, cuando no quede distancia entre las películas y sus remakes en imagen real (por lo tanto, cuando la nostalgia no venda entradas), no habrá más propiedades intelectuales que exprimir. No, que no resulten muy problemáticas, como “Canción del sur” (1946).

Hecho tres. De momento, este 23 de mayo toca un “Lilo y Stitch” rehecho por Chris Sanders, director de la original, así como de la estupenda “Robot salvaje”. El live action de “Vaiana” (2016), la más rentable de todas las nuevas-nuevas princesas Disney, llega el 10 de julio de 2026. Después del éxito de la secuela, el proyecto se ha adelantado al regreso en imagen real de “Robin Hood”, “Hércules”, “Bambi”, “Los aristogatos” y “Enredados”.

Tercera hipótesis. No, la rueda del ratón no va a parar.

Mientras tanto, en Japón. El fin de semana del 20 al 22 de diciembre, un momento cargado de estrenos, tres de las diez películas que encabezaban la taquilla eran versiones de carne y hueso de algún anime anterior: lideraba “Cells at Work”, junto a “Saint Young Men” y “Oshi no Ko: The Final Act” en sexto y séptimo puesto. Compartían cartelera junto a “Vaiana 2”, “Mufasa” y “Kraven El cazador”, todas de Disney. Eso son cinco live action, seis si contamos a Kraven como personaje de cómic. Los otros cuatro puestos eran para adaptaciones de series de televisión, tanto animadas como en imagen real. Una sola película, “Shotai”, partía de un guion original para cine.