IKER FIDALGO ALDAY
PANORAMIKA

Público

Explicaba Paloma Blanco en el famoso volumen “Modos de hacer: arte crítico, esfera pública y acción directa (2001)”, la división que Suzzane Lacy proponía para entender las tipologías de público del arte contemporáneo. A través de varios niveles permeables entre sí, la autora especificaba desde un público participante en la génesis de la obra sin el cual sería imposible su concepción (en un nivel denominado “Origen y responsabilidad”), hasta aquel que asiste a través de los medios de masas o incluso desde el legado de la historiografía (llamado “Público del mito y la memoria”). A pesar de ser un esquema algo retrasado, puesto que la nueva era mediática condicionada por internet aún no había adquirido el protagonismo que actualmente asume, es de gran ayuda entender este análisis y aplicarlo a las exposiciones que hoy reseñamos. De esta manera, podremos entender el papel que el proceso expositivo nos reserva como público en el diálogo que propone.

Parecería que poco podría arriesgar un artista de la talla internacional de Txomin Badiola (Bilbo, 1957) con la exposición que hasta el 24 de marzo podremos disfrutar en la galería Carreras Múgica de Bilbo. “Demasiado cercana como para ignorarla, demasiado remota como para poder intervenir” es, sin embargo, una muestra diversa pero muy identificable con el trabajo de Badiola, de la que subyacen, no obstante, complejas apuestas conceptuales llevadas al desarrollo formal de una manera acertada e interesante. Son cinco los grupos de obras que componen la exposición y que nos proponen un recorrido mediado por una coherente puesta en escena. De particular interés, la pieza “Mitologías. Todos ya sabemos quiénes somos”, en la que aparece una mención al grupo GAUR, o la serie “Desorganización de la idolatría”, donde collages fotográficos actúan como propuestas gráficas que parecen ser apuntes o fases que muestran las partes más íntimas de los procesos de Badiola.

En otro registro diferente, Nerea Lekuona (Gasteiz, 1976) estará activa dentro del programa “Praxis” del museo Artium de Gasteiz hasta el 10 de abril. Este programa, que incide en aspectos de la creación en vivo, lo relacional o prácticas dinámicas, asume desde una programación paralela al planteamiento anual reivindicar un espacio dentro del dispositivo museístico en el que el rol del artista (y, por consecuencia, el del público) se ve alterado y expuesto sin contemplaciones. En este terreno, Nerea Lekuona, con un perfil que ronda desde el diseño gráfico al activismo cultural, resuelve la cuestión invitando a cualquier visitante a dejar sus mensajes para formar parte de un ejército de pizarras que se encuentran en la sala del museo disponibles para ser intervenidas. La artista elabora, con una soberbia precisión, una serie de rótulos imitando conocidas tipografías para crear mensajes directos y contundentes. La aparente sencillez de la propuesta permite la “artistización” de lo supuestamente banal, la queja, el grito hecho arte; esto es, dotar a lo cotidiano de durabilidad, permitiendo a cualquiera que lo proponga formar parte de este catálogo en constante crecimiento. Pero cuidado, si el museo es en ocasiones un altavoz o un repetidor de señal, en otras desactiva la chispa para plastificar y apaciguar lo incendiario. Este es el terreno que Lekuona propone, visibiliza el doble juego y se desnuda como catalizadora de experiencias que acaban siendo el propio contenido.