XANDRA ROMERO
SALUD

¿Sabes qué son los atracones?

S e ha extendido la idea de que el problema de los atracones, o ese modo de comer de forma más compulsiva, afecta predominantemente a las mujeres y que esta conducta se inicia durante la adolescencia, aunque esto puede no ser así. Cada vez más adultos, entre ellos un número importante de hombres, también los sufren y quizá muchos de ellos no sean conscientes de que los tienen ni de lo que esto implica.

Pero, ¿qué se entiende como un atracón?

Oficialmente, es la ingesta de alimentos en un corto tiempo (hasta durante dos horas) en cantidades mucho mayores a las que la mayoría de la población sería capaz de consumir (tanto en lo que dura, como en la cantidad). Durante una de estas “panzadas” se consume muchísima comida y hay casos donde la ingesta supera las 4.000 calorías.

Además, este hecho se acompaña de una sensación de pérdida de control, de no poder parar de comer e incluso de ir a comprar comida con este fin.

Así pues, para categorizarlo como tal, deben cumplirse al menos tres de estas cuatro características, como son la de comer mucho mas rápido de lo normal, es decir, tragando y no masticando; comer demasiada comida, aunque no se tenga hambre real; hacerlo a escondidas; y sentirse culpable, asqueado y deprimido después de haber comido demasiado.

Esta conducta alimentaria alterada (no necesariamente tiene que ser un trastorno de la conducta alimentaria, aunque podría derivar en ello) comienza generalmente cuando se sigue una dieta o varias de ellas, muy extremas probablemente. Debido a la gran restricción que estas incluyen, se puede caer en el desarrollo de atracones.

No obstante, y aunque hemos comentado que no tiene que tratarse necesariamente de un trastorno alimentario, ambos tienen algo en común: y es que el problema no es la comida, no se trata de que la persona no tenga fuerza de voluntad, no sea capaz de «hacer dieta», le guste mucho comer etc. si no que esto es solo un síntoma del verdadero conflicto, y este tiene que ver con dificultades de tipo emocional o psicológicas. Al fin y al cabo, gestionar nuestros sentimientos mediante la alimentación es una de las pocas variables que podemos controlar completamente. Por eso solemos ver nuestra alimentación como el camino “fácil” para calmar o solucionar cualquier malestar que se nos resiste.

En la práctica y también en la literatura científica, encontramos otro tipo de ingesta alimentaria alterada como es el “Síndrome del comedor nocturno”, cuyo porcentaje dentro de la población obesa puede llegar a representar un 40%. Este síndrome se caracteriza por el consumo de un 25% o más de las calorías totales del día solo por la noche. Suele haber también falta de sueño o sueño de mala calidad, mucha ansiedad y tensión antes de ir a la cama, y es común que haya un consumo muy escaso o inexistente de alimentos durante el día. Estos episodios se diferenciarían del atracón en que la cantidad consumida no es tan elevada.

Por tanto, alejemos la creencia de que comer «más de lo que uno quiere» o «saltarse la dieta» sea equiparable a tener un atracón; esto es algo más serio y que es necesario tratar para que no se convierta en un trastorno de alimentación que pueda cronificarse ni en sobrepeso u obesidad con sus consiguientes enfermedades derivadas.