E n el nuevo año en el que hemos entrado tendremos que afrontar inevitablemente muchas causas pendientes. Entre las más sonadas están los excesos que la banca cometió con las llamadas claúsulas suelo y los gastos de formalización de hipotecas, y es que, vistas las maniobras dilatorias de esas entidades para alargar el proceso de devoluciones, posiblemente pocos usuarios se arrugarán justo cuando estamos llegado al último asalto .

Tras conocerse la sentencia del Alto Tribunal europeo a finales del 2016, la banca y el Gobierno se las han ido ingeniando para demorar en lo posible la justa restitución de lo cobrado de forma indebida. Si bien es cierto que la medida promovida desde el Ejecutivo estatal, habilitando una fórmula extrajudicial para resolver las reclamaciones, hacía esperar que se evitara tener que pasar por los juzgados, vistos los resultados, supuso una manera solapada de seguir alargando el proceso. A esta conducta de entorpecer y retrasar el cumplimiento de las sentencias se la denomina “actuar de mala fe”. Y es lo que ha quedado en evidencia, afortunadamente para los afectados, a pesar de que no les ha evitado el mal trago de tener que acudir de manera individual a los tribunales.

Toca preparar toda la documentación relativa a cada caso particular: copia de escrituras de la hipoteca, carta de reclamación a la entidad bancaria y/o su respuesta si la hubiere... Es altamente recomendable pedir información o asesoramiento en cualquiera de las asociaciones de consumidores e incluso sumarse a sus demandas colectivas. Igualmente, en el supuesto de haber corrido con los gastos de formalización de la hipoteca –ya que son considerados jurídica y judicialmente como abusivos– hay que localizar todos los pagos efectuados: notaria, registro, gestoría, actos jurídicos documentados o tasación de la vivienda para la que se solicitó la hipoteca.

Ánimo y a pisar con fuerza en este nuevo año. Permítaseme la licencia de cambiar aquello de «Dad al César lo que es del César» por «Devolved al pueblo lo que es del pueblo». Justa restitución, que se dice universalmente.