XANDRA ROMERO
SALUD

Modernismo nutricional a examen

La nutrición es una ciencia, pero lamentablemente, como sucede con otras ciencias, en ocasiones queda inoculada de cierto “modernismo”. Existen muchas personas que cambian su alimentación en base a lo que “está de moda”: desnatados, sin lactosa, sin gluten... Sea como fuere, la verdad es que por más novedosos o exóticos que nos parezcan algunos alimentos o productos, puede que simplemente estemos pagando más por algo que se puede sustituir por productos más “comunes”.

Uno de los alimentos más revolucionarios hasta la fecha es el ghee. El ghee es uno de los pilares de la medicina tradicional india más conocida como Ayurveda. Este alimento, que está tan de moda, no es nada más y nada menos que mantequilla clarificada (sin agua ni proteínas) y al que se le atribuyen un sinfín de usos y beneficios tanto para el cuerpo como para la mente.

Digamos que para conseguir el ghee, primero se derrite la mantequilla tradicional en un recipiente y luego se cuece hasta que el agua evapora y los sólidos de la leche (proteínas) se depositan en el fondo del envase. Finalmente, se filtra con una tela fina, apartando la proteína de la leche.

A parte de ser una “mantequilla” exenta de agua y proteína láctea, el ghee se caracteriza respecto a la mantequilla habitual en que aguanta mejor el paso del tiempo, pudiéndose conservar en perfecto estado durante meses. Quizá esto en la India es importante, pero aquí, con la posibilidad de refrigerar, no resulta demasiado significativo.

Por otro lado, el ghee tiene un punto de humo alto, es decir, que puede ser sometido a temperaturas muy altas sin quemar ni que sus ácidos grasos se enrancien u oxiden.

Respecto a sus cualidades organolépticas, el ghee se considera más ligero, además de tener un sabor más dulce y una textura más blanda y granulosa respecto a la mantequilla tradicional. Y en cuanto a su perfil nutricional, el ghee es grasa pura, carente de proteínas o carbohidratos y, aunque sabemos que ya no toda las grasas saturadas son perjudiciales, no conviene abusar tampoco de esta.

Por último, un dato desde luego interesante es que a pesar de que nutricionalmente sus características puedan diferenciarse de forma significativa por aquello de que el ghee carece de proteínas, su precio triplica el de la mantequilla tradicional, en concreto 250 gramos de mantequilla cuestan 1,84 euros frente a los 11,28 que cuestan 350 gr de ghee. Curioso cuanto menos, puesto que su uso es prácticamente el mismo.

El siguiente alimento “moderno” es en realidad una col, algo tan conocido y aborrecido a partes iguales que puede que a alguien le sorprenda encontrarlo en esta categoría. Pero sí, porque nos referimos al novedoso kale, una berza o col rizada que ha llegado hace relativamente poco pero que ya es un alimento top.

Los alimentos con los que podemos compararlo son el repollo, la coliflor, el brócoli y la lombarda. Y como el resto de coles, esta hortaliza de invierno se caracteriza por ser rica en vitaminas (B, C, E, y K) y en minerales como hierro, calcio, potasio, magnesio y boro. Otro punto fuerte es su aporte de fibra.

La verdad es que, a pesar de ser un alimento que está de moda y no ser partidaria de comer según lo que está en auge, reconozco que este sí es un alimento que vale la pena, pero también es más caro que el resto de coles. Por ejemplo 300 gramos de kale cuestan 1,69 euros y 500 gramos de brócoli 0,95. Por lo que es importante consumir coles, pero no necesariamente las que están en boga.

Siempre me ha parecido una atrocidad que las modas influyan en nuestros patrones de alimentación y que caigamos rendidos a ellas cuesten lo que cuesten, literalmente. Pero tal y como reza la canción de un grupo de música «y no siempre lo mejor es lo más caro», estos ejemplos de hoy dan buena cuenta de ello. Se puede y debe comer bien sin pagar de más.