Marco Canola (Bardiani) era el hombre más feliz del pelotón, y no lo dudó en expresarlo ante los medios de comunicación. «Esto es una gran sorpresa. Es mi primera gran victoria. Siempre he tenido la esperanza de que esto iba a pasar. Espero que sea la primera (victoria) de una larga serie», comentó el vencedor de la 13ª etapa del Giro.

Además, su victoria en Ricarolo Cavanese tiene aún más mérito cuando «no me sentía en una gran condición hoy (por ayer), tenía la impresión de acusar el cansancio después de todos estos días. He corrido mucho esta temporada. Acabé agotado, en busca de oxígeno. Pero quería ganar, lo quería tanto... Conocía los caminos y sabía que la escapada podía llegar al final. La perseverancia dio sus frutos».

Por su parte, el líder de la ronda italiana, Rigoberto Urán (Omega-Pharma), que ayer salvó el día y seguía dándole vueltas al triunfo en la contrarreloj del día anterior, indicó que «cada día todo puede pasar. Logré una buena ventaja, pero ahí están Quintana, Pozzovivo, Majka, Evans... ¿Mi victoria en el contrarreloj? Los grandes especialistas, como Cancellara o Martin, no están en el Giro. Y el trayecto era muy particular».

El segundo clasificado en la general, Cadel Evans (BMC), ni perdió ni ganó tiempo ayer respecto a Urán al finalizar en 15ª posición, a 11 segundos del vencedor de etapa. «Está bien no tener la responsabilidad de la carrera. El inicio de la etapa era fácil, pero el final intenso, porque había que tener cuidado a causa de la meteorología y a causa del circuito final. ¿Oropa? Entramos en otro Giro, con la montaña y el cansancio que se va acumulando», señaló Evans.