La labor conjunta de las FARC y el Ejército permite identificar áreas minadas en un municipio
Pese a la escalada bélica, el Gobierno y las FARC completaron entre el 20 y el 27 de mayo la primera fase del plan piloto de desminado, realizado en un municipio de Antioquia, donde se identificaron cuatro áreas peligrosas que suman 12.000 metros cuadrados.

Las delegaciones de paz de las FARC-EP y del Gobierno colombiano informaron ayer, junto a los representantes de los países garantes, Cuba y Noruega, de los avances habidos en el proyecto piloto para el desminado. Durante siete días, miembros de la Dirección para la Acción Integral contra Minas Antipersonal y el Batallón Humanitario de Desminado del Ejército colombiano y de las FARC, junto a técnicos de la organización Ayuda Popular Noruega (APN) y el acompañamiento de Cuba y Noruega y del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), identificaron en la vereda El Orejón, ubicada en el municipio de Briceño, departamento de Antioquia, cuatro áreas peligrosas que suman aproximadamente 12.000 metros cuadrados.
«El trabajo de limpieza de estas áreas contaminadas que serán despejadas como producto del Acuerdo, facilitarán la movilidad de la comunidad en riesgo y permitirán la restauración de derechos de las comunidades en términos de movilidad, esparcimiento, acceso a vías terrestres y uso productivo de la tierra. El compromiso es mantener las áreas intervenidas libres de minas y artefactos explosivos, como una garantía de no repetición para el beneficio de las comunidades», subrayaron en un comunicado conjunto.
Ambas delegaciones mostraron su deseo de que «esta primera medida conjunta de desescalamiento permita en un tiempo prudencial llevar alivio a las comunidades más afectadas por el conflicto y avanzar hacia la solución de éste».
Lacalle, optimista
Tras la lectura del comunicado y como viene siendo habitual en este tipo de eventos, cada delegación compareció por separado para ofrecer su valoración.
El jefe de la delegación del Gobierno, Humberto de la Calle, remarcó que en El Orejón «hay más artefactos explosivos que habitantes. Es la terrible realidad de la guerra. Pero las primeras noticias que salen de El Orejón nos llenan de optimismo en un momento de dificultades».
Subrayó que en medio de la escalada bélica de la última semana, el trabajo conjunto entre las fuerzas militares y guerrilleros refuerza la «construcción de la confianza» entre las partes.
«¿Quién se hubiera imaginado que un sargento del Ejército, experto del Batallón de Desminado Humanitario, y un explosivista de las FARC, pasarían días enteros intercambiando opiniones y recogiendo información precisa sobre la ubicación de los artefactos? Eso fue lo que pasó en el Orejón. Es un mensaje potente, muy fuerte hacia la paz».
Destacó también como elemento altamente positivo la reacción de las comunidades locales. «Un solo caso, Alejandro es un campesino que generosamente ofreció su casa para hospedar a las personas que viajaron a iniciar el trabajo de campo. Una casa que tiene las huellas de la explosión de una mina que a pocos metros le quito la vida a su esposa. Alejandro confía que su hijo de siete meses pueda crecer sin miedo en un territorio libre de minas».
Por parte de la delegación de la guerrilla, el negociador «Pastor Alape» señaló que el plan de desminado es «un gesto esperanzador» para la paz que lanza el mensaje «que hay que dar», de que «si hay voluntad y firmeza» se puede poner fin a la guerra, e insistió en la necesidad de un alto el fuego bilateral.
Timochenko tiende la mano a Santos en busca de la paz
Bajo el título «Una lectura sensata de la situación», el comandante del Estado Mayor Central de las FARC-EP, Timoleón Jiménez, también conocido como Timochenko, reiteró la disposición de la guerrilla a «perseverar por encima de todas las dificultades», aunque reconoció que «la regla de negociar en medio de la confrontación amenaza con echar todo a la estacada». «Si queremos que esto marche hacia el éxito, deberíamos considerar con toda seriedad la posibilidad de pactar un armisticio, una tregua o un cese bilateral del fuego, como se quiera llamarlo», subrayó. Sobre la muerte de más de 40 guerrilleros, entre ellos un delegado de paz, sostuvo que «hablar de guerra es hablar de muertos, heridos, desmembrados, sin mencionar los terceros afectados. Y eso vale para los dos bandos. Hoy lloramos nuestros muertos, del mismo modo que lloran a los suyos nuestros adversarios».
En este difícil contexto, celebró la incorporación a la delegación del Gobierno de la canciller María Ángela Holguín, cuya «experiencia diplomática puede incorporar la dosis de tranquilidad necesaria», y de Gonzalo Restrepo, «una de las voces más representativas del sector empresarial y petrolero». Saludó, asimismo, la asunción de la cartera de Defensa por parte de Luis Carlos Villegas, «amplio conocedor del proceso. Confiamos en el papel que puede jugar en el interior de las Fuerzas Armadas». Lamentó que este relevo en el Ministerio de Defensa, «un hecho de positivas repercusiones para la Mesa, tenga que coincidir con el actual grado de agudización bélica». «En este gesto y los refuerzos para la Mesa, leemos un mayor compromiso del presidente con la búsqueda de entendimientos. Queremos interpretar este enroque como un aliento a los diálogos», añadió.GARA

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