Mikel INSAUSTI
CRÍTICA «Jurassic World»

La dinomanía arrasa también en las pantallas de cine

El nuevo I-Rex creado en laboratorio simboliza con su desarrollo inteligente el éxito de cálculo llevado a cabo por los ejecutivos de Universal, que apostaron por una vuelta de la franquicia “Jurassic Park” creada por Steven Spielberg a partir de la novela de Michael Crichton, a pesar de los analistas que hablaban de un riesgo suicida. Lo más increíble es que unos y otros se han quedado cortos, porque “Jurassic World” es ya el estreno más taquillero del año, tras triplicar en la recaudación la inversión de entre 150 y 160 millones de dólares. Quiere esto decir que no tardará en superar la barrera de los mil millones. No les debería sorprender tanto, porque desde que se estrenara la primera entrega en 1993 la dinomanía ha ido a más, y entre los escolares es ya como una religión.

Sin ser una gran película, que ya sería pedir demasiado, “Jurassic World” posee la habilidad de conectar con el público menor, dándole justo lo que promete: una excursión por el mayor y más espectacular parque de atracciones rodeados de sus dinosaurios favoritos. Desde el preciso instante en que la máxima responsable del parque interpretada por Bryce Dallas Howard invita a una visita a sus sobrinos, la identificación de los más jóvenes con la pareja pasa a ser máxima, y sus vivencias van a ser las suyas. Todo encaja, porque ella es una mujer demasiado ocupada para atenderles personalmente, con lo que los chicos van a disfrutar de completa libertad para cometer las obligadas imprudencias a fin de que el peligro y la acción se disparen.

Creo que Colin Trevorrow responde al perfil exacto de cineasta que el estudio buscaba, porque en su previa ópera prima de ciencia-ficción independiente “Seguridad no garantizada” quedó claro que sabe manejarse en el cine de género sin necesidad de ser innovador, y aquí picotea en “King Kong” o “Los pájaros” dentro de un conjunto capaz de engullir cualquier referente.