Ion SALGADO
GASTEIZ
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Una gran urna multicolor fue la mejor respuesta a las trabas de la Diputación

No hay mal que por bien no venga. Ni prohibiciones que puedan frenar a la ciudadanía. Así lo demostraron ayer las personas congregadas en la Plaza Nueva de Gasteiz, donde Gure Esku Dago dio forma a una gran urna multicolor, cubierta por cientos de retales en los que se plasmaba el deseo de decidir su futuro.

La creación de la urna fue el punto y final a una jornada que comenzó a las 11.30 en la plaza de la Constitución, desde donde partió una larga cadena de telas. La marcha, encabezada por un grupo de zanpantzarrak y una batukada, tiñó de color salmón las calles del centro de la capital alavesa, sumida en una plácida resaca tras la celebración del Azkena Rock Festival.

Tras pasar por la Avenida Gasteiz y las calles Prado y Sancho El Sabio, la cadena de telas hizo un alto en la plaza de la Virgen Blanca, donde Naroa Sasieta recordó que la hoja de ruta de Gure Esku Dago «no es fácil, pero sí simple de explicar: tejer voluntades, acordar el qué y el cuándo, y finalmente decidir».

«Hoy en Baiona, Bilbo, Donostia, Gasteiz e Iruñea comienza la etapa de la decisión, la fase definitiva de esta dinámica, vamos a comenzar a decidir, nuestras miradas se dirigen ya a las urnas, y vamos a ello. Porque somos un pueblo, porque es el momento de la ciudadanía, porque tenemos derecho a decidir. Pero, sobre todo y ante todo, porque está en nuestras manos», añadió.

Latidos que suenan

Por su parte, el pelotari Oier Zearra leyó un texto de la escritora Karmele Jaio, que describió con pocas palabras la realidad y los deseos de la ciudadanía vasca: «Somos un pueblo, un pueblo hecho de muchas telas. Y está en nuestras manos que nuestros latidos se escuchen alto en todo el mundo».

Al finalizar su intervención, se desplegaron ocho grandes telas, una por cuadrilla, y comenzó un lento pero festivo peregrinar hacia la Plaza Nueva, donde dieron forma a la urna. Un gran cubo que Gure Esku Dago pretendía colocar inicialmente en el Fernando Buesa Arena. Sin embargo, esta opción se topó con el veto de la Diputación liderado aún por el PP, que se escudó en la realización de unas obras para impedir la celebración del acto. El propio diputado general en funciones, Javier de Andrés, mostró su rechazo al uso del pabellón.

Ante esta situación, Gure Esku Dago decidió dejar a un lado cualquier derrotismos y victimismos y levantar la urna en el mismo corazón de Gasteiz. Un acierto que permitió aunar ocio y reivindicación en las calles del Ensanche y de Alde Zaharra, de la mañana a la noche.