DESDE LAS GAteras del callejón

A metro cuadrado y medio por cabeza

Para cuando la mayor parte de los lectores empiecen este comentario, se habrá corrido ya el primer encierro del fin de semana sanferminero. Tendrán la ventaja de saber cómo ha influido el aumento de la masa humana en la carrera, hasta ahora inmaculada. Porque los toros son los mismos, siempre seis salvo incidencias cada vez menos frecuentes (peleas en los corrales, lesiones...), pero el número de bípedos oscila tremendantemente. La Policía Municipal calculó el año pasado 2.224 corredores el sábado 12 y 2.924 el domingo 13. Estos últimos suponían más del doble que los 1.414 del día siguiente, lunes 14. Y sin embargo, este último sería el encierro más peligroso del año, con aquel Miura volviéndose de Estafeta a Mercaderes y sembrando el pánico. También fue el más largo: 4 minutos y 57 segundos, que son más del doble del tiempo consumido en cada uno de los cuatro primeros de este año.

Pero tomémoslo como una mera excepción a la regla. La pura lógica física dicta que el fin de semana hay más riesgo, si no de morlacos enrevesados y cornadas sí de montones humanos; era sábado el 13 de julio de 2013, sin ir más lejos, cuando el callejón se atascó por última vez. Otro cálculo más genérico y menos exacto que el anterior afirma que en los últimos años la participación ha ido creciendo en torno al 5% en cada edición. Eso supondría que mañana domingo se superarán los 3.000 humanos por un túnel de 848 metros con una anchura media de poco más de 6. Eso son unos 5.000 metros cuadrados, algunos menos quitando el primer tramo «muerto» de Santo Domingo donde no hay corredores. O sea, toca a uno y medio para cada persona en movimiento frenético.

No hay que ser Einstein ni Hawking para vaticinar el colapso.