Joaquim Rodríguez logró ayer su segunda victoria en este Tour en un lugar especial como Plateau de Beille, cima que se encuentra a 50 kilómetros de su vivienda en Andorra y con muchos catalanes en la última subida, entre ellos sus familiares.

El catalán del Katusha fue el más fuerte y el más astuto de la fuga de veintidós que se formó tras el sprint especial en el que Greipel se impuso para recortar a dos puntos su desventaja en la clasificación del maillot verde con respecto a Peter Sagan.

A diferencia de la etapa anterior, no hubo pelea para entrar en la fuga y se metieron todos los que quisieron. La fuga de 22 perdió unidades según se subían los puertos y se endurecía la etapa con el cambio radical meteorológico. De los 37 grados y un sol insoportable en el kilómetro 100 se pasó a los 12 y a una lluvia torrencial en la meta.

Vanmarcke, Kwiatkowski y Preidler se marcharon por delante sin que los más fuertes de la fuga se inquietaran y los dos primeros llegaron en cabeza a Plateau de Beille. Allí Joaquim Rodríguez fue el mejor. Tiró de experiencia para no gastar energías y cuando lo hizo dejó a Fuglsang y Bardet. Como Majka, se tomó el día anterior de recuperación y no puntuó en ningún puerto de la montaña, clasificación en la que ya es segundo tras Froome. Pero ni piensa en la general, es 15º, ni en la montaña, solo en ganar otra etapa.

Atacar por atacar

Si en la batalla por la etapa Rodríguez fue el más fuerte, en la de la general el periódico más influyente en el Tour, “L’Equipe” pedía a los corredores que todos atacaran a Froome. Y todos atacaron por atacar porque no es que tengan menos fuerzas que el líder. Sus gregarios Porte, Thomas y el viento de cara se bastaron para neutralizar los intentos de Contador, Nibali, Valverde o Quintana.

Así, los seis primeros de la general llegaron juntos a la línea de meta, aunque Valverde volvió a adelantarse para obtener un segundo de ventaja. Gesink, aunque cedió tiempo ayer, arrebató la séptima plaza a Tony Gallopin, y Vincenzo Nibali mejoró dos puestos y es noveno al ser el mayor beneficiado de la llegada del agua que tanto agradece.

Froome solo respondió a los últimos ataques de Quintana... y a los de Jalabert y Vasseur tras la etapa. “L’Equipe” dedicaba ayer casi dos páginas a hablar del líder y de las dudas que generan él y el Sky y en ese frente psicológico es el único en el que se puede hacer daño al inglés, que no disimulaba su enfado cuando se le plantearon esas dudas.

Macizo Central

Sin margen para descansar de los esfuerzos de tres duras etapas pirenaicas, el Tour entra hoy en el Macizo Central. La jornada entre Muret y Rodez tiene 198,5 kilómetros, con tres puertos de Tercera y Cuarta en los últimos 67, que hacen pensar que el triunfo se dirimirá en una fuga.

Gorka Izagirre, cuarto, y Romain Sicard, séptimo

Dos de los seis vascos presentes en el Tour entraron en la fuga de veintidós, superaron la primera selección del Port de Lers y acabaron cuarto y séptimo en Plateau de Beille en la mejor etapa vasca hasta el momento. La actuación del guipuzcoano, 19º en la general, permitió a Movistar además conseguir el liderato por equipos. Sky le aventajaba en 2:46 antes de la etapa y el conjunto navarro colocó a tres corredores entre los once primeros ayer y, al quedarse Porte en la parte final tras realizar un gran trabajo, el equipo inglés queda ahora en la general a 5:19 y el tercero, Tinkoff-Saxo, está ya muy lejos, a 25:27. A Unzue le gustan además especialmente las clasificaciones por equipos y puede sumar una más. Joseba ITURRIA