Mikel INSAUSTI
CRÍTICA «Magiaren etxea»

El avaro heredero alérgico a los gatos y a los sueños

Nos llega una nueva película de los creadores de “Las aventuras de Sammy” (2010), que versaba sobre el largo periplo marino de una tortuga, la cual se veía afectada directamente por el calentamiento global y sus efectos dañinos en el ecosistema. En “Magiaren Etxea” (2013) mantienen el mensaje social, ahora denunciando la especulación inmobiliaria que destruye los hogares construidos con amor durante toda una vida. Claro que contado dentro de un juego infantil, para que pueda ser asimilado por el público menor.

La película se basa en un corto en 4D que el estudio de animación belga nWave hizo para un parque de atracciones, gracias a lo cual el correspondiente largometraje ha contado con un importante presupuesto de 34 millones de dólares, lo que permite un buen acabado técnico. Pero una vez más hay que señalar que las todavía abismales diferencias con las inversiones de los grandes estudios de Hollywood, si se compara con el trabajo de Pixar y Disney, no está tanto en el espectáculo visual, que sí también, como en el desarrollo de los guiones.

Ben Stassen y sus colaboradores han escrito y realizado una película muy entretenida para los niños y niñas, pero no tanto para sus acompañantes adultos. Y ahí es donde radica el mayor handicap a la hora de competir internacionalmente, en la dificultad que entraña crear historias que gusten por igual a pequeños y mayores.

El protagonista de “Magiaren etxea” es un gato llamado Trueno, tras ser abandonado en una noche de tormenta. Pero su destino de gato callejero da un giro cuando se refugia en la casa de un viejo mago, donde habitan otras dos mascotas animales y un sinfín de inventos mecánicos y juguetes de cuerda. Todos deberán unirse para salvar el inmueble, pues el sobrino del dueño quiere derribar el edificio para vender el solar y asegurarse una herencia millonaria.