Controles en las fronteras alemanas para frenar la llegada de refugiados
Alemania decidió ayer reintroducir, «temporalmente», los controles en sus fronteras para hacer frente a la llegada de refugiados, una medida que suspende de facto el acuerdo de Schengen de libre circulación en Europa y marca otro agravamiento de la crisis migratoria. Los titulares de Interior y de Justicia de la UE se reúnen hoy de urgencia.

«Alemania ha decidido introducir de manera provisional controles en sus fronteras, en particular con Austria», dijo el ministro de Interior Thomas de Maiziere. Su objetivo es hacer frente a la presión migratoria, en particular en Múnich (sur), donde han llegado 63.000 refugiados en dos semanas. «El objetivo de esta medida es contener la llegada actual de refugiados que vienen a Alemania. También es absolutamente necesaria por razones de seguridad», añadió en una breve declaración a la prensa.
La Comisión Europea reaccionó rápidamente afirmando que la decisión de Alemania demuestra la «urgencia» del plan europeo para responder a la crisis. Hoy mismo los ministros de Interior y de Justicia de la Unión Europea se reúnen de urgencia para tratar la cuestión.
Los ministros cumplirán hoy el último paso formal para que los Estados miembros empiecen a reubicar en su territorio a los primeros 40.000 demandantes de asilo llegados a Italia y Grecia, mientras persisten las reservas de países del este y del Báltico a dar su visto bueno a un segundo programa que aumentaría hasta 160.000 las plazas para reubicar refugiados y que incluiría a Hungría entre los países de donde saldrían los inmigrantes que se pueden acoger a este programa de acogida.
Tráfico ferroviario
En paralelo a la decisión gubernamental de restablecer los controles, la compañía ferroviaria alemana Deutsche Bahn suspendió el tráfico hacia y procedente de Austria hasta hoy a las 5:00 horas. La compañía ferroviaria austriaca tomó la misma decisión, mientras que la República Checa decidió cerrar su frontera con Austria.
El ministro conservador del Gobierno de Angela Merkel pidió además a todos los países miembros de la UE que «vuelven a respetar» las normas en vigor en el bloque, según las cuales los refugiados deben pedir asilo en el primer país al que llegan dentro de la Unión.
Se trata de una alusión velada a Grecia, país por donde llegan decenas de miles de refugiados y cuyas autoridades les dejan seguir viajando hacia el norte sin registrarlos. De igual manera Hungría deja que los refugiados continúen su camino hacia Austria y Alemania, su destino de predilección.
Los solicitantes de asilo tienen que entender «que no pueden elegir los Estados en los que buscan protección», dijo Thomas de Maiziere. Berlín prevé que este año llegarán a Alemania 800.000 solicitantes de asilo, una cifra récord. Remarcó que el país no tiene competencia para estudiar los casos de numerosos refugiados que han entrado a la UE por otro Estado.
La decisión de restablecer los controles fronterizos supone un endurecimiento de la política de las últimas semanas de abrir las puertas a los refugiados. A finales de agosto, Berlín decidió no devolver a los sirios al país por donde habían entrado a la UE, como marcan las reglas actuales, una medida que abrió la vía a la llegada masiva de personas que huyen de la guerra.
Repartir «la carga»
«Alemania se enfrenta a responsabilidades humanitarias», dijo el ministro, «pero la carga del gran número de refugiados tiene que repartirse de manera solidaria en Europa», añadió.
Ese deseo alemán de repartir dicha «carga» ayuda a entender la decisión de restablecer los controles fronterizos. El Gobierno alemán es favorable a un sistema de cuotas obligatorio de repartición de refugiados entre los Estados de la UE, una medida rechazada por varios de ellos, sobre todo en el este de Europa.
Es el caso de Hungría, que el sábado registró un nuevo récord de llegadas de migrantes (4.330) y que está construyendo a contrarreloj una controvertida valla en su frontera con Serbia.
Tras conocer el cambio de política de Alemania ayer, el primer ministro húngaro, Viktor Orban, dijo: «Comprendemos perfectamente la decisión de Alemania y le expresamos todo nuestra solidaridad». En lo que va de año unas 180.000 personas han entrado ilegalmente en su país, donde mañana mismo empezarán a aplicarse nuevas leyes que prevén que cualquiera que cruce la frontera ilegalmente podrá ser deportado o incluso encarcelado.
Por lo menos 34 muertos en un naufragio ante una isla griega
El número de muertos en el naufragio de una embarcación con refugiados y migrantes ante las costas de la isla griega de Farmakonisi asciende a, por lo menos, 34. Hay que destacar que 15 de los fallecidos eran bebés y menores, según los últimos datos facilitados por la Guardia Costera helena.
La tragedia ocurrió en la madrugada de ayer, cuando una embarcación de madera con más de 120 personas a bordo volcó cerca de la costa de Framakonisi, una pequeña isla situada a 12 kilómetros de Turquía.
Hasta el momento, los equipos de salvamento han recuperado del mar y de la bodega de la embarcación los cuerpos de 34 personas, entre ellas cuatro bebés y once menores (seis niños y cinco niñas), diez mujeres y nueve hombres.
La Guardia Costera pudo rescatar con vida a 68 personas, mientras que otras 29 lograron llegar a nado a la playa de Farmakonisi. La operación de rescate con varios helicópteros y barcos seguía ayer. Se temía que pueda haber más víctimas.
Según informaron los guardacostas griegos, tras recibir una alerta de auxilio a primeras horas de la madrugada, se desplegó un operativo que permitió rescatar del mar a 68 personas, mientras que otras 29 lograron llegar a nado a una playa de la isla.
Los cuerpos de los fallecidos han sido trasladados hasta la isla de Rodas y los supervivientes han sido llevados a Leros.
Una vez registrados en la Autoridad Portuaria, los sobrevivientes se alojarán en un hotel en la isla, por iniciativa de la municipalidad y de ACNUR. «Es lo menos que podemos hacer por estas personas. Vemos a gente desesperada, llorando a sus muertos», dijo al portal informativo in.gr el alcalde de Leros, Mijalis Kollias, quien señaló que entre los rescatados hay muchos niños y bebés y expresó el temor de que el número de víctimas sea mucho mayor.
Por ahora se desconocen las circunstancias que condujeron al accidente, pero se supone que la embarcación volcó por la sobrecarga, ya que a bordo iba más de un centenar de personas, y por las malas condiciones climáticas que prevalecen en la zona, con vientos de fuerza 7 en la escala de Beaufort.
Se trató del tercer naufragio con muertos durante el fin de semana en esa zona marítima del Egeo oriental. El sábado cuatro menores desaparecieron al volcar una embarcación de plástico en las cercanías de Samos. Las fuerzas de rescate lograron recuperar ilesas a 24 personas pero, según destacó ayer la Guardia Costera, no pudo dar con los cuatro menores desaparecidos. En otro incidente, ocurrido también el sábado al este de la isla de Lesbos, una embarcación de Frontex logró poner a salvo a 32 migrantes, cuyo bote había naufragado, pero no pudo encontrar a un joven de 20 años que desapareció en el naufragio.
La Organización Internacional para las Migraciones indicó que 430.000 personas cruzaron el Mediterráneo con destino Europa en lo que va de año, y cifró en 2.748 los que murieron o desaparecieron en el intento. De ese total, cerca de 310.000 llegaron a Grecia, que ya quedó desbordada. «Grecia aplica estrictamente los tratados europeos e internacionales sin ignorar el humanismo ni la solidaridad», declaró ayer la primera ministra interina, Vassiliki Thanou, de visita a Mitilene, en la isla de Lesbos.GARA

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