Numerosos representantes políticos e institucionales participaron ayer en Donostia en el homenaje a los tres funcionarios de la prisión de Martutene que murieron en acciones de ETA. En el acto estuvieron familiares de Ángel Mota Iglesias, José Ramón Domínguez Burillo y Francisco Javier Gómez Elosegi, además de Juan José Baeza, herido en otro atentado en 1997.

Entre los asistentes estuvieron el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, el secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Yuste, la consejera vasca de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, el obispo José Ignacio Munilla, y representantes políticos.

Durante las intervenciones en el acto, primero de estas características que tiene lugar, algunos familiares tomaron la palabra. José Miguel Gómez Elosegui, hermano de Francisco Javier, se mostró esperanzado en que la sociedad sea capaz de «relatar de una manera fiel y completa» lo sucedido. Esperó que las generaciones futuras no sufran las consecuencias de «una injusta e innecesaria violencia» y que se construya un mundo en el que «recordando el pasado no asuste mirar al futuro», en el que «el odio no tenga cabida, pero tampoco el olvido» y se relate «de una manera fiel y completa lo sucedido». Finalmente, manifestó su «compromiso público» con el documento ‘‘Eraikiz’’, que hoy se presenta en comisión en el Parlamento de Gasteiz, sobre «cómo debe entenderse el papel de las víctimas en el presente y el futuro de la sociedad vasca».