Arnaitz GORRITI
NBA

La cara y la cruz caen en California

Mientras que los Warriors no conocen la derrota, los Lakers se hunden en la clasificación. Sacramento vive una guerra en su interior.

Hay cosas que siguen igual en este primer mes de la temporada 2015/16 de la NBA. Por ejemplo, que los Philadelphia 76ers siguen sin saber qué significa ganar –a pesar de descubrir un proyecto de gran pívot como Jahlil Okafor–, mientras que los vigentes campeones, los Golden State Warriors, no conocen la derrota después de haber disputado 10 partidos, siendo este el mejor arranque de la franquicia en toda su historia.

Una vez más, es Stephen Curry quien está tirando del carro californiano, y solo está por ver si aguantará mucho rato a semejante ritmo, y si sus compañeros sabrán dar un paso adelante si el base-escolta reduce sus prestaciones. Unas estadísticas que asustan: 33,3 puntos, 5,6 asistencias y 5,3 rebotes para el vigente MVP de la liga, que ha terminado, por ahora, de acallar todas las dudas de otros adversarios. Por ejemplo, de Los Angeles Clippers, una de las franquicias más beligerantes con los vigentes campeones. Pues bien, siete triples de Curry los pusieron en su lugar, en un partido definido con «aromas de play off» hasta por la prensa local.

Y en el último partido, fueron 46 los puntos que conseguía Curry, mientras que su compañero Draymond Green rozaba el triple doble con 23 puntos, 12 asistencias y 8 rebotes. Harrison Barnes también está dando un paso adelante y la principal preocupación es que Klay Thompson está lejos del nivel del año pasado, según parece, aquejado por unos problemas de espalda y un verano movido en el apartado extradeportivo. Con todo, ya en el último partido, la otra pata de los Splash Brothers fue capaz de aportar 15 tantos.

Los Warriors promedian 115 puntos, aunque siempre hay quien le encuentra defectos. «Estos Warriors caerían 4-0 ante los Bulls de Jordan», declaraba Ron Harper, campeón con la franquicia de Illinois en el threepeat entre 1996 y 1998.

DeMarcus Cousins y su guerra

Si la cara de la moneda está en California, también lo está la cruz. Sacramento, aunque nadie se lo crea, es la capital del estado, una franquicia que, desde la época de los Bibby, Christie, Stojakovic, Webber y Divac y sus míticas finales de Conferencia Oeste con los Lakers, no levanta cabeza. Más aún, se ha especulado más de una vez que los Kings pudieran irse a Seattle.

Sacramento suma un balance de 3-7, aunque en honor a la verdad toca decir que ha reconducido su camino tras un inicio calamitoso, con cinco derrotas consecutivas. En su último encuentro, DeMarcus Cousins, con 40 puntos y 13 rebotes, fue el principal responsable del triunfo de los californianos, 111-109, frente a los Brooklyn Nets. Su base titular, el ex de los Celtics y Dallas, Rajon Rondo, contribuía con un triple doble a la victoria de los Kings: 23 puntos, 14 asistencias y 10 rebotes.

Lo cierto es que estos últimos resultados han acallado en cierta medida la guerra que existe en el seno californiano. Desde la retirada de Chris Webber, los Kings viven en una eterna reconstrucción del plantel, y aunque DeMarcus Cousins es un buen ejemplar de jugador franquicia, sus problemas de actitud son un lastre en toda regla.

Un problema que se desataba con un enfrentamiento con el entrenador George Karl, con el que tuvo una discusión a voces tras su derrota frente a San Antonio, toda vez que ya el año pasado tuvieran sus más y sus menos. Hasta tal punto se agrió su reacción, que el manager general del equipo, el serbio Vlade Divac, reunía a todo su plantel y les anunciaba la situación. «No sabemos qué hacer con George. ¿Creéis que debiéramos despedirlo?», preguntaba el otrora pívot carismático de los Kings. Por el momento, la plantilla decidía darle cuartelillo a Karl y han empezado a carburar gracias a un Cousins espectacular.

Triste púrpura en Los Angeles

Quien ha vivido la época dorada de los Lakers de los años 80 y los angelinos de O’Neal y Bryant, jamás hubiera imaginado que Warriors y Clippers estarían en la élite de la NBA y Los Angeles Lakers metido en el agujero. Pero así son las cosas, y desde el anillo de 2010, Los Angeles Lakers se hallan en un inacabable descenso a los infiernos, con el agravante de que esta campaña será el fin de un ciclo, ya que Kobe Bryant colgará las botas.

Después de varios partidos de ausencia, la «Mamba» anotaba 19 puntos en el último partido de los Lakers: una nueva derrota, en este caso ante Dallas Mavericks por 90-82. Mal asunto cuando un obrero como Zaza Pachulia decide ante una franquicia que presume de un color púpura y dorado que cada vez luce más apagado.